La ONU alerta: «La variante Ómicron ya se encuentra probablemente en todos los países y a una velocidad nunca vista»

La nueva variante de COVID-19 preocupa por su gran número de mutaciones y rápida propagación. Los expertos afirman que aún hay muchas incógnitas, y que las vacunas y las mascarillas siguen siendo las mejores protecciones disponibles.

Por Sanjay Mishra
Publicado 30 nov 2021, 10:09 CET, Actualizado 16 dic 2021, 9:49 CET
Pasajeros en el Aeropuerto Internacional de Kuala Lumpur (KLIA) el 29 de noviembre de 2021.

Pasajeros con equipo de protección personal de pies a cabeza se registran para su vuelo en el Aeropuerto Internacional de Kuala Lumpur (KLIA) el 29 de noviembre de 2021, mientras los países de todo el mundo cierran las fronteras y regresan a las  restricciones de viaje para frenar la propagación de la nueva variante del COVID-19, fuertemente mutada, apodada Ómicron.

Fotografía de Mohd Rasfan, AFP via Getty Images

Dos semanas después de que el mundo se enterara por primera vez de la variante Ómicron, los científicos ahora están de acuerdo en que se propaga más rápido que Delta y parece evadir la inmunidad existente más fácilmente que las variantes anteriores. Pero aún se debate si causa una enfermedad más grave.

El Centro Europeo para la Prevención de Enfermedades ha declarado este miércoles 15 de diciembre que Ómicron "genera serias preocupaciones debido a los informes preliminares sobre su ventaja de crecimiento significativa y un posible escape inmune en comparación con la variante Delta".

A pesar de las múltiples prohibiciones de viaje, los datos de este centro indican que la transmisión comunitaria ya está en curso en la Unión Europea y que se espera un rápido aumento adicional en el número de casos de Ómicron en los próximos dos meses. Además, alertan de que su transmisión es más rápida de lo que los sistemas de alerta son capaces de detectar. 

Tres semanas después de su aparición, "la variante Ómicron se encuentra probablemente ya en todos los países y a una velocidad nunca vista", alertó la ONU este martes 14 de diciembre. Sin embargo, al menos por ahora, Delta sigue siendo la variante más prevalente en el mundo y aún causa la mayoría de las muertes por COVID-19 en todo el mundo.

Los expertos ya advirtieron en el pasado de que las regiones con bajas tasas de vacunación podrían hacer que el virus causante de la COVID-19 evolucionara más rápidamente, dando lugar posiblemente a una variante más transmisible o resistente a los anticuerpos que agravaría la pandemia. Todo indica que esta predicción puede haberse cumplido.

A finales del mes de noviembre, la Organización Mundial de la Salud denominó Ómicron a esta nueva variante del SARS-CoV-2 que mantiene al mundo en vilo, y la clasificó como variante preocupante, junto con Alfa, Beta, Gamma y Delta. La variante fue descubierta en Sudáfrica, donde sólo el 23 por ciento de la población está vacunada, debido en parte a que la mayoría de los suministros han ido a parar a Norteamérica y Europa.

Un análisis en curso muestra que es la variante más contagiosa hasta la fecha en África. A finales de noviembre, la fecha más reciente para la que hay datos disponibles, Omicron representaba el 70 por ciento de todos los casos sudafricanos ; se proyecta que ha aumentado a más del 90 por ciento en este momento. En el epicentro del brote de Omicron se encuentra la provincia sudafricana de Gauteng, donde los casos diarios de COVID-19 se  duplican aproximadamente cada tres o cuatro días.

“Algunos de los pacientes de Omicron están diseminando muchos virus”, dice Leo Poon, virólogo de la Universidad de Hong Kong que detectó algunos de los primeros casos de Omicron fuera de Sudáfrica. El estudio de Poon ha demostrado que Omicron se propaga de manera muy eficiente a través del aire , "lo que puede estar provocando una mayor transmisión".

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Pero la evidencia ha revelado que "la principal ventaja de Omicron [sobre Delta] proviene del escape inmunológico", dice Tom Wenseleers, biólogo evolutivo y bioestadístico de la Universidad KU Leuven en Bélgica.

Sin embargo, en esta fase inicial hay muchas cosas que los científicos aún no pueden afirmar con seguridad sobre Ómicron y su potencial para empeorar gravemente la pandemia de la COVID-19. Hasta ahora, la mayoría de los casos estudiados de esta variante parecen estar siendo leves, aunque los expertos afirman que no debe subestimarse, y no está claro hasta qué punto las mutaciones podrán erosionar la eficacia de la vacuna. Tampoco se sabe si Ómicron causará una enfermedad más grave que Delta.

En muchos países de Europa, la aparición de esta nueva cepa ha coincidido con un nuevo aumento de casos, por lo que numerosos países han empezado a replantearse sus medidas de desescalada: cerrando al público recintos deportivos, volviendo a imponer el uso de la mascarilla y obligando a mostrar el pasaporte de vacunación, entre las medidas más destacadas. En España, apenas cinco días después de que la OMS bautizara la nueva cepa, se habían confirmado dos casos de COVID con esta variante, y hoy son ya 38 casos registrados, aunque los expertos sospechan que puede haber muchos más e irán en aumento de manera exponencial. 

Las pruebas preliminares de Sudáfrica sugieren que Ómicron podría ser más transmisible que las variantes anteriores: los casos positivos en la región de Tshwane de la provincia de Gauteng -donde Ómicron se detectó por primera vez el 9 de noviembre- aumentaron de menos del 1% a más del 30% de las muestras recogidas en las últimas tres semanas. Ómicron constituye ahora el 76% de todas las secuencias de SARS-CoV-2 en Sudáfrica, lo que la convierte en la variante más prevalente en el país. Está sustituyendo a otras variantes más rápidamente de lo que Delta sustituyó a Beta.

"[Es] un recordatorio de que tenemos esta nueva variante como resultado del fracaso del control de las infecciones", afirma Ravi Gupta, microbiólogo clínico de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), uno de los principales investigadores del mundo sobre el COVID-19.

Ómicron comparte muchas mutaciones clave con anteriores variantes preocupantes, pero también presenta una docena de mutaciones nuevas en su proteína espiga, la parte del virus esencial para infectar las células humanas. La nueva variante presenta 32 mutaciones en esta región, y los científicos temen que esta elevada cifra pueda impactar en la capacidad de los anticuerpos existentes para neutralizar la variante, haciendo que las vacunas actuales sean menos eficaces.

"Tiene mutaciones en prácticamente todos los sitios a los que se unirían los anticuerpos actuales", afirma Michael Worobey, que estudia la evolución de los virus en la Universidad de Arizona (Estados Unidos). También hay mutaciones que podrían hacer que Ómicron infecte las células más rápidamente y se transmita de persona a persona con mayor facilidad. "Esta es preocupante, y es algo que no he dicho desde la aparición de Delta", dice Gupta.

"Aunque sabemos que hay muchas mutaciones, en el caso de esta variante [Ómicron] aún no sabemos cuál es su efecto global", advierte Kei Sato, virólogo de la Universidad de Tokio. Sólo unas 1 000 personas han sido diagnosticadas con Ómicron, y los científicos disponen actualmente de muy pocas muestras y secuencias genéticas de Sudáfrica, lo que dificulta a los expertos sacar conclusiones firmes sobre el grado de contagio de Ómicron y si causa una enfermedad más grave.

El lado positivo es que los anticuerpos tomados de personas infectadas de forma natural y luego vacunadas han sido capaces de neutralizar un virus sintético del tipo Ómicron en pruebas de laboratorio. Esto sugiere que una dosis de refuerzo de una vacuna de ARNm puede seguir proporcionando una sólida protección contra Ómicron.

Ómicron "es un motivo de preocupación, no de pánico", declaró el lunes el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en una rueda de prensa. "La mejor protección contra esta nueva variante o cualquiera de las varias que hay y que ya hemos estado tratando, es vacunarse completamente y recibir una vacuna de refuerzo".

Por ahora, "tenemos todos los indicios de que las vacunas siguen siendo eficaces para prevenir la enfermedad grave y/o las complicaciones", afirma Ian Sanne, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo (Sudáfrica). "Los datos, sin embargo, son escasos y muy iniciales".

“Parte de la efectividad de las vacunas podría mantenerse frente a la variante ómicron”, afirma Isabel Sola, viróloga del CNB-CSIC, que trabaja en el desarrollo de una de las vacunas españolas contra la COVID-19. La viróloga considera que la nueva ola de COVID-19 "tendrá menos impacto gracias a la vacunación", pero alerta que no se debe bajar la guardia. 

Hasta ahora, durante estos casi dos años de pandemia, los cambios de las variantes no eran radicales respecto a su origen. Por tanto, las vacunas basadas en la secuencia original seguían dando una protección muy buena frente a las variantes. 

Sin embargo, "la variante ómicron acumula un número de mutaciones significativamente mayor", por lo que Sola afirma que es necesario esperar hasta tener más información sobre la efectividad de las vacunas frente a Ómicron. 

"Es posible que no sea un efecto de todo o nada y que no se pierda completamente la efectividad de las vacunas. En cualquier caso, actualizar las vacunas actuales no es demasiado complicado técnicamente", explica Sola. 

Cómo funcionan las mutaciones de Ómicron

Cuando un individuo se encuentra con el virus del SARS-CoV-2, las células inmunitarias del organismo producen anticuerpos dirigidos a la proteína de la espiga, la parte que el virus utiliza para adherirse a la proteína del receptor ACE2 de las células humanas e infectarlas. Cuando los anticuerpos se unen a la espiga, se bloquea la entrada del virus en la célula. Como la espiga es esencial para la infección, todas las vacunas autorizadas actualmente la utilizan para entrenar la respuesta inmunitaria del organismo.

Las 32 mutaciones que se producen en el gen de la espiga de Ómicron pueden organizarse en tres grupos, dependiendo de cómo alteren la función de la proteína de la espiga, dice Olivier Schwartz, virólogo e inmunólogo del Instituto Pasteur de Francia.

Algunas mutaciones mejoran la capacidad de la proteína de la espiga para unirse al receptor humano ACE2; otras ayudan a que la superficie del virus se fusione con la célula y permita la entrada del virus; otras alteran la apariencia de la proteína de la espiga, dificultando su reconocimiento y permitiendo que el virus evada los anticuerpos.

De las muchas mutaciones de la espiga de Ómicron, la pérdida de aminoácidos en las posiciones 69 y 70 hace que el virus sea dos veces más infeccioso que el original. Por fortuna, estas dos mutaciones no están presentes en Delta, lo que hace que Ómicron sea fácil de distinguir en un ensayo de PCR ampliamente utilizado.

Gupta, de la Universidad de Cambridge, ha demostrado anteriormente que estos aminoácidos eliminados, junto con una tercera mutación en la posición 796 de la proteína de la espiga, están asociados con la capacidad de Alfa para evadir la respuesta inmunitaria del organismo. Esto sugiere que estas mismas tres mutaciones podrían ayudar a Ómicron a escapar de la inmunidad existente, ya sea de las vacunas o de infecciones anteriores. Algunas pruebas preliminares ya sugieren que esto está sucediendo.

"Hasta la fecha se han producido algunos avances en las infecciones, pero han sido leves", afirma Barry Schoub, virólogo y asesor del gobierno sudafricano en materia de vacunas contra la COVID-19. Sin embargo, los expertos dicen que es demasiado pronto para saber si Ómicron causa una enfermedad más grave, ya que hay un desfase entre la infección y la hospitalización.

Se cree que otro grupo de mutaciones en Ómicron en las posiciones 655, 679 y 681 de la proteína de la espiga ayudan al virus a infectar las células humanas más fácilmente; también existen en la variante Mu y se sabe que aumentan su transmisibilidad.

Además, en un estudio que aún no ha sido revisado, los investigadores sugieren que una mutación que Ómicron comparte con Alfa y Mu podría ayudarle a replicarse más rápidamente y a resistir la inmunidad. Y una mutación en la posición 501 que también se encuentra en Alfa, Beta y Gamma hace que la proteína de la espiga se adhiera con más fuerza al receptor ACE2, lo que hace que el virus sea más eficiente a la hora de infectar células.

"Vemos que este virus se propaga con bastante rapidez en una población con, creemos, niveles muy altos de inmunidad", dice Richard Lessells, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de KwaZulu-Natal en Durban (Sudáfrica). "Eso es lo que nos preocupa", añade; "[Ómicron] podría tener una especie de mayor evasión inmunológica que las variantes anteriores".

Las cifras de incidencia de la sexta ola preocupan en todo el mundo, pero los expertos indican que debemos estar alerta sin caer en el pánico. El aumento de infecciones en los países con tasas altas de vacunación "no se traduce inmediatamente en un aumento de la presión hospitalaria y ni de las muertes porque ahora tenemos la contención de la inmunidad", explica Sola.

"Ahora bien, cuantos más casos nuevos, mayor será la probabilidad de hospitalizaciones, porque las vacunas tienen una muy alta efectividad, pero no del 100%. Y entre esas personas inmunizadas habrá algunas que sean más susceptibles y que, si se infectan, puedan acabar ingresadas", alerta.

Lo que aún no sabemos sobre Ómicron

En la región sudafricana de Gauteng, las muestras de sangre sugieren que el 80% de la población ya tenía cierta inmunidad debido a encuentros con variantes anteriores del SARS-CoV-2. Esto es lo que preocupa tanto a los expertos en relación al rápido aumento de Ómicron, que llegó a representar el 76 por ciento de los casos en sólo un par de semanas. En comparación, Delta tardó varios meses en alcanzar ese nivel de prevalencia.

El número de hospitalizaciones por COVID-19 en Sudáfrica también ha aumentado considerablemente en el último mes, pero aún no está claro si se debe al número total de personas infectadas o a la infección específica por Ómicron.

"Todavía no se dispone de suficiente información para llegar a una conclusión sobre la gravedad de Ómicron en comparación con otras variantes", afirma Ben Cowling, epidemiólogo de la Universidad de Hong Kong. Esto se debe a que la mayoría de los primeros casos se dan entre estudiantes universitarios y personas jóvenes, que suelen desarrollar una enfermedad más leve.

Con los datos actuales en la mano tampoco está claro si la ventaja de crecimiento de Ómicron sobre Delta se debe a su capacidad de escapar a la inmunidad reinfectando a personas previamente inmunes, o infectando a individuos que no han estado expuestos al virus, señala Tom Wenseleers, biólogo evolutivo y bioestadístico de la Universidad KU Leuven de Bélgica.

Aunque el número de personas que dan positivo en las zonas de Sudáfrica afectadas por Ómicron ha aumentado considerablemente, no hay datos suficientes para concluir si se debe enteramente a Ómicron o a eventos de superdifusión entre estudiantes y jóvenes.

A pesar del preocupante aumento de casos, los datos preliminares, incluidos los estudios del laboratorio de Theodora Hatziioannou en Nueva York, sugieren que las vacunas y los refuerzos siguen siendo herramientas poderosas contra el virus.

Los investigadores dirigidos por Hatziioannou, de la Universidad Rockefeller de Nueva York, crearon una versión sintética del virus que contenía muchas de las mutaciones de la proteína de la espiga que porta Ómicron. Descubrieron que los anticuerpos neutralizantes de las personas que se habían recuperado de COVID-19 y que luego recibieron una dosis de vacuna de ARNm eran capaces de rechazar el virus sintético mutado.

Sin embargo, el desarrollo de COVID-19 y la gravedad de la enfermedad no se manifiesta completamente hasta dos o tres semanas después de la infección, explica Sanne, lo que significa que se necesitará más tiempo para poder determinar si las vacunas existentes resisten a Ómicron fuera de las pruebas de laboratorio.

Mientras tanto, la mejor manera de evitar cualquier tipo de infección por Ómicron o cualquier otra variante es conseguir que más personas se vacunen y que los gobiernos sigan promoviendo medidas de salud pública como el distanciamiento social y el uso de mascarillas. "Por favor, vacúnense y pónganse la mascarilla en público, ya que las mutaciones de este virus probablemente provocan un alto nivel de escape de los anticuerpos neutralizantes", dice Gupta.

"La principal forma de minimizar la aparición de nuevas variantes es limitar las transmisiones en curso", añade Ridhwaan Suliman, investigador principal del Consejo de Investigación Científica e Industrial de Sudáfrica. "Los virus no pueden mutar si no pueden replicarse".

La viróloga del CSIC alerta, de cara a las reuniones navideñas, que "no es una situación tan oscura como hace un año", pero debemos ser cuidadosos. "Si nos juntamos con mucha gente y no lo hacemos en condiciones de seguridad, podemos transmitir ese virus a otros más vulnerables". 

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com y ha sido actualizado el 14 de diciembre con los datos de este nuevo artículo.

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