Se investigan nuevos tratamientos para la clamidia de los koalas

Los científicos podrían haber descubierto cómo los antibióticos pueden ayudar mejor a los marsupiales australianos infectados con esta enfermedad de transmisión sexual.

Por Liz Langley
Publicado 25 abr 2018, 10:34 CEST
Koala
Los koalas están disminuyendo en Australia debido a la pérdida de hábitat y a la invasión humana.
Fotografía de Doug Gimesy, National Geographic Creative

 

Los icónicos koalas australianos tienen un problema muy persistente. La clamidia, un tipo de enfermedad de transmisión sexual que también afecta a los humanos, ha afectado mucho a los koalas salvajes y algunas poblaciones registran una tasa de infección del 100 por 100.

La bacteria infecciosa no suele ser mortal, pero puede afectar gravemente a la salud de los koalas. Esto supone un problema, ya que la Unión Internacional para la Conservación de la Nauraleza considera al peludo animal vulnerable a la extinción, sobre todo por la pérdida de hábitat.

Los koalas jóvenes en el marsupio también se contagian al consumir una especie de papilla, una «materia fecal muy abundante en nutrientes» de la madre que las crías ingieren tras la lactancia, antes de empezar a consumir hojas de eucalipto. Esta papilla permitiría que los microbios intestinales del koala digieran taninos del eucalipto, la principal fuente de alimento de la especie, que de lo contrario serían tóxicos.

Durante más de dos décadas, los científicos han llevado koalas salvajes a hospitales de fauna salvaje para tratar su clamidia con antibióticos. El inconveniente es que los antibióticos podrían estar alterando los microbios intestinales que permiten a los koalas digerir eucalipto, según señala Katherine Dahlhausen, estudiante de doctorado en la Universidad de California, Davis.

Así se enfrentan los animales australianos a la ola de calor
En Australia, en enero es pleno verano y este ha sido especialmente caluroso y duro para los animales. El lugar más cálido es el interior de Australia,pero las zonas costeras también sufren. 

Por eso Dahlhausen dirigió un reciente estudio para investigar los microbiomas de los koalas en el transcurso de su tratamiento con antibióticos. Descubrió que la presencia de una bacteria sin nombre, estrechamente relacionada con una conocida degradadora de taninos, la Lonepinella koalarum, fue un factor significativo a la hora de determinar si un koala sobrevivía a un tratamiento con antibióticos.

El descubrimiento podría haberla ayudado a averiguar cómo mantener con vida a los microbios protectores en los koalas durante el tratamiento con antibióticos.

Es más, Dahlhausen señala que existen una serie de tratamientos alternativos posibles. Entre ellos está un enfoque sin antibióticos, añadiendo probióticos al tratamiento para restaurar las bacterias sanas, trasplantes fecales en los que se trasplantaría la materia fecal de un donante sano para restaurar las bacterias beneficiosas, y una vacuna contra la clamidia específica para los koalas que, hasta ahora, ha dado buenos resultados en ensayos clínicos.

El estrés

Los tratamientos alternativos son especialmente importantes, ya que manipular a koalas infectados puede generarles estrés, que se suma a su mal estado de salud.

«Cuando manipulas a un animal [salvaje], cierta cantidad del estrés disminuye su función inmune», explica Dalen Agnew, profesor adjunto en el departamento de Patobiología e Investigación Diagnóstica de la Universidad del Estado de Michingan.

Los koalas también deben soportar un entorno natural cada vez menos fiable, debido a la sequía provocada por el cambio climático y la construcción de carreteras que les obliga a abandonar sus árboles, colocándolos en el camino de coches y depredadores.

El menor espacio vital puede hacer que los grupos de koalas sean más pequeños y estén más aislados, dificultando que encuentren comida y parejas sanas y genéticamente diversas.

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