La enfermedad de los ‘ciervos zombies’ podría mutar y contagiar a humanos

Un nuevo estudio en monos incrementa la preocupación sobre el riesgo de que la desconocida enfermedad de la caquexia crónica, que está afectando al venado de diversos países, pueda contagiarse a las personas.

Por Cristina Crespo Garay
Publicado 21 nov 2018, 18:18 CET, Actualizado 3 ene 2024, 13:04 CET
Ciervos zombies
Fotografía de PxHere

En 2018, las manadas de ciervos, alces y renos de América del Norte se vieron afectadas por la bautizada como enfermedad de los ciervos zombies, un trastorno que destruye gradualmente el sistema nervioso de los animales. La caquexia crónica (CWD por su nombre en inglés, Chronic Wasting Disease), fue descubierta ya en 23 estados de los Estados Unidos, así como en dos provincias de Canadá, Noruega, Finlandia y un pequeño número en Corea del Sur. En diciembre de 2023, la enfermedad volvió a llamar la atención en varios medios de todo el mundo después de que se confirmara la primera muerte de un cérvido por esta enfermedad en el Parque Nacional de Yellowstone.

Debido a los trastornos neurogenerativos que provoca, los animales afectados pueden presentar diversos síntomas como descoordinación motora, pérdida de peso drástica, apatía y otras manifestaciones neurológicas.

El síndrome fue detectado por primera vez en animales en cautiverio en 1960, y en ciervos salvajes en 1981, pero desde el año 2000 el área afectada se ha incrementado hasta alcanzar diversos territorios, con una tasa de afectación de hasta un 79% en rebaños de animales cautivos.

A pesar de que en libertad la tasa se encuentra entre un 10% y un 25%, “es probable que las áreas afectadas continúen expandiéndose”, afirman los autores de un estudio de 2018 (actualizado regularmente) realizado por el Centro de Prevención y Control de Enfermedades del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).

Los priones, también causantes de las ‘vacas locas’

Con los estudios realizados hasta ahora, los científicos creen que la transmisión de este síndrome se produce a través de unas proteínas, llamadas priones, que se diseminan entre los animales a través de fluidos corporales, bien sea de forma directa o a través de la contaminación del suelo, el agua o los alimentos.

Las enfermedades priónicas o encefalopatías espongiformes transmisibles (EET) son una familia de trastornos neurogenerativos raros que afectan tanto a los animales como a los humanos, entre las que se encuentra la enfermedad de las ‘vacas locas’.

Un bombero salva a un ciervo atrapado en el hielo
A este ciervo le costaba ponerse de pie sobre un lago helado y resbaladizo en la ciudad de Sunriver, Oregón. Pero el bombero Jeff "JJ" Johnston, que acudió al campo de golf Woodlands, tenía el equipo adecuado para ayudarlo. Un trineo de rescate extiende el peso sobre el hielo y permanece a flote sobre el agua. Empujando al ciervo con la parte frontal del trineo, el bombero lo llevó hasta la orilla. Fue un buen ejercicio para el equipo de rescate y un golpe de suerte para el ciervo.

Dieciocho años después de que este síndrome, que duró 8 años y afectó a más de 700 animales y 200 personas, hiciera saltar las alarmas en España, la teoría más aceptada es que “por razones que aún no se comprenden, la proteína priónica normal se transforma en una forma patógena (dañina) que daña el sistema nervioso central”, afirma un estudio del CDC.

(Relacionado: 5 parásitos 'zombi' que controlan mentalmente a sus víctimas)

Riesgo de contagio en humanos

Hasta la fecha, no se han reportado casos de infección por CWD en humanos. Sin embargo, diversos “estudios en animales sugieren que la CWD representa un riesgo para algunos tipos de primates no humanos, como los monos, que comen carne de animales infectados o entran en contacto con el cerebro o fluidos corporales de ciervos o alces infectados”. En base a estos estudios, surge la preocupación por un posible riesgo de contagio a humanos, según el Centro de Prevención y Control de Enfermedades.

Según la información del CDC de Estados Unidos, aunque no se hayan encontrado casos de la enfermedad de los 'ciervos zombies' en humanos, "los estudios experimentales dispietan cierta preocupación ante la posibilidad de que la CWD pueda suponer un riesgo para las personas y es importante evitar la exposición humana al CWD".

Según afirmaba Mark Zabel, director del Centro de Investigación Prion en la Universidad Estatal de Colorado (Estados Unidos), a la revista Live Science, hay motivos para sospechar que la enfermedad “puede estar evolucionando, y podría ser cuestión de tiempo antes de que un prión evolucione y sea capaz de infectar a un humano”.

Los científicos creen que la rápida propagación se debe en gran parte a la capacidad de esta proteína de permanecer en el ambiente, incluso tiempo después de que el animal portador haya fallecido. Según los datos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), hasta noviembre de 2023, se han confirmado casos de cérvidos muertos por la enfermedad de los 'ciervos zombies' en animales salvajes de 32 estados de Estados Unidos y 4 provincias canadienses.

En julio de 2017, los científicos presentaron un estudio en el que confirmaban la transmisión del CWD a monos alimentados con carne infectada, lo que hizo saltar las alarmas debido a que, además, muchos de los animales infectados utilizados en el estudio eran asintomáticos, es decir, presentaban un comportamiento normal a pesar de estar contagiados.

Lo que no cabe duda es que la enfermedad cada vez está más en el radar de los investigadores y en junio de 2023 se celebró el 4º Congreso Internacional de CWD en Denver (Estados Unidos) y el Centro Nacional de Salud de Vida Salvaje dependiente del USGS ha puesto en marcha un sistema de seguimiento y monitorización de la enfermedad. Por su parte, la Alianza contra la CWD asegura que "la literatura publicada indica que hay una fuerte barrera interespecies que evita que la CWD pueda transmitirse a los humanos" pero, también avisa, que los priones podrían mutar y lo se debería comer carne de un animal infectado con la enfermedad de los 'ciervos zombies'.

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