Este marsupial es el único animal que siempre está embarazado

Los ualabíes de pantano tienen dos úteros, así que pueden concebir una nueva cría antes de dar a luz a otra.

Por Douglas Main
Publicado 3 mar 2020, 12:41 CET
Ualabí de pantano
Los ualabíes de pantano hembra suelen volver a quedarse embarazados dos días antes de dar a luz.
Fotografía de Jurgen and Christine Sohns, Minden Pictures

La mayoría de los mamíferos pueden quedarse embarazados varias veces durante la adultez, pero para la gran mayoría hay una pausa tras cada parto, mientras las madres amamantan a las crías. Para algunos, claro está, es normal solo tener una o dos crías en toda su vida.

Pero los ualabíes de pantano, unos pequeños marsupiales saltarines que se distribuyen por toda Australia oriental, se alejan bastante de la norma: una nueva investigación sugiere que la mayoría de las hembras adultas siempre están embarazadas. Según un estudio publicado el 2 de marzo en Proceedings of the National Academy of Science, los animales normalmente conciben uno o dos días antes de dar a luz.

Como todos los marsupiales, los ualabíes de pantano (Wallabia bicolor) dan a luz a bebés diminutos e inmaduros que se arrastran hasta un marsupio especial donde beben la leche materna. Brandon Menzies, coautor del estudio e investigador de la Universidad de Melbourne, explica que algunos marsupiales, como los canguros, pueden aparearse y concebir casi un día después de dar a luz, pero no antes.

Estos ualabíes son el único animal, además de la liebre europea, que puede quedarse embarazado mientras está gestando. Pero las liebres tienen épocas de apareamiento específicas y no están embarazadas continuamente durante la mayoría o la totalidad de sus vidas adultas, como es el caso de los ualabíes de pantano hembra.

El estudio es importante porque «entender la biología y la endocrinología de la reproducción en cualquier especie también podría enseñarnos lecciones valiosas sobre la reproducción humana», afirma David Gardner, de la misma universidad, pero que no ha participado en el trabajo.

¿Cómo funciona?

Normalmente, es imposible concebir mientras el mamífero hembra está embarazado. «Existe un abanico entero de motivos por los que no quieres concebir durante el periodo activo de gestación», explica Menzies. Parte del motivo es anatómico. La mayoría de los animales tienen un útero; si ya hay un embrión en desarrollo en él, no cabe otro. Sin embargo, los marsupiales tienen dos úteros, cada uno con su propio ovario y cuello uterino.

Un segundo motivo está relacionado con el sistema endocrino. Las hormonas que nutren a un feto en desarrollo son diferentes de las que normalmente permiten la implantación de un óvulo fertilizado tras el apareamiento. (Por eso muchos anticonceptivos de emergencia en humanos contienen progesterona, por ejemplo, una hormona que suele mantener la gestación, pero que también previene la ovulación.) Menzies dice que aún no saben cómo se produce la concepción exactamente en estos ualabíes de pantano, solo saben que ocurre.

El ciclo comienza cuando un ualabí hembra se aparea, en enero o febrero. Ya embarazado del año anterior, da a luz un día o dos después y esta cría trepa a su marsupio para mamar. El nuevo embrión fertilizado, también denominado blastocisto y que consta de entre 80 y 100 células, permanece en el útero, latente, en una fase denominada «diapausa embrionaria».

Por otra parte, la primera cría sigue mamando y creciendo. Menzies explica que esta cría (que en inglés se denomina joey) ya está preparada para salir del marsupio en torno a septiembre. Esto coincide con el crecimiento de la hierba verde, que llega con la primavera del hemisferio sur.

Poco a poco, la cría empieza a mamar menos. En torno a diciembre, se desteta a la cría. Esto inicia el crecimiento del embrión quiescente, que nace un mes después. Para entonces, la hembra ha ovulado y se ha apareado de nuevo.

Mucho por aprender

Los investigadores llegaron a estas conclusiones llevando a cabo ecografías a 10 ualabíes de pantano cautivos. Obtuvieron imágenes de las hembras en varias ocasiones del año y anotaron cuándo se apareaban. Observaron la presencia de un blastocisto latente en nueve de los 10 tras aparearse y mientras la segunda cría estaba mamando en el marsupio de la madre.

Gardner, que estudia la fertilización in vitro, afirma que comprender mejor la diapausa embrionaria podría ser valiosísimo.

«Si pudiéramos solventar este proceso complejo, quizá no tendríamos que criopreservar a los embriones, sino mantenerlos en estasis dentro del laboratorio», añade. «Aún queda mucho por aprender de los marsupiales».

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.
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