Una buena alimentación alarga la vida de tu perro

¿Hasta qué punto influye la alimentación en los animales que tienes a tu cuidado? La evidencia nos dice que la comida es un factor determinante tanto de la calidad de vida de nuestros animales de compañía, como de la duración de la misma.

Por Paula Varea
Publicado 21 abr 2022, 18:43 CEST
Braco húngaro

Un vizsla o braco húngaro posa en el parque forestal de la reina Isabel, en Escocia. Históricamente, esta raza acompañaba a los cazadores y detectaba y atrapaba a las presas.

Fotografía de Tony Clerkson, Alamy

La alimentación es muy importante. Te lo llevan diciendo toda la vida. No hace falta que te lo creas así, sin argumentos. Numerosos estudios desvelan la ciencia detrás de la comida para animales y nos ayudan a comprender cómo la alimentación influye en la esperanza de vida de tu perro.

Desde prevenir enfermedades hasta causarlas, los alimentos son capaces de modificar por completo la salud de tu perro, y por tanto de influir en su esperanza de vida. Una dieta que promueva una flora intestinal sana, que contenga antioxidantes y aminoácidos esenciales, que aporte la hidratación necesaria y que esté libre de aditivos artificiales, ayudará a que tu perro viva más y mejor.

Alimentación ayuda a prevenir enfermedades

Cuando tu perro ingiere un alimento, este sigue un recorrido pasando por su boca, su esófago y su estómago hasta llegar a su intestino donde los nutrientes son absorbidos y pasan al corriente sanguíneo. Aquí viene la parte crucial, pues la flora intestinal es un aliado imprescindible del sistema inmunitario de tu perro: si esa flora es débil, los organismos patógenos provenientes del exterior (como virus o bacterias) entrarán con facilidad al riego sanguíneo. Así es como se contraen muchas enfermedades.

Precisamente mediante la alimentación es posible reforzar esa flora intestinal. Los probióticos son microorganismos vivos, bacterias beneficiosas que recorren el tracto digestivo y se implantan en el intestino. Los más utilizados son los lactobacillus y los bifidobacterium.

Los prebióticos son compuestos que estimulan el crecimiento y la actividad de las bacterias beneficiosas, es decir, son como la comida de los probióticos y el resto de bacterias que conforman la biota intestinal. Los prebióticos más utilizados son dos: la inulina y los fructooligosacáridos (FOS).

Al incluir probióticos y prebióticos en la dieta, se están reforzando las defensas naturales de los perros, y por ende su sistema inmunitario, además de mejorar la absorción de nutrientes que provienen de los alimentos.

La importancia de los antioxidantes

Para entender cómo la alimentación influye en el deterioro del cuerpo de los perros hay que explicar cómo está estructurado su organismo. Al igual que el de las personas, el organismo de los perros está formado por sistemas (sistema nervioso, muscular, circulatorio, digestivo, respiratorio, linfático etc.), que a su vez están compuestos de órganos, que se forman de tejidos. La base de todo son las células, de las cuales están compuestos los tejidos.

De forma natural, las células se deterioran y envejecen. Existen unas moléculas llamadas radicales libres que se generan de forma natural en el organismo, las cuales son necesarias para el normal funcionamiento del organismo, pero que tienen un efecto oxidante de las células. Cuando hay un exceso de radicales libres se produce el llamado estrés oxidativo, que conlleva deterioro de las células, tejidos y órganos.

Sin embargo, existen unos compuestos llamados antioxidantes que contribuyen a evitar el envejecimiento prematuro de las células. Actúan neutralizando a los radicales libres oxidándose ellos mismos. Cuando en la alimentación se incluyen antioxidantes, como los polifenoles, se está contribuyendo a alargar la vida de nuestro perro contrarrestando las consecuencias del estrés oxidativo.

Aminoácidos externos pero esenciales

Los aminoácidos son compuestos químicos que se unen para formar las proteínas, que son fundamentales en la mayoría de procesos biológicos.

Hay algunos aminoácidos, denominados esenciales, de especial importancia en la dieta ya que el organismo no puede producirlos por sí solo. Son esenciales porque deben incluirse en la dieta y la ausencia de uno sólo en la alimentación paraliza la síntesis de proteínas normales y vitales para el organismo haciendo que el animal utilice sus propias proteínas para sintetizar las que faltan, poniendo en peligro su vida progresivamente.

En el caso de los perros, los antioxidantes que tienen que ser aportados por la dieta son: Arginina, Histidina, Isoleucina, Leucina, Lisina, Metionina, Fenilalanina, Triptófano, Treonina y Valina.

El agua es clave para un riñón que funcione bien

Otra de las claves de una buena alimentación, y que muchas veces se pasa por alto, es la hidratación. Los riñones son los encargados de filtrar todas las toxinas que el cuerpo ha generado. Aportando la suficiente cantidad de agua en la dieta nos aseguramos de que el sistema renal drena correctamente esas toxinas, y de que son expulsadas del cuerpo a través de la orina. Cuando la hidratación es insuficiente los riñones no pueden depurar bien, y los productos de desecho comienzan a acumularse en la sangre de los animales, pudiendo dar lugar a numerosos problemas de salud, como la enfermedad renal.

Los alimentos en forma de croqueta pasan por un proceso de extrusionado en el cual se elimina casi toda la humedad que contienen los ingredientes, por lo que en esta dieta el aporte de agua es mínimo. En cambio, los húmedos o semihúmedos contienen mayor porcentaje de agua. La ingesta de alimentos húmedos contribuye a una mejor hidratación del perro, y a que sus riñones e hígado no tengan que soportar la misma presión que cuando come alimento seco o croquetas.

Lo más bonito y sabroso no siempre es lo mejor

Las dietas que no son naturales incluyen ingredientes llamados aditivos: son los apetentes, los colorantes o los conservantes artificiales.

Estas sustancias modifican las propiedades organolépticas del alimento, haciendo que parezca atractivo a la vista, que tenga un sabor más apetente o que se conserve durante más tiempo, pero que pueden generar problemas en el perro. En pequeñas dosis no son dañinos, pero en altas concentraciones o cuando su ingesta se prolonga en el tiempo tienen un efecto no beneficioso para la salud.

En el paradigma de la salud del perro influyen muchísimos factores y a veces es complicado, como cuidadores, saber si lo estamos haciendo bien. Muchas veces estos factores no dependen de nosotros, y no hay nada que podamos hacer.

La alimentación es un buen punto de partida: tenemos conocimientos, tenemos opciones y tenemos la capacidad de decidir. Podemos influir positivamente en la salud de nuestros perros a través de una comida que les de todo lo que necesitan para vivir una vida plena a nuestro lado y para que, de paso, esta dure lo máximo posible.

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