Los topos huelen en estéreo

Por Redacción National Geographic
LOS TOPOS HUELEN EN ESTÉREO

6 de febrero de 2013

El topo común es prácticamente ciego, pero según un nuevo estudio, lo compensa con un sentido del olfato estereofónico.

La mayoría de los mamíferos, incluidos los seres humanos, ven y escuchan en estéreo. La visión en estéreo, por ejemplo, significa que vemos los objetos en tres dimensiones.

Sin embargo, muy pocos mamíferos tienen un sentido del olfato estereofónico, lo que significa que cada fosa nasal opera independientemente de la otra, enviando señales distintas al cerebro, que se registran entonces para determinar la dirección del olor.

Un estudio anterior demostró que las ratas podían ser entrenadas para determinar si un olor provenía de la derecha o de la izquierda. Sin embargo, el nuevo estudio realizado con topos es el primero en mostrar a mamíferos utilizando esta habilidad como parte de su comportamiento natural.

El biólogo Kenneth Catania ha confirmado que el topo común emplea esa capacidad para distinguir la intensidad de los olores en cada fosa nasal y encontrar alimento. (Ver «Los secretos del olor: las distintas partes de nuestra nariz distinguen entre buenos y malos olores»).

«Era un escéptico. No pensé que fuera posible, porque las fosas nasales de los topos están demasiado cerca», afirma Catania, investigador de la Universidad de Vanderbilt (Tennessee, Estados Unidos).

Experimentando con topos

En uno de los experimentos, Catania colocó un topo en un escenario circular con pozos de alimento distribuidos alrededor de un arco de 180 grados y puso lombrices de tierra  al azar en diferentes pozos. La cámara se sellaba temporalmente para poder detectar cada vez que el topo olfateaba por el cambio de presión del aire.

Al entrar en la cámara, el topo olfateaba el aire, y en cinco segundos o incluso menos, localizaba los trozos de lombriz. «Movía el hocico y luego se dirigía hacia el alimento, en una trayectoria directa», señala Catania, cuyo estudio fue publicado el 5 de febrero en la revista Nature Communications.

En otro experimento, Catania bloqueó las fosas nasales con un pequeño tubo de plástico. Cuando la fosa nasal izquierda estaba bloqueada, el topo se desviaba constantemente hacia la derecha, y al revés.

Según Catania, los resultados son similares a los obtenidos en un estudio sobre la audición de las lechuzas realizado en 1979, que determinó que el bloqueo de una de las orejas del animal les hacía juzgar erróneamente la ubicación de la fuente del sonido.

Catania también insertó tubos de plástico en las fosas nasales de los topos y los cruzó, de manera que la fosa derecha olfateaba el aire a la izquierda del animal y la fosa izquierda hacía lo propio en el lado derecho. Así, los animales acabaron buscando de un lado a otro, confundidos. Ver también «Los topos y las musarañas pueden oler a sus presas bajo el agua»).

A pesar de que en estas circunstancias les costaba más encontrar el alimento, al final lo conseguían. Catania cree que se debe a que no dependen únicamente de su sentido del olfato en estéreo para encontrar comida.

Los animales también prueban la intensidad de un olor en sitios diferentes, comparándola y dirigiéndose hacia el olor más fuerte, una estrategia que la mayoría de los mamíferos, incluidos los humanos, utilizarían.

Una ayuda para evitar peligros

Upinder Bhalla, neurocientífico del Centro Nacional de Ciencias Biológicas de Bangalore (India) confirmó en 2006 que las ratas pueden oler en estéreo. Según él tal habilidad es muy útil en animales que tienen que tomar rápidas decisiones.

«Si puedes localizar la situación de un gato con un único olfateo en lugar de dos tendrás más posibilidades de sobrevivir», señala Bhalla, que no participó en el estudio de los topos.

«Del mismo modo, si eres eficaz y preciso al seguir un olor, especialmente con la mezcla de olores que encontramos en la naturaleza, encontrarás su origen más rápidamente».

Bhalla cree que la capacidad de oler en estéreo podría ser muy habitual entre los mamíferos, incluidos los seres humanos. Por ejemplo, un estudio de 2010 de Noam Sobel, neurocientífico de la Universidad de California, sugiere que las personas también utilizan ambas fosas nasales para localizar olores. (Ver también «Las personas con mejor sentido del olfato son más comprensivas»).

«Los humanos también pueden hacerlo si se les presiona para ello, aunque no suele darse el caso», añade Bhalla. Por ejemplo, los sujetos del estudio de 2010 tuvieron que ponerse a cuatro patas en la hierba y localizar el olor de chocolate.

«Creo que la mayoría de los animales que dependen de su sentido del olfato podrían oler en estéreo».

El autor del estudio de los topos Kenneth Catania está de acuerdo en que muchos mamíferos podrían contar con tal habilidad, sin embargo, «en cuanto a los humanos sigo siendo escéptico y creo que no es posible», concluye.

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