Los científicos de Florida tratan de salvar las raras orquídeas fantasma

Las actividades humanas amenazan estas flores extrañas y hermosas que los científicos aún están empezando a comprender.

Por Douglas Main
fotografías de Mac Stone
Publicado 28 oct 2019, 13:16 CET
La rara orquídea fantasma crece principalmente en tres áreas protegidas del sur de Florida. Sus hermosas flores han fascinado a personas de todo el mundo.
Fotografía de Mac Stone

La orquídea fantasma es una flor rara y bella que solo crece en Cuba y en los bosques inundables del sur de Florida, donde quedan unos 2000 ejemplares. Esta especie, que extrae humedad del aire, carece de hojas y presenta unos tallos verdes que se aferran a los árboles para anclar a la planta. La mayor parte del año, la orquídea fantasma es anodina.

Pero cuando florece, resulta asombrosa. La flor posee un tono blanco que destaca sobre el verde oscuro de los pantanos que habita. De sus pétalos se extienden dos colas largas y delicadas que revolotean con la brisa, y parece que flota en el aire. La orquídea fantasma, una especie paraguas, solo sobrevive en bosques intactos con niveles de humedad altos que la protegen de las heladas invernales, la sequía y los incendios forestales.

Uno de los pocos lugares donde se puede observar fácilmente una orquídea fantasma es el refugio del pantano de Corkscrew, el mayor bosque primario de cipreses calvos o cipreses de los pantanos. Lo llamativo aquí es que no se trata de una orquídea fantasma normal y corriente, sino de una planta enorme denominada «superfantasma». Se encuentra a 15 metros de altura en un ciprés —lugar donde está protegida de los furtivos— y los visitantes pueden admirarla con un telescopio.

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    La orquídea fantasma no es la única planta aerófita, o epífita, que habita pantanos y bosques inundables. Las exuberantes copas de los cipreses añosos proporcionan hábitats y microclimas ideales para otras epifitas raras, como esta orquídea Polystachya concreta.
    Fotografía de Mac Stone

    Esta superfantasma, que puede constar de varias plantas entrelazadas, produce más de 40 flores en verano y puede tener 10 o más en flor al mismo tiempo.

    «Es una locura», afirma el fotógrafo Mac Stone, ya que la mayoría de las orquídeas fantasma silvestres solo producen una o dos flores al mismo tiempo.

    Pero esta superfantasma y otras orquídeas fantasma podrían correr peligro. Una nueva investigación pone de manifiesto que Corkscrew se está secando. Sus pantanos y sus bosques inundados estacionalmente atraviesan períodos secos más prolongados, se secan más deprisa y contienen menos agua en total, según un nuevo trabajo publicado en la revista Wetland Science & Practice.

    Aunque el estudio —cuyos coautores son Shawn Clem, el director de investigación del refugio, y Michael Duever, hidrólogo — se centra exclusivamente en el pantano de Corkscrew, científicos y conservacionistas sostienen que la mayoría de las orquídeas fantasma de Florida están amenazadas por el mismo problema: los cambios del uso de tierras y la urbanización limitan el flujo de agua en sus hábitats fundamentales.

    La amenaza del desarrollo urbano

    Las orquídeas fantasma de Florida se hayan principalmente en áreas protegidas: refugios nacionales de vida silvestre, reservas y bosques estatales y refugios privados, como Corkscrew. Estos lugares poseen lo que necesitan las orquídeas y otras plantas aerófitas, o epífitas: un alto nivel de humedad gracias al agua estancada durante la estación húmeda, que comienza a finales de primavera y dura todo el otoño.

    Históricamente, las orquídeas fantasma han sido capaces de sobrevivir a la estación seca porque esta no dura lo suficiente como para que se sequen. Por ejemplo, el estudio determina que entre los años 1960 y 2000, el agua de Corkscrew se secó un máximo de dos meses en los bosques de cipreses. Pero en los últimos años, Corkscrew atraviesa más de tres meses secos al año. Según Peter Houlihan, científico de conservación y explorador de National Geographic que estudia las orquídeas, en algunos lugares podría ser suficiente para afectar a las plantas.

    «Históricamente, eso nunca habría ocurrido», afirma Houlihan. Estos periodos de sequía pueden provocar extinciones locales de orquídeas fantasma. «Es solo un ejemplo de lo delicada que es la orquídea fantasma».

    Una polilla Pachylia ficus vuela sobre una orquídea fantasma tras polinizar la flor en el pantano de Corkscrew.
    Fotografía de Mac Stone
    El biólogo Peter Houlihan inspecciona la «superfantasma» a 15 metros de altura en un ciprés calvo.
    Fotografía de Mac Stone

    El trabajo de Clem y Duever sugiere varias causas de la disminución del agua, la mayoría vinculadas al desarrollo urbano. Entre ellas figuran el desvío por canales (que impiden que el agua inunde carreteras y barrios), el aumento de la extracción para áreas periféricas y la agricultura, y la disminución del espacio verde para el almacenamiento del agua. La ausencia de incendios naturales también ha provocado un cambio en la cubierta vegetal, de gramíneas a plantas grandes, como arbustos, que utilizan más agua.

    Clem afirma que esto nos demuestra que no podemos crear una reserva y relajarnos. Debemos defender las plantas, los animales y el ecosistema entero de amenazas que están fuera de los límites del refugio.

    «No podemos rodear un lugar con una valla y suponer que hemos resuelto todos los problemas. Debemos pensar cómo estamos gestionando el agua» y proteger su flujo, afirma Robert Sobczak, hidrólogo de la reserva nacional Big Cypress, que alberga unas mil orquídeas fantasma, la mayor cantidad.

    Los huanábanos cimarrones de Cuba (Annona glabra) son huéspedes importantes para las orquídeas fantasma. Pueden sobrevivir a periodos de inundación largos y sus copas densas crean un microclima ideal para las orquídeas.
    Fotografía de Mac Stone

    Una urbanización que traspasa fronteras

    La hidrología de casi todos los lugares de Florida donde hay orquídeas fantasma se ha visto alterada por la urbanización de las zonas circundantes: por ejemplo, en Big Cypress el paisaje ha sido mucho más seco en los últimos 15 años de lo que ha sido históricamente.

    «Ahora se seca en octubre», afirma Sobczak por teléfono mientras visita uno de los grandes grupos circulares de cipreses que se distribuyen por la reserva. «Este grupo debería estar lleno». Aunque aún no puede establecer un vínculo directo entre la falta de agua y la muerte de las orquídeas fantasma en Big Cypress, es algo que los angustia a él y a su colega Tony Pernas.

    «Estoy preocupado», afirma Pernas, botánico y director de gestión de recursos en la reserva. «Las orquídeas fantasma tienen un nicho en las áreas del pantano con aguas más profundas, así que un descenso de unos centímetros en los niveles del agua podría provocar incendios forestales que podrían destruir su población». Solo en los dos últimos años, las llamas han arrasado 12 hectáreas de Big Cypress, llevándose gran parte del hábitat principal de las orquídeas fantasma.

    Un paseo de madera serpentea por el refugio del pantano de Corkscrew y sus prados húmedos, pantanos y la mayor población del mundo de cipreses vírgenes.
    Fotografía de Mac Stone

    La situación es más urgente en el bosque estatal de Picayune Strand. Como en otras partes de la zona (salvo Corkscrew), sus bosques primarios de cipreses se talaron en las décadas de 1940 y 1950. Poco después, comenzaron a construirse un canal y una carretera para una ciudad planificada llamada Southern Golden Gate Estates, concebida como la mayor subdivisión del mundo. Finalmente, el plan se vino abajo, pero según Mike Owen, biólogo de la reserva estatal de Fakahatchee Strand al este de Picayune, el drenaje de la zona y la posterior bajada del nivel freático han afectado mucho a la flora, incluidas las orquídeas fantasma.

    «Picayune ya no tiene muchas orquídeas fantasma; antes sí», afirma Owen. «Eso se debe en parte a las reducciones del hidroperíodo», añade, refiriéndose al período en el que el suelo está cubierto de agua. Sostiene que el hidroperíodo más breve se debe a una serie de canales que aún se distribuyen por la propiedad.

    El caudal de la reserva de Fakahatchee y el refugio de fauna Florida Panther, que juntos albergan a casi la mitad de las orquídeas fantasma del estado, también pierde agua debido a un canal que discurre por la carretera estatal 29. Esta vía de dos carriles —que el estado quiere ampliar a cuatro— discurre hacia el norte desde Everglades City, en la costa, hacia el interior sudoeste y conduce el agua hacia el mar, alejándola de los terrenos de conservación.

    La «superfantasma», la mayor orquídea fantasma silvestre documentada en el sur de Florida, exhibe muchas flores a la vez, a veces durante gran parte del verano.
    Fotografía de Mac Stone

    Motivos de esperanza

    Los programas de restauración y una planificación más minuciosa podrían ser de gran ayuda. La reserva estatal de Fakahatchee Strand, por ejemplo, ha conectado dos canales que atraviesan el terreno y que antes desviaban el agua al oeste. Owen afirma que desde ese cambio, el nivel del agua ha aumentado más de 30 centímetros en la reserva, infame porque allí detuvieron a un hombre llamado John Laroche en 1994 cuando intentaba robar orquídeas fantasma y otras epífitas, una historia narrada en el libro El ladrón de orquídeas y en la película Adaptation.

    «Creo que es una llamada de atención» para que mantengamos niveles saludables de agua en áreas protegidas, dice Sobczak sobre el trabajo de Clem y Duever. Aunque Corkscrew está más cerca de urbanizaciones suburbanas que la mayoría del resto de hábitats de las orquídeas, las subdivisiones se están propagando. Conforme se acercan a las áreas protegidas, los cambios hidrológicos podrían afectarlos a todos.

    Houlihan afirma que queda mucho que aprender sobre la orquídea fantasma (Dendrophylax lindenii), de ahí la importancia de proteger su hábitat. Por ejemplo, un estudio de septiembre de 2019 de Houlihan, Stone, Clem, Owen y Thomas Emmel —con observaciones de un equipo dirigido por el fotógrafo Carlton Ward en el refugio nacional de fauna Florida Panther— demostró que las orquídeas fantasma son polinizadas por más de una especie de polilla, a diferencia de lo que pensaban los científicos. Este descubrimiento no solo aporta información sobre la biología reproductiva poco conocida de esta planta, sino que sugiere que conservar a la orquídea fantasma podría costar menos de lo que se cree, ya que no depende de un único polinizador.

    Debido a la ardua situación de la orquídea, muchos científicos y conservacionistas intentan que la Ley de Especies en peligro de extinción de los Estados Unidos otorgue protección a la flor. Owen y otros expertos están trabajando para aportar datos que apoyen la solicitud de inclusión, que esperan poder presentar en el futuro próximo. La inclusión de la orquídea en la Ley de Especies en peligro de extinción también proporcionaría más protecciones a su hábitat.

    «Debemos proteger áreas como Corkscrew para seguir estudiando la ecología y conservar las plantas y animales únicos que las habitan», afirma Clem.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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