¿De verdad la variante Ómicron es menos severa y peligrosa que Delta?

¿En qué afecta esta variante, mucho más contagiosa, a las vacunas, uso de mascarillas, higiene y distancia social? Repasamos las claves de la nueva cepa de COVID-19.

Por Emily Sohn
Publicado 12 ene 2022, 11:30 CET
Una mujer toma una muestra como parte de la prueba rápida del antígeno COVID-19

Una mujer toma una muestra como parte de la prueba rápida del antígeno COVID-19 el 6 de enero de 2021, en Edmonton, Alberta, Canadá.

Fotografía de Artur Widak, NurPhoto via Getty Images

Si contraes la COVID-19 en España, es muy probable que se trate de la variante Ómicron, puesto que desde comienzos de este año se ha convertido en la cepa dominante en el país. Con docenas de mutaciones, Ómicron es significativamente diferente de la variante Delta, antes dominante. Esto se traduce en que, tras casi dos años de pandemia, es posible que tengamos que cambiar de nuevo algunos de nuestros comportamientos.

Entre los cambios, la variante Ómicron es más transmisible y más esquiva a la hora de evadir los anticuerpos existentes. "Para mí, el mayor cambio, lo más impactante, es lo increíblemente infeccioso que es esto. Nunca he visto nada tan infeccioso en mi vida", afirma Carlos del Río, epidemiólogo y especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Emory en Atlanta (Georgia, Estados Unidos). Al mismo tiempo, Ómicron causa síntomas diferentes y parece provocar una enfermedad menos grave.

Aun así, las diferentes cepas de SARS-CoV-2 comparten importantes similitudes, y gran parte de los consejos básicos de salud pública -vacunarse, llevar mascarilla- siguen siendo los mismos. Esto es lo que dicen las últimas investigaciones sobre la seguridad en la era de Ómicron.

¿Causa realmente Ómicron una enfermedad menos grave que Delta?

Múltiples líneas de investigación de varias partes del mundo sugieren que la variante Ómicron causa una forma menos grave de COVID-19. En Sudáfrica, donde Ómicron se detectó por primera vez en noviembre de 2021, una empresa aseguradora privada informó a mediados de diciembre de que los adultos con Ómicron tenían un 29% menos de probabilidades de ser hospitalizados, en comparación con adultos infectados varios meses antes. En el Reino Unido, la tasa de ingresos hospitalarios entre las personas que acudieron a urgencias con Ómicron fue un tercio de lo que fue para Delta, según un resumen de la investigación de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido publicado el 31 de diciembre de 2021.

A principios de enero, los adultos estadounidenses con Ómicron tenían menos de la mitad de probabilidades de acudir a urgencias, ser hospitalizados o ser conectados a un respirador artificial, según un trabajo preliminar realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Case Western Reserve en Cleveland (Estados Unidos). Su estudio, que aún no ha sido revisado por pares, examina los datos de más de 14 000 pacientes y tiene en cuenta su estado de vacunación y cualquier enfermedad preexistente.

Un cambio en los síntomas refleja esas tendencias, dice del Río. En el hospital, los pacientes se presentan con menos frecuencia con síntomas similares a los de la neumonía y con sistemas inmunitarios hiperactivos, como se observaba en oleadas anteriores. En su lugar, se presentan con más frecuencia con congestión y picor de garganta. "En Ómicron, los síntomas son más parecidos a los de un resfriado", dice.

(Por qué la clave para frenar Ómicron está en ajustar las vacunas existentes de COVID-19)

¿Difiere la gravedad en función de la edad o de las enfermedades preexistentes?

Ómicron parece ser menos grave que la Delta en todos los grupos de edad, incluso en los adultos mayores de 65 años y en los niños demasiado pequeños para ser vacunados, según el estudio del Case Western. Sin embargo, como ocurre con otros problemas de salud, la edad sigue siendo un factor, dice del Río. "Para cualquier enfermedad, si eres mayor, te va a ir mucho peor", dice.

Las personas con afecciones subyacentes o sistemas inmunitarios comprometidos también siguen siendo más vulnerables, al igual que las personas que no están vacunadas. Aunque las vacunas actuales son menos eficaces para prevenir los síntomas de la Ómicron que de la Delta, el informe del Reino Unido descubrió que las personas que estaban totalmente reforzadas tenían hasta un 88% menos de probabilidades de ser hospitalizadas con la Ómicron en comparación con las personas no vacunadas. Los hospitales de todo el país informan de que los pacientes no vacunados constituyen la mayoría de los ingresados ahora mismo en las unidades de cuidados intensivos.

Independientemente de la edad o el estado de salud, las personas infectadas con Ómicron pueden sentirse muy mal aunque no tengan que ir al hospital, y la variante sigue hospitalizando y matando a muchas personas, subrayó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud, en una conferencia de prensa virtual la semana pasada.

¿Por qué es peligroso Ómicron si es menos grave que Delta?

Ómicron es entre dos y cuatro veces más contagiosa que Delta, según un estudio danés que aún no ha sido revisado por expertos. También es mejor para eludir los anticuerpos que desencadenan las vacunas, por lo que está causando más infecciones de última hora. En consecuencia, hay más personas que enferman y acuden a los hospitales, donde hay cada vez más personal de baja por enfermedad, afirma Del Río.

Ómicron tiene 36 mutaciones dentro de su proteína spike (o de pico), que es la parte esencial para anclar el virus en las células humanas e infectarlas. Aunque ninguno de ellos ha sido revisado por expertos, al menos media docena de estudios realizados con modelos animales pequeños -como ratones y hámsters- y cultivos celulares de laboratorio han empezado a revelar cómo esas mutaciones alteran la forma en que Ómicron entra en las células y se replica, dice John Moore, investigador de vacunas y virólogo de Weill Cornell Medicine en Nueva York (Estados Unidos).

A diferencia de las variantes anteriores, Ómicron parece no poder infectar las células pulmonares con tanta eficacia, lo que a su vez hace que sea menos dañino y los síntomas menos graves. En algunos estudios, la carga viral es significativamente menor en los pulmones de los roedores infectados por Ómicron. Pero en el tracto respiratorio superior, que incluye la nariz y los senos paranasales, Ómicron parece replicarse más de cien veces más rápido que Delta.

Esa mezcla de cambios (la preferencia por las vías respiratorias superiores, la mejor invasión inmunitaria y la alta transmisibilidad) refleja cómo la evolución empuja al virus a asegurar su propio futuro replicándose y propagándose incluso cuando esto no hace que los individuos enfermen más.

"Al virus le da igual, una vez que se ha replicado, que esa persona viva o muera, siempre que pueda llegar al siguiente huésped", afirma Moore. "Todo gira en torno a la replicación del genoma".

¿Qué significan estos cambios para las pruebas caseras?

Todas las cepas del virus del SRAS-CoV-2 pueden infectar las células de la boca, y Ómicron podría llegar a ser especialmente abundante allí en comparación con otras variantes, según sugieren las primeras pruebas. En un estudio que aún no ha sido revisado por pares, los investigadores de Sudáfrica analizaron a 382 personas que no estaban lo suficientemente enfermas como para ser hospitalizadas pero que aún tenían síntomas de COVID-19. Descubrieron que, en el caso de las personas con Delta, los hisopos nasales eran más precisos, pero en el caso de Ómicron, las pruebas de saliva funcionaban mejor.

Otros estudios también sugieren que las pruebas rápidas de antígenos que se basan en hisopos nasales podrían ser especialmente lentas para identificar infecciones con Ómicron. En un estudio publicado la semana pasada, que aún no ha sido revisado por pares, los investigadores analizaron muestras de 30 personas que dieron positivo en la prueba de COVID-19 en todo Estados Unidos durante los brotes de principios de diciembre. En la mayoría de los casos de Ómicron, las pruebas de PCR dieron positivo días antes de que lo hiciera una prueba rápida. Estos resultados coinciden con lo que la gente ha estado informando en las redes sociales, dice la coautora del estudio, Anne Wyllie, microbióloga médica de la Escuela de Salud Pública de Yale en New Haven, Connecticut (Estados Unidos).

Dada la creciente evidencia de la prevalencia de Ómicron en la saliva, las redes sociales se han llenado de manitas y aficionados al bricolaje y a las manualidades que abogan por que la gente se limpie la garganta con kits de prueba caseros. Wyllie incluso lo ha intentado ella misma utilizando el hisopo de una prueba rápida. El resultado fue negativo, pero se sintió más confiada de que se trataba de un verdadero negativo en comparación a si sólo se hubiera frotado la nariz.

"No es lo que ha autorizado la FDA, y es un tema muy delicado para hablar por ello", dice. Por eso muchos otros expertos dudan en recomendarlo fuera de los usos para los que está oficialmente contemplado. Aunque los hisopos de garganta podrían acabar formando parte de la ecuación de las pruebas, las pruebas rápidas se diseñaron para las narices, no para las gargantas, dice Jill Weatherhead, experta en enfermedades infecciosas del Baylor College of Medicine de Houston.

"En este momento, la recomendación sería seguir haciendo las pruebas tal y como han sido diseñadas hasta que se demuestre su eficacia", afirma Weatherhead.

¿Ayuda la doble mascarilla a proteger contra Ómicron?

En Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades no recomiendan actualmente el uso de una doble marcarilla ni el uso de mascarillas específicas. Pero otros países, como Austria, Francia y Alemania, han actualizado sus directrices para recomendar variedades de grado médico, como las mascarillas quirúrgicas o las N95. Y algunos expertos estadounidenses se han pronunciado a favor de las mascarillas de mayor calidad. En este sentido, en España el cambio más significativo ha sido el regreso (efectivo desde el 24 de diciembre) de la obligatoriedad de usar mascarilla en exteriores "dentro de lo razonable", según declaró el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el mes pasado.

Un estudio ha revelado que, si se ajustan correctamente, las N95 bloquean una media del 90% de las partículas exhaladas, mientras que las mascarillas quirúrgicas bloquean el 74%. Eso puede suponer una diferencia sustancial en la propagación en la comunidad. En Bangladesh, una intervención aumentó el porcentaje de personas que llevaban mascarillas quirúrgicas en algunos pueblos del 13% al 42%. Los investigadores descubrieron entonces un descenso del 11% en los síntomas de COVID-19, con mayores ganancias en los grupos de mayor edad. Los datos sobre las mascarillas de tela son contradictorios, pero el uso de una mascarilla de tela sobre una mascarilla quirúrgica puede bloquear más del 85% de las partículas de la tos, según algunas investigaciones.

Los expertos recomiendan elegir la mascarilla en función de la situación en la que se encuentre. En contextos sociales, Moore lleva una mascarilla de tela decorada con el logotipo de su equipo de fútbol favorito, el Liverpool. Cuando camina por el trabajo o las tiendas, lleva una mascarilla de tela más gruesa que le resulta cómoda. Del Rio dice que lleva un N95 siempre que está con pacientes. Pero la máscara por sí sola no te protegerá de Ómicron, añade. "No se trata de un remedio mágico, sino de un efecto combinado", dice. "Si estás vacunado y reforzado y llevas una mascarilla bien ajustada, puedes pasar mucho tiempo con alguien".

¿Sigue siendo necesario desinfectar las superficies, alejarse más de los demás o modificar cualquier otro aspecto de la higiene personal? 

Al igual que las variantes anteriores, Ómicron se transmite principalmente por el aire, y los expertos coinciden en que limpiar las superficies no merece la pena. "La transmisión a través de las superficies es baja", afirma Wyllie. Teniendo en cuenta "el tiempo, la energía, el dinero, los recursos y la salud mental que se invierten en ese tipo de preocupaciones, es mejor invertirlos en lavarse las manos, distanciarse socialmente y llevar una mascarilla".

Además, la regla de los dos metros es más bien un recordatorio de que estar cerca de una persona infectada aumenta el riesgo de transmisión, dice Abraar Karan, médico especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Stanford en Palo Alto (California). 

"La transmisión puede producirse a más de dos metros de distancia, sin duda", afirma. "Sin embargo, la distancia hace que la transmisión sea menos probable, ya que los aerosoles se diluyen a mayor distancia". El riesgo también depende de la ventilación, del tipo de mascarillas que lleven las personas de tu entorno y de otros factores.

¿Sigue siendo la COVID larga un riesgo cuando con Ómicron?

Es demasiado pronto para saberlo, y es probable que pasen meses antes de que los investigadores puedan decir si Ómicron causa síntomas que se mantienen a largo plazo. Pero algunos expertos tienen la esperanza de que las consecuencias duraderas sean menos frecuentes debido a la tendencia de la Ómicron a permanecer fuera de los pulmones, y porque cada vez más personas se vacunan, lo que puede ayudar a prevenir las infecciones y a reducir el riesgo de desarrollar una serie de síntomas. "Sospecho que seguiremos viendo casos", afirma Wyllie. "Pero como ahora hay muchas más personas vacunadas, espero que veamos menos casos de COVID-19".

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

más popular

    ver más

    más popular

      ver más
      loading

      Descubre Nat Geo

      • Animales
      • Medio ambiente
      • Historia
      • Ciencia
      • Viajes y aventuras
      • Fotografía
      • Espacio

      Sobre nosotros

      Suscripción

      • Revista NatGeo
      • Revista NatGeo Kids
      • Disney+

      Síguenos

      Copyright © 1996-2015 National Geographic Society. Copyright © 2015-2024 National Geographic Partners, LLC. All rights reserved