27 de julio de 2008
Desde aproximadamente las 8.30 h GMT, el eclipse recorrerá el norte de Canadá hasta Rusia central y Mongolia antes de concluir sobre China.
En el pasado los eclipses solares fueron considerados culpables de guerras, de hambrunas y de la muerte de reyes. Pero probablemente el próximo eclipse total del 1 de agosto será bienvenido por emocionados observadores de los cielos… aunque no romperá ningún récord.
El Sol quedará completamente oscurecido durante algo menos de dos minutos y medio, «una siestecita más bien corta», según dice el astrofísico Fred Espenak, un experto en eclipses del Goddard Space Flight Center de la NASA.
Un eclipse normal dura tres minutos, dice Espenak, y el más largo posible sería de siete y medio.
Cuando empiece, el eclipse total de este año será visible desde una estrecha franja a lo largo del hemisferio norte.
Su camino empezará en Canadá y continuará hacia el noreste a través de Groenlandia y el Ártico, luego hacia el sureste a través de Rusia central, Mongolia y China.
El eclipse empezará hacia las 8.30 h GMT en el lado este de la franja, alcanzando la totalidad en menos de una hora.
En una parte mucho más amplia del globo —incluido el noreste de los Estados Unidos, la mayor parte de Europa y Asia— la gente podrá ver un eclipse parcial.
«De caerse redondo»
La Luna se cruza entre la Tierra y el Sol una vez al mes durante la luna nueva. Para que se produzca un eclipse, la Luna tiene que interponerse directamente entre los dos cuerpos: ni muy alta ni muy baja con respecto a la Tierra.
A veces la Luna está lo suficientemente cerca como para que sólo un borde se interponga entre ambos, lo que da lugar a un eclipse parcial.
Aproximadamente un 25 por cierto de los eclipses son totales, y hay unos siete cada década, dice Espenak. Pero en cualquier ubicación geográfica se ve un eclipse total una media de una vez cada 375 años.
El último eclipse solar total visible desde los Estados Unidos fue en 1979 y se vió principalmente desde el noroeste de la costa del Pacífico.
Cuando se produce un eclipse solar total, como la mitad del mundo donde es de día no lo ve, según Espenak. Otro 49 por cierto de la gente lo ve como eclipse parcial.
Menos de un uno por cierto de la gente lo ve totalmente, lo que Espenak describe como «para caerse redondo».
«En una escala del uno al diez, un eclipse parcial tiene algún interés —dice— pero un eclipse total en esa escala sería de diez millones. No es comparable a nada más. Verlo debería estar en la lista de deseos de todo el mundo».
Naturalmente, el tiempo puede echar a perder los planes de observación de cualquiera.
Este año, las condiciones en China son probablemente las más favorables para echar un buen vistazo al eclipse total, según los datos meteorológicos analizados por Espenak y Jay Anderson, de la universidad de Manitoba en Canadá.
Sus cálculos demuestran que los cielos de China en agosto estarán nublados el 35 por ciento del tiempo, comparados con más del 90 por cierto del tiempo en muchas otras partes de la ruta del eclipse.
«Es siempre un tema complicado —afirma Espenak— intentas aumentar las posibilidades a tu favor».
Empanadillas y malos augurios
Tom Burns, director del observatorio Perkins en Delaware (Ohio) ayudó a montar una web sobre seguridad para la observación durante el eclipse de las Navidades del 2000.
A menudo oía hablar, todavía recuerda, de gente intentando ver el eclipse parcial con gafas de sol, discos compactos o, sorprendentemente, bolsas de empanadillas.
«La única forma de que resulte seguro observar un eclipse a través de la bolsa de una empanadilla es que la empanadilla siga dentro», dice.
Él y sus colegas, que suelen instruir a grupos de observadores en seguridad para mirar el Sol, recomiendan el uso de gafas especiales para eclipses.
Los eclipses no siempre han sido esperados con emoción, añade Espenak. En la Antigüedad estos eventos eran considerados de mal agüero.
De un eclipse solar total que puede estar relacionado con un suceso real se dice en el poema épico de Homero La Odisea que extendió «una niebla maligna» sobre el mundo mientras los pretendientes cortejaban a la mujer de Ulises.
Y un eclipse visto en Inglaterra en el año 1133 fue interpretado como causante de la muerte del rey Enrique I.
Todavía hoy en día, en algunos lugares, el miedo persiste.
«Muchas… mujeres creen que mirar un eclipse provoca defectos en su hijo si están embarazadas —asegura Espenak— Yo lo he visto en México, la India, Indonesia o Bolivia.»
Para la cada vez mayor población de observadores del cielo que estén encantados de ver un eclipse y no puedan ir al norte este año, añade, puede que lo mejor sea hacer una reserva para visitar el sur de Illinois.
Si el tiempo lo permite, desde allí veremos eclipses solares totales en 2017 y 2024.