La Gran Mancha Roja de Júpiter podría desaparecer pronto...

...o quizá no. Los expertos no están del todo seguros de qué ocurrirá con la megatormenta menguante.

Por Nadia Drake
Publicado 22 feb 2018, 12:24 CET
Gran Mancha Roja
La Gran Mancha Roja de Júpiter es uno de los rasgos más conocidos de nuestro sistema solar. Pero es posible que no esté ahí para siempre.
Fotografía de NASA, JPL Cal-tech, SwRI, Msss, Björn Jónsson

Además de por su tamaño, Júpiter quizá sea más célebre por la tempestad de color bermellón que da vueltas al sur de su ecuador. La tormenta, que tiene el tamaño suficiente para tragarse a la Tierra sin esfuerzo, recibe el apropiado (si no creativo) nombre de Gran Mancha Roja de Júpiter.

La Gran Mancha Roja ha formado parte del rostro nublado de Júpiter durante siglos y es uno de los rasgos más reconocibles del sistema solar. Pero no va a quedarse ahí para siempre. De hecho, el tamaño de la Gran Mancha Roja está disminuyendo y hace poco varias noticias informaron de que podría desvanecerse en los próximos 10 o 20 años.

Pero ¿es eso cierto? Averigüémoslo.

Bueno, Júpiter. Menuda tormenta tienes ahí, ¿no?

Sí. La Gran Mancha Roja es, de hecho, una tormenta gigantesca. Solía medir varias tierras de diámetro, se extiende a gran profundidad en el interior de la atmósfera del planeta y de alguna forma calienta hasta temperaturas superiores a las de la lava el aire que hay sobre ella.

¿Cuánto tiempo lleva ahí?

No está claro. Pero sabemos que es visible desde al menos principios del siglo XIX y quizá fue la misma tormenta que se observó a principios del siglo XVII. Como mínimo tiene alrededor de 200 años.

¿Y cómo es que sigue ahí? Las tormentas de la Tierra no duran tanto ni de lejos.

Es cierto: aunque algunas tormentas duran bastante en otros planetas, las tormentas de la Tierra suelen ser cortas, afortunadamente. Neptuno (que por lo general es tormentoso) tuvo una mancha igualmente grande y obvia que oscureció su faz durante un par de años cuando la nave Voyager 2 pasó volando en 1989 (había desaparecido cuando el telescopio espacial Hubble echó un vistazo en 1994). Y Saturno desarrolló una tormenta tan tremendamente grande que envolvió el planeta entero y chocó consigo misma. Pero esa tormenta solo duró en torno a un año.

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Los científicos no están del todo seguros de qué es lo que alimenta esta tormenta masiva y persistente (es un área de investigación activa), pero sospechan que su posición entre dos corrientes de chorro podría contribuir a estabilizar y prolongar su existencia.

Pero su tamaño se está reduciendo.

Sí.

¿Desde cuándo?

Desde que la observamos. Las observaciones anteriores, de finales del siglo XIX, sugieren que la tormenta llegó a tener más de 30 grados de longitud y fue más una «Gran Salchicha Roja», en palabras de Glenn Orton, del Jet Propulsion Laboratory de la NASA. Pero la forma de la tormenta está cambiando, sobre todo su anchura, y con el paso del tiempo se está volviendo menos ovalada y más circular.

Tiempo atrás, la tormenta tenía un diámetro de 40.200 kilómetros. Cuando la Voyager voló junto al planeta en la década de 1970, los científicos estimaron que la mancha solo medía unos 23.300 kilómetros de ancho. En 2014, una observación del telescopio espacial Hubble redujo el diámetro de la mancha a solo 16.500 kilómetros y la pasada primavera solo tenía una extensión de 16.300 kilómetros.

Entonces ¿cuándo desaparecerá del todo?

La verdad es que los expertos no tienen ni idea. Pero si se calcula el ritmo al que se ha ido reduciendo la Gran Mancha Roja y se extrapola de forma lineal a partir de él, parece que se desvanecerá por completo en unos 70 años, según Amy Simon del Centro de vuelo espacial Goddard de la NASA.

El problema es que «sabemos con seguridad que para nada funciona así», afirma.

Entonces ¿de dónde sacan este marco temporal de 10 o 20 años?

Es el tiempo aproximado en el que la tormenta adoptará una forma ligeramente circular, si sigue disminuyendo al ritmo actual. Y esa forma, según Orton, es mucho menos estable que su forma actual vagamente ovalada.

«Es poco probable que la GMR sea estable si es más "estrecha" que "alta", aunque otra hipótesis es que podría estabilizarse en la forma circular», afirma Orton.

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    Por eso, una vez alcance la circularidad, nadie sabe qué sucederá. La tormenta podría equilibrarse y permanecer en su lugar, o podría disiparse. «No conozco modelos teóricos sobre la dinámica de la Gran Mancha Roja en este estado», afirma Orton. «Son todo conjeturas, lo que pone sobre aviso a los observadores del futuro que verán qué ocurre con este vórtice tan singular».

    Simon dice que el destino de la tormenta dependerá de lo que la está alimentando y de la velocidad a la que ocurran los cambios futuros.

    «Los cambios lentos permiten que la tormenta se ajuste de varias formas, mientras que es más probable que los cambios repentinos provoquen perturbaciones», explica. «Basándonos en la información con la que contamos ahora, yo diría que si se estabilizara probablemente lo hará en la próxima década, o incluso menos».

    Así que en realidad no sabemos cuándo desaparecerá la Gran Mancha Roja, ¿no?

    No. Pero es obvio que está cambiando.

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