La luna está a punto de recibir el impacto de un cohete fuera de control

Es la primera pieza de basura espacial encontrada en curso de colisión lunar, y los astrónomos temen que el problema no haga más que empeorar.

Por Nadia Drake
Publicado 4 mar 2022, 11:58 CET
La tripulación del Apolo 8 (Frank Borman, Jim Lovell y Bill Anders) captó esta imagen en ...

La tripulación del Apolo 8 (Frank Borman, Jim Lovell y Bill Anders) captó esta imagen en 1968 de la cara oculta de la Luna con la Tierra al fondo. Un cohete gastado de origen incierto está previsto que se estrelle contra la cara oculta de la Luna, donde formará un nuevo cráter.

Fotografía de NASA

Se trata del primer evento (al menos del que se tenga constancia) de este tipo: está a punto de formarse un nuevo cráter en la superficie lunar por el impacto de un trozo de basura espacial. En torno a las 13:25 (hora española) de hoy, una etapa de cohete desechada que ha estado a la deriva en el espacio profundo desde al menos 2015 colisionará con la Luna.

Cuando lo haga, el cohete se destruirá por completo, abriendo un cráter en la superficie lunar y lanzando a la órbita un penacho de polvo afilado y corrosivo que podría permanecer flotando a la deriva durante horas. Sin embargo, los humanos no podrán ver el acontecimiento: el cohete se estrellará contra la cara oculta de la Luna en el cráter Hertzsprung de 563 kilómetros de ancho, y los orbitadores lunares no verán cómo cae el cohete.

En amarillo, la zona de la Luna donde se espera que impacte parte de un cohete que está fuera de control.

Fotografía de Christine Fellenz y Brian T. Jacobs

Los astrónomos creen que la parte del cohete abandonada procede de la misión china Chang'e 5-T1 que se lanzó en 2014, pero los expertos no están completamente seguros. Independientemente de su procedencia, el impacto del cohete no dañará nada más que la superficie lunar.

"No es un gran problema en el nivel actual de ocupación de la Luna, cuya actual población consiste en un par de docenas de robots y cero humanos; y tal vez mutantes alienígenas cultivados a partir de las heces humanas que quedaron allí", dice el astrónomo Jonathan McDowell, del Instituto Harvard-Smithsonian de Astrofísica de Estados Unidos. "No hay mucho contra lo que golpear".

Es probable que no siempre sea así. La exploración lunar se está intensificando, y los seres humanos están volviendo a poner sus miras en el establecimiento de bases lunares, ya sea en la superficie o en órbita. Además, las empresas privadas se están sumando al puñado de países que ya han enviado equipos a la Luna. Y aunque esta colisión en particular no sea un gran problema, la próxima podría serlo.

"Tenemos que asegurarnos de que vamos al espacio de forma responsable", afirma Michelle Hanlon, abogada especializada en temas espaciales de la Universidad de Mississippi y fundadora de la organización sin ánimo de lucro For All Moonkind, que trata de preservar el patrimonio lunar. "Eso significa asegurarnos de que hacemos las cosas bien, de que sabemos adónde van nuestros cohetes y de que no empezamos a lanzar cosas a la Luna porque sí".

¿Qué es lo que está a punto de llegar a la Luna?

El objeto se denomina WE0913A y ha sido rastreado intermitentemente desde que fue visto por primera vez en 2015 durante las pruebas diseñadas para buscar asteroides potencialmente peligrosos. En enero, el astrónomo Bill Gray ejecutó un programa informático que trazaba su trayectoria. Una línea parpadeante apareció en su pantalla, resaltada en rojo: "IMPACTO", escrito en mayúsculas. El programa de Gray calculó que WE0913A se estrellaría contra la Luna el 4 de marzo de 2022.

Basándose en sus dimensiones (aproximadamente 3 metros de ancho y 12 metros de alto) los científicos están seguros de que el objeto es una etapa superior de cohete, un segmento propulsor que se separa de la parte inferior de un cohete para llevar una carga útil más lejos en el espacio. Es brillante y da vueltas en órbita aproximadamente una vez cada 185 segundos, rasgos que son comunes para las etapas superiores desechadas de los cohetes.

"Tiene una curva de luz muy característica de un cuerpo de cohete dando vueltas, eso fue un indicio", dice Vishnu Reddy, de la Universidad de Arizona, cuyas observaciones del grupo ayudarían a caracterizar el objeto.

Bien, pero ¿de qué cohete procedía?
Los científicos no están seguros al 100 por 100.

Las primeras observaciones sugirieron que el objeto podría ser la etapa superior de un cohete SpaceX Falcon 9 que había entregado el satélite DSCOVR de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica a un punto del espacio profundo en febrero de 2015. Pero pronto quedó claro que la etapa superior del cohete DSCOVR había terminado orbitando el sol y no se encontraba cerca de la luna.

Así que los astrónomos salieron a la caza de otros cohetes que habían sido lanzados a órbitas que cruzaban la Luna alrededor de 2015, razonando que cualquier cosa tan brillante como WE0913A habría sido captada por los estudios de asteroides poco después de su lanzamiento.

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    En esta foto del 24 de octubre de 2014, una nave espacial robótica es lanzada sobre un cohete Long March 3C desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Xichang, en la provincia suroccidental china de Sichuan. La nave voló alrededor de la Luna y de vuelta a la Tierra para preparar la primera misión de retorno de muestras lunares del país, y ahora los astrónomos creen que una parte del cohete que quedó en el espacio va a impactar contra la superficie lunar.

    Fotografía de CHINA OUT via AP Photo

    Dieron con un sólido candidato de la misión china Chang'e 5-T1, un primer ensayo de un programa de retorno de muestras lunares. A finales de 2014, un cohete chino Long March 3C lanzó una pequeña nave espacial para dar una vuelta a la Luna y regresar a la Tierra. Una parte del cohete quedó en una órbita débilmente ligada alrededor de la Tierra que ocasionalmente se encontró con la Luna, una trayectoria que, según McDowell, es consistente con el objeto que impactará en la cara oculta lunar.

    El grupo de Reddy encontró otra pieza del rompecabezas en febrero, cuando él y sus estudiantes observaron el WE0913A mientras pasaba por encima de la Tierra y recopilaron datos sobre cómo su revestimiento pintado reflejaba la luz.

    El equipo comparó esas observaciones con otras etapas superiores de cohetes SpaceX y chinos en órbita terrestre y descubrió que la pintura del WE0913A coincidía mejor con la de las piezas del cohete chino.

    "SpaceX utiliza una pintura diferente a la de los chinos, y el impactador lunar es muy similar al cohete Long March que tenemos en órbita terrestre", afirma Reddy.

    Entonces, ¿caso cerrado?

    No exactamente. Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, dijo que el cohete Chang'e 5 ya se había desorbitado y quemado. Pero parece que la respuesta de China puede haber sido el resultado de un error de comunicación, refiriéndose a la misión posterior Chang'e 5 y no a Chang'e 5-T1.

    El Comando Espacial de Estados Unidos, que rastrea los objetos en órbita, dijo inicialmente que el cohete Chang'e 5-T1 se había desorbitado por completo, pero luego revisó su declaración. "Aunque el Mando Espacial de EE.UU. puede confirmar que el cuerpo del cohete CHANG'E 5-T1 nunca se desorbitó, no podemos confirmar el país de origen del cuerpo del cohete que puede impactar en la Luna", dijo el Mando Espacial en un comunicado enviado por correo electrónico.

    McDowell afirma que todos los indicios apuntan al Chang'e 5-T1, y está razonablemente seguro de que el cohete errante procedía de allí, pero aún no está seguro al cien por cien.

    ¿Sabremos alguna vez con certeza de dónde vino el cohete?

    Sólo si se encuentran mejores datos de seguimiento orbital que permitan a los astrónomos rebobinar con mayor fiabilidad la trayectoria del objeto en el espacio.

    Durante los últimos ocho años, WE0913A ha estado dando vueltas alrededor de la Tierra en lo que McDowell llama "una órbita terrestre profunda caótica". Su trayectoria lo lleva desde unos 24 140 kilómetros por encima de la superficie del planeta hasta más del doble de la distancia de la Luna, donde ocasionalmente es zarandeado y tironeado por la gravedad lunar. Su trayectoria también está influenciada por la radiación solar, y todos estos factores hacen que sea difícil rebobinar su viaje por el espacio.

    El cohete se destruirá por completo al chocar con la Luna. Se precipita hacia nuestro vecino más cercano a unos 8000 kilómetros por hora y, a diferencia de la Tierra, la Luna no tiene una atmósfera que lo frene al acercarse.

    Cuando la etapa del cohete choque con la Luna, abrirá un cráter de entre 18 y 30 metros de ancho. En los próximos meses, el Orbitador de Reconocimiento Lunar de la NASA intentará tomar una imagen del lugar del impacto, pero el lugar exacto del mismo aún es incierto, por lo que identificar el nuevo cráter podría llevar algún tiempo.

    ¿Ha ocurrido esto antes?

    "Casi seguro que sí", afirma McDowell. Calcula que, a lo largo de la era espacial, se han lanzado unos 50 objetos a órbitas que podrían haber provocado una colisión con la Luna. Pero como los datos de seguimiento son escasos, dice, no conocemos su destino final.

    Sabemos que una parte de ellos probablemente se estrelló contra la Luna y pasó desapercibida, otra parte fue empujada a órbitas alrededor del Sol y una tercera parte sigue en sus órbitas en evolución o se ha quemado en la atmósfera terrestre.

    Los seres humanos también han estrellado deliberadamente naves espaciales en la Luna en múltiples ocasiones, a veces con fines científicos, a veces al final de las misiones lunares.

    "Este cráter pasará a formar parte del registro arqueológico de China en la Luna, y tenemos que considerarlo en relación con los demás sitios chinos", afirma Alice Gorman, arqueóloga espacial de la Universidad de Flinders que estudia el registro físico de los objetos fabricados por el hombre en el espacio.

    "Lo que estamos creando aquí es una especie de fase de bombardeo del Antropoceno moderno, potencialmente. Una especie de era geológica creada por las actividades humanas que dejará sus huellas en la superficie de la Luna. Ya ha comenzado".

    ¿Deberíamos llevar un mejor control de estas cosas? 

    Varias organizaciones, entre ellas el ejército estadounidense, utilizan el radar para rastrear los objetos en órbita terrestre, desde los satélites que flotan justo por encima de la atmósfera hasta los que están a más de 35 400 kilómetros de altura.

    Pero casi nadie rastrea la basura espacial una vez que abandona la órbita terrestre. Los satélites son pequeños y los objetos brillantes, como la luna y el sol, dificultan su localización una vez que están demasiado lejos. Y cuando estos objetos aparecen en los estudios de asteroides, suele ser para decepción de los astrónomos que esperaban descubrir nuevos mundos.

    Varios expertos afirman que esto debe cambiar. Este año está previsto el lanzamiento de una docena de misiones a la Luna, algunas de las cuales podrían dejar otro colisionador accidental en el espacio.

    "En algún momento en el futuro, un evento como éste no va a ser sólo una cosa curiosa para observar desde el exterior. Va a ser algo que preocupe a la gente en la órbita lunar o en la superficie de la Luna", dice Gorman.

    Gorman y otros afirman que se podría mejorar la normativa para la correcta eliminación de la basura espacial, como exigir que las etapas de los cohetes realicen maniobras de fin de vida que los envíen a órbitas solares en lugar de dejarlos dando tumbos entre la Luna y la Tierra.

    "Menos mal que este cuerpo de cohete que va a chocar con la Luna se dirige hacia el lado más lejano. ¿Qué pasaría si se dirigiera a uno de los emplazamientos Apolo, o al rover Chang'e 4?", se pregunta Hanlon. "No estamos pensando bien en la Luna".

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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