Descubren galaxias oscuras que podrían ser el eslabón perdido de la evolución cósmica
18 de julio de 2012
Según un nuevo estudio, por fin han sido detectadas unas galaxias extrañas y oscuras, casi sin estrellas a once mil millones de años luz de distancia.
Estos esquivos objetos, cuya existencia predecía la teoría pero que nunca habían sido observados, son similares a las galaxias actuales en cuanto a que son ricas en gas. Sin embargo, sin estrellas iluminando ese gas, estas galaxias han permanecido ocultas a la vista.
Por ejemplo, la Nebulosa de Orión de la Vía Láctea, rica en gas, sin estrellas no sería visible para nuestros telescopios, según afirma el director del estudio Sebastiano Cantalupo, astrónomo de la Universidad de California.
Para encontrar estos fantasmas cósmicos, Cantalupo y sus colegas se aprovecharon de una de las fuentes de luz más brillantes del cosmos, un quásar conocido como HE0109-3518.
Éste brilla con la fuerza de cien billones de soles y puede iluminar su vecindario galáctico en un radio de diez millones de años luz. Los quásares son galaxias muy lejanas que tienen en sus centros agujeros negros supermasivos de rápida rotación y alimentación.
Los científicos utilizaron el telescopio de largo alcance (VLT, por sus siglas en inglés) del European Southern Observatory y capturaron imágenes de la zona que rodea el quásar, detectando al menos una docena de posibles «galaxias oscuras».
Sólo al combinar la sensibilidad y capacidad de recolección de la luz de los cuatro telescopios de 8,2 metros del VLT, consiguieron observar directamente los objetos.
¿El eslabón perdido?
Debido al tiempo que tarda la luz en viajar desde esas galaxias hasta nosotros, las vemos cómo eran hace 11 mil millones de años. Por eso las galaxias recién descubiertas «podrían arrojar luz sobre la evolución de las galaxias luminosas que vemos en la actualidad», afirma Cantalupo.
«Vemos estos oscuros objetos como ‘bebés galaxias’ en la primera fase de su evolución, es decir, cuando las propiedades de su gas, como la composición, densidad u otros parámetros desconocidos, no eran las ideales para la formación de estrellas», señala.
«Por eso, estas galaxias que por fin hemos detectado en el universo temprano son, de alguna manera, el eslabón perdido de la evolución de las galaxias, y podrían ser el origen de las actuales galaxias que vemos hoy, incluida la nuestra».
Sigue siendo un misterio cómo se forman las estrellas a partir de gas en las galaxias oscuras, pero una posibilidad es que permanezcan sin luz hasta ser lo suficientemente masivas como para provocar la formación de estrellas o hasta chocar unas con otras.
«Según la teoría actual de la formación de las galaxias, las más grandes podrían conseguir gran parte de su gas de sistemas más pequeños», añade Cantalupo. «Así que las galaxias oscuras pequeñas debieron ser esenciales a la hora de proporcionar a sus compañeras luminosas el gas necesario para permitir la formación de estrellas».