La luna más grande de Saturno podría albergar extrañas formas de vida

Por Nadia Drake

Ah, Titán. La mayor luna de Saturno y la más difusa, tuvo un papel breve ayer por la noche en Cosmos. Hacia el final del episodio, Neil DeGrasse Tyson hace que su nave espacial aterrice en uno de los mares oscuros y grasientos de la luna. Quería ver lo que había allí, o concretamente, qué tipo de vida debería de existir allí abajo.

Después de pasar casi una hora describiendo la evolución de vida en la Tierra, era el momento de dar un giro hacia los terrenos y la química extraterrestre; a un lugar que, aunque no tan lejano, podría albergar formas de vida muy, muy extrañas.

“Hay un mundo al que te quiero llevar, un mundo lejano y diferente al nuestro, pero que podría albergar vida. Si es así, promete ser diferente a todo de lo que hemos visto hasta ahora”, dice Tyson en el episodio.

Titán se parece a la Tierra de forma engañosa. Tiene una atmósfera de nitrógeno gruesa. Tormentas de agua estacionales generan parches húmedos que se ven desde su órbita. Tiene lagos. De hecho, es el único lugar en el sistema solar, junto con la Tierra, que tiene líquidos estables en su superficie. Estos líquidos fluyen a través de ríos y arroyos, se acumulan en lagos y mares, esculpen costas y rodean islas, al igual que en la Tierra.

Pero los charcos de Titán no están llenos de agua- la luna está empapada de hidrocarburos. Metano y etano, compuestos gaseosos en la Tierra, aparecen como líquidos en la fría superficie de Titán. Aquí, las temperaturas alcanzan los 179ºC bajo cero. Hace tanto frío que el agua en forma de hielo es roca dura. De hecho, las rocas que forman la superficie están hechas de agua. El agua en Titán está en todas partes, pero está encerrada en un estado inaccesible para la química de la sostenibilidad de la vida.

Pregúntale a un astrobiólogo sobre la posibilidad de encontrar vida en Titán y te contestará que si lo que buscas es vida extraña, el lugar para encontrarla es la luna cubierta de naranja. La vida no es igual a como la conocemos en la Tierra. Es una vida que en lugar de estar basada en el agua utiliza como disolvente esa capa de hidrocarburos líquidos. Esa vida, si la encontrásemos, demostraría una segunda génesis -un segundo origen- y nos indicaría la facilidad con la que la vida podría poblar el cosmos.

¿Merece la pena la oportunidad de encontrar esa vida?

“Nunca sabremos si el agua líquida es el único disolvente especial en el cual se puede formar y propagar la vida, a menos que tomemos muestras de esos condenados lagos y mares”, explicó el científico planetario de la Universidad Cornell, Jonathan Lunine, durante una conferencia reciente sobre astrobiología. Lunine lleva años estudiando Titán. En un momento dado, él y sus compañeros diseñaron una nave espacial que podría aterrizar en la luna y flotar en uno de los mares de hidrocarburos.

El Huygens lander chocando contra la superficie de Titán. Huygens lander/Universidad de Arizona
Fotografía de NASA, Esa, Jpl, Universidad de Arizona

La idea de la vida en Titán no es nueva. En los años setenta, Carl Sagan y el químico Bishun Khare, por aquel entonces en la Universidad Cornell, estuvieron publicando documentos que describían la química orgánica que debería haber en la luna de Saturno. En aquel momento, sin embargo, las grandes masas de líquido en la superficie de la luna aún no habían sido localizadas, así que Sagan y Khare estaban pensando en los tipos de reacciones que deberían de tener lugar en la atmósfera lunar (en 1982 Sagan y Stanley Dermott propusieron la existencia de esos lagos). Más tarde, Sagan y Khare demostrarían la posibilidad de generar aminoácidos utilizando los elementos encontrados en la neblina de la luna.

En los años noventa, el telescopio espacial Hubble mostró indicios de un mundo húmedo, pero los científicos no tuvieron una buena vista de la luna hasta que la NASA lanzó la misión Cassini. En 2004 la nave espacial comenzó a asomarse por debajo del velo de nubes que envuelve a Titán; en 2005 Cassini envió la sonda Huygens con un paracaídas a través de la niebla hasta un punto en el ecuador de Titán. Los datos enviados a la Tierra nos muestran un mundo muy parecido al nuestro pero con una química completamente diferente.

El significado de esa diferencia en la composición química es que aún se especula con la posibilidad de la existencia de vida.

“Pensando en la vida en la Tierra, todos estamos bien en agua o en supuestas bolsas de agua”, explica el astrobiólogo Kevin Hand del Laboratorio de Propulsión a Reacción (Jet Propulsion Laboratory). “En Titán, la vida en los lagos serían 'bolsas' de metano y/o etano líquido. Este líquido a -183ºC sería el disolvente y entonces cualquier cosa que se disolviese en los lagos sería el material que se utilizase para construir los demás componentes necesarios para la vida y para impulsar el metabolismo”.

Impulsar el metabolismo a esas temperaturas es complicado, por tanto ésta es una de las razones por las que los científicos están dudando en centrarse en enviar una sonda a Titán. No obstante, los astrobiólogos están estudiando las reacciones y los caminos que podría utilizar la vida para ganar algo de terreno en Titán, incluyendo características como respirar hidrógeno y alimentarse de acetileno.

“¿Cuáles son los elementos más fáciles y cuáles son los más difíciles de conseguir si eres un microbio 'raro' que vive en los lagos de Titán?", dice Hand. “Llegados a este punto, realmente no lo sabemos; el trabajo está en marcha”.

Después de ver la descripción de Cosmos de los mares extraterrestres de Titán tengo algunas preguntas. La primera, si fuera una forma de vida rara en Titán, ¿sería posible que viese Saturno a través de los cientos de kilómetros de niebla que hay? ¿O el paisaje planetario más espectacular del sistema solar quedaría escondido tras la cortina de niebla tóxica?

“Saturno sería visible como una débil mancha brillante en la niebla nocturna, incluso a simple vista”, dice Lunine. “Y si tienes unos ojos que abarquen incluso un poco por debajo de la visión humana, hasta la parte más cercana al infrarrojo, se verían claramente los anillos flotando de forma etérea, en los cielos de Titán.”

¡Uf!

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    Grandes formaciones de líquido en el hemisferio norte de Titán. NASA/JPL-Caltech/USGS
    Fotografía de NASA, JPL Cal-tech, Usgs

    Segunda: la escena con Tyson muestra un fondo del mar caótico y pedregoso, con cosas que parecen chimeneas hidrotermales. ¿Cuánto sabemos del fondo del mar de Titán?

    Resulta que sabemos bastante de las costas de Titán, pero bastante menos de sus fondos marinos. Hasta ahora, los científicos han utilizado en la mayoría de los casos los perfiles de la costa y la topografía de alrededor para deducir cómo deberían ser los fondos marinos. Pero en mayo de 2013, la nave espacial Cassini dirigió su radar a las profundidades el mar Ligeia, el segundo mar más grande del satélite (el mar Kare, en el que se bañó Tyson, es el más grande). Utilizando los datos del radar, el equipo creó un mapa del fondo del mar -su batimetría- y observó que el mar Ligeia se hunde hasta profundidades de 160 metros. El lecho marino en la parte norte es más suave y liso que en la parte sur, donde está hendido por valles y coronado por picos empinados.

    Para los científicos, conseguir el perfil de las profundidades supone el poder estimar la cantidad de hidrocarburos líquidos que contiene al mar de Ligeia: tanto como 100 veces las reservas justas de gas y petróleo de la Tierra.

    ¿Lo siguiente? Mirar con atención en las profundidades del mar Kraken, que cubre un área de al menos 400000 kilómetros cuadrados, aproximadamente el equivalente a la superficie de Alemania. “Kraken parece que consta al menos de tres cuencas diferenciadas, cada una del tamaño del mar Ligeia”, explica Lunine. “Así que hay mucho mar que ver en Titán”.

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