Los científicos podrían haber detectado tubos de lava enterrados en la Luna

De "No place like home", un blog de Nadia Drake

Por Nadia Drake
Tubo de lava en la Luna
Esta mancha oscura podría ser la entrada a un tubo de lava enterrado en la Luna.
Fotografía de NASA, Gsfc, Arizona State University

Un sistema de tubos de lava vacíos y enterrados se oculta debajo de la superficie lunar, como restos de una época lejana, cuando la actividad volcánica en la Luna lanzó al espacio fuentes de fuego.

Al menos, eso es lo que piensan los científicos.

Durante años, varios equipos científicos han buscado esos escurridizos túneles sublunares, que pueden ser lo suficientemente amplios y robustos como para albergar ciudades enteras. De hecho, los tubos de lava lunares podrían ser lugares ideales para establecer una base lunar, ya que sus sólidos techos pueden proteger a los humanos de las peligrosas radiaciones y del impacto de pequeños meteoritos. Pero, hasta ahora, las mayores pistas observables de la existencia de los tubos vinieron de una serie de pequeñas características de la superficie lunar, incluyendo lucernarios y canales, unos surcos que pudieron formarse como consecuencia del derrumbamiento de los tubos.

Esta semana, los científicos anunciaron que la huella, de al menos diez tubos de lava enterrados, podría ser trazada en un mapa del campo gravitacional de la Luna.

Es “la prueba más sólida hasta la fecha que muestra señales de tubos de lava vacíos y enterrados en la Luna”, indicó Rohan Sood, de la Universidad Purdue, que presentó las observaciones en la Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria.

Sood y sus compañeros comenzaron sus estudios sobre los tubos de lava en la región de las colinas de Marius, donde los científicos sospechan que se ha abierto un lucernario en uno de los túneles enterrados. Ese portal, descubierto en 2009 por la nave espacial japonesa Kaguya, que gira alrededor de la Luna, tiene un tamaño aproximado de 65 metros de ancho y 80 metros de profundidad. Se encuentra al lado de dos canales conocidos como A y B. En otras palabras, existen grandes pruebas que sugieren que hace tiempo la lava fluyó bajo las colinas de Marius.

“Podemos observar un lucernario en un canal, pero no sabemos si es un punto de acceso a un tubo de lava”, manifestó Sood. “¿Podemos captar eso usando datos sobre la gravedad?”.

Imágenes del foso de las colinas de Marius tal y como se observa en diferentes condiciones de luz solar por la Cámara de Terreno y la Cámara Multibanda de la sonda SELENE/Kaguya
Fotografía de Jaxa, Selene

El equipo detectó una trayectoria gravitacional que podría ser un tubo de lava cerca del lucernario, preguntándose posteriormente si podría ser posible detectar trayectorias parecidas en áreas sin canales o lucernarios obvios. Resulta que los datos de la sonda GRAIL contenían, al menos, diez registros que hacían pensar en la existencia de tubos de lava serpenteando por debajo de la superficie lunar. Todos ellos están situados en el lado más cercano de la Luna, que se ve desde la Tierra, cerca de las manchas oscuras que dejaron los antiguos mares volcánicos. Algunos de los posibles tubos tienen una longitud superior a 100 kilómetros y varios kilómetros de anchura.

Por supuesto, no estamos totalmente seguros de que los tubos estuvieran realmente allí. Los datos de la sonda GRAIL proporcionan la evidencia más sólida de su presencia, pero una prueba definitiva podría precisar el uso de una nave espacial que gire alrededor de la Luna con un radar con capacidad para penetrar el suelo y examinar el interior de la superficie lunar. Sood y sus colegas han propuesto el uso de un robot espacial de este tipo, conocido con el nombre de LAROSS.

“El radar propuesto no solo nos ayudará a confirmar nuestro hallazgo, sino que además nos ofrecerá la oportunidad de encontrar tubos de lava más pequeños y que se encuentran más allá de la resolución que nos proporcionan los datos gravitacionales de la sonda GRAIL”, comentó Sood.

Es posible que, algún día, después de buscar lava en todo los sitios adecuados, los humanos que viajen por el espacio no solo resuelvan los misterios del satélite que acompaña de cerca a la Tierra, sino que también puedan utilizarlo como un escudo gigante contra los peligros provenientes del espacio.

Referencia completa: detección de tubos de lava vacíos y enterrados, usando para ello los datos gravitacionales de la sonda GRAIL. R. Sood, L. Chappaz, H. J. Melosh, K. C. Howell, y C. Milbury. Resumen de la Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria (LPSC) aquí.

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