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Tomas van Houtryve

Philippe Jost, segundo al mando del general Georgelin, es un antiguo ingeniero del departamento de defensa. Es la primera vez que trabaja en un edificio. Pero tiene una larga experiencia en la gestión de costes y plazos en otros costosos proyectos de construcción, como los submarinos.

Flavie Serrière Vincent-Petit restaura vidrieras antiguas y también crea nuevas obras en un medio que data del siglo V. "Si para los cristianos Dios no hubiera sido Luz, las vidrieras nunca habrían nacido", dice.

Pascal Prunet, arquitecto jefe de monumentos históricos, ayuda a su colega Villeneuve en Notre Dame. Mientras tanto, él mismo está supervisando la restauración de la catedral de Nantes, que sufrió un incendio menos mediático (pero desastroso) en 2020, y que su propio padre había restaurado tras un incendio anterior en 1972.

Viollet-le-Duc tenía predilección por los gatos.

El general Jean-Louis Georgelin, ex presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor de Francia y devoto católico, preside la entidad pública creada para restaurar Notre Dame con 840 millones de euros de donaciones privadas. Esa efusiva generosidad "demuestra hasta qué punto Notre Dame está en el corazón de la historia de este país, más incluso de lo que los propios franceses imaginaban", afirma. "Es realmente el alma de este país, aunque los franceses hayan dado la espalda a la práctica religiosa".

En Notre Dame hay un total de 54 gárgolas, incluido este elefante.

Esta criatura vigila la nave desde la parte trasera del campanario norte.

Faycal Aït Saïd maneja la grúa de 76 metros de altura que se eleva por encima de la catedral y que se utiliza para subir y bajar el material de construcción. "Todo el mundo te mira", dice. "Sin la grúa, no pasa nada". Su padre fue operador de grúa antes que él.

Dorothée Chaoui-Derieux, arqueóloga y conservadora del Ministerio de Cultura, coordinó la retirada de la madera y la piedra carbonizadas de Notre Dame. Como los restos se consideraban artefactos históricos, fue un proceso minucioso de dos años, pero intensamente gratificante: "A todos nos costó decirnos que era hora de pasar página y retomar la vida profesional normal".

Hay varios demonios en la galería de las quimeras de Notre Dame. Este está aplastando un sapo.