Período Devónico

Por Redacción National Geographic

5 de septiembre de 2010

Cuando amanecía el período Devónico hace unos 416 millones de años el planeta estaba cambiando su apariencia. El gran supercontinente de Gondwana se dirigía gradualmente hacia el norte, alejándose del Polo Sur, y empezó a formarse un segundo supercontinente que se extendía por el Ecuador. Conocido como Euroamérica, o Laurasia, se creó por el encuentro de zonas de América del Norte, norte de Europa, Rusia y Groenlandia.

Unos sedimentos de color rojo, generados cuando América del Norte colisionó con Europa, dan nombre al Devónico, ya que estas rocas tan características se estudiaron por primera vez en Devon (Inglaterra).

El Devónico, parte de la era Paleozoica, también se conoce como la Edad de los peces, ya que produjo una considerable variedad de peces. Los más formidables eran los placodermos con protección ósea, una especie que apareció por primera vez durante el Silúrico con poderosas mandíbulas alineadas con placas en forma de cuchilla que actuaban como dientes. Los primeros placodermos se alimentaban de moluscos y otros invertebrados, pero las últimas especies se convirtieron en monstruos feroces rebanapeces que medían hasta 10 metros de longitud. Otros tipos de peces con placas óseas que carecían de mandíbulas desarrollaron una amplia gama de formas extrañas. Los especímenes fósiles incluyen especies con cabezas en forma de herradura y otras que parecían escudos redondeados.

Antepasados de los tiburones

A pesar de su fuerte protección, estos peces primitivos no iban a durar. Los antepasados Devónicos de los peces que viven en la actualidad pertenecían a dos grupos principales sin protección ósea. Los peces cartilaginosos, así llamados por el cartílago que formaba sus esqueletos, posteriormente dieron lugar a los tiburones y rayas. Tenían escamas pequeñas y ásperas, aletas dorsales fijas y dientes afilados y reemplazables. El segundo grupo, los peces con espinas, estaban cubiertos de escamas y disponían de aletas dorsales maniobrables y vejigas llenas de gas para controlar su flotación. La mayoría de los peces modernos tienen espinas.

Entre éstos estaban los peces de aletas lobuladas. Denominados así por la base gruesa y carnosa de sus aletas, a los peces de aletas lobuladas se les atribuye el merito del gran avance evolutivo que dio paso a los anfibios, lo que convierte a los peces de aletas lobuladas en los antepasados de todos los vertebrados con cuatro miembros de la tierra, incluidos los dinosaurios y mamíferos. Los fósiles de estos extraordinarios animales proceden de las rocas rojas de Devon. Algunos peces de aletas lobuladas aún siguen vivos en la actualidad, como el famoso pez "fósil viviente", el celacanto.

Una criatura fósil descubierta recientemente del Devónico ha sido aclamada como un vínculo vital entre el pez y los primeros vertebrados en caminar sobre la tierra. Encontrado en el Ártico canadiense en 2004, el Tiktaalik tenía una cabeza similar a la de un cocodrilo y aletas fuertes y espinosas, que los científicos creen que usaba como piernas para moverse en aguas poco profundas o incluso en la tierra. El pez mostró otras características de los animales terrestres, incluidas costillas, cuello y agujeros en el hocico para respirar aire.

Los primeros anfibios respiraban a través de pulmones simples y de su piel. Debían pasar la mayor parte de sus vidas en el agua, abandonándola solo para escapar de la atención de los peces depredadores.

Los primeros amónidos también aparecieron durante el Devónico. Emparentados con los pulpos y calamares, estos animales marinos sobrevivieron hasta el final del período Cretácico, hace 65 millones de años.

Proliferación de las plantas

Las plantas empezaron a extenderse fuera de las zonas pantanosas durante el Devónico, desarrollando nuevos tipos que pudieran sobrevivir en tierra seca. Hacia el final del Devónico aparecieron los primeros bosques cuando las plantas con tallo desarrollaron estructuras fuertes y leñosas capaces de soportar ramas y hojas elevadas. Algunos árboles del Devónico se sabe que alcanzaban los 30 metros de alto. Al final del período también habían aparecido los primeros helechos, colas de caballo y plantas con semilla.

La nueva vida que florecía sobre la tierra aparentemente se libró de los peores efectos de la extinción masiva que acabó con el Devónico. Las víctimas principales fueron las criaturas marinas, de las que desaparecieron hasta el 70 por ciento de las especies. Las comunidades que formaban arrecifes desaparecieron casi por completo. Las teorías propuestas para explicar esta extinción incluyen el enfriamiento global debido a la reglaciación de Gondwana, o la reducción de los niveles atmosféricos de dióxido de carbono con efecto invernadero debido a la forestación de los continentes. También se ha sugerido el impacto de un gran asteroide.

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