El día a día con 25 litros

Conforme en España el estrés hídrico aumenta año tras año, cómo sería la vida de una familia que vive con restricciones hídricas rigurosas, limitando el consumo de agua a 25 litros.

Por Jon Heggie
Publicado 19 may 2020, 23:10 CEST
Se predice que España se convierta en uno de los países con más estrés hídrico en ...

Se predice que España se convierta en uno de los países con más estrés hídrico en el mundo, ¿cómo será la vida con una restricción en el uso del agua de  solo 25 litros por día?

Fotografía de Aitor Lara

Un vaso de agua

Cuando la familia se despierta, puede tener sed. La menor disponibilidad de agua dificulta mantenerse hidratado, así que sería importante supervisar minuciosamente el consumo de agua de los miembros de la familia, sobre todo de los niños. Por salud, se recomienda beber al menos dos litros de agua al día; lo ideal sería beber en pequeñas cantidades y con frecuencia. Entre los síntomas de deshidratación figuran el dolor de cabeza, la fatiga y la falta de concentración, así que la familia no debe dar por sentado un vaso de agua.

Tirar de la cadena

Es esencial mantener una higiene básica, pero actualmente los retretes usan más del 20 por ciento del agua de un hogar. Por consiguiente, la familia no podrá tirar de la cadena con tanta frecuencia al vivir con limitaciones. Aunque los retretes más antiguos pueden consumir más de nueve litros cada vez que tiramos de la cadena, los retretes eficientes de doble descarga usan unos 7,5 litros por cada descarga completa y menos en el caso de líquidos. La familia podría usar espuma perfumada en aerosol para ocultar los contenidos de la taza y usar el retrete varias veces antes de tirar de la cadena.

Lavarse los dientes

Dejar el grifo abierto mientras nos lavamos los dientes durante dos minutos consume hasta 24 litros del preciado suministro de la familia. Aún con un aireador que mezcle el agua con aire, es un gasto de agua innecesario. En lugar de cerrar el grifo, la familia podría usar un vaso de agua o seguir el consejo de algunos dentistas y no usar agua, ya que reduce la eficacia de la pasta de dientes.

Ducharse

Puede que la familia tenga que reducir la frecuencia de las duchas matutinas. Una ducha de cinco minutos consume unos 60 litros de agua, más del doble del cupo diario de una persona. Incluso una ducha corta con un cabezal eficiente, con un consumo de 5,6 litros por minuto, agota los 25 litros enseguida. La familia tiene la opción de lavarse con un cubo de agua y un paño o cerrar el grifo durante el enjabonado y recoger el agua residual para darle otro uso, como para poder tirar de la cadena una vez más. Los baños serían cosa del pasado.

Desayunar

El café forma parte de muchas rutinas matutinas, ya sea para acompañar el desayuno o de camino al trabajo. Para nuestra familia, un par de tazas de café equivale a casi el uno por ciento del cupo personal diario. Además, la cafeína es un diurético que fomenta la pérdida de agua, así que quizá sea mejor que la familia reduzca el consumo de café. Por suerte, las restricciones no se extienden al agua que se necesita para cultivar los granos y procesar el café: casi 140 litros por taza.

Trabajar

No cabe duda de que una escasez de agua que exige restricciones tan estrictas afectará al trabajo. La transición de España hacia las energías renovables, sobre todo la eólica y la solar, situará al país en una posición privilegiada en la que necesitará menos agua para generar electricidad. Sin embargo, suele necesitarse agua para el enfriamiento en procesos industriales y la huella hídrica de muchos productos es altísima. La agricultura se verá bastante afectada: actualmente, el sector es responsable de casi el 70 por ciento del consumo de agua en España. Aunque hoy en día se malgasta gran parte del agua, en un futuro con menos agua las explotaciones agrícolas tendrán que encontrar formas más innovadoras de sobrevivir.

Limpiar

Para limpiar la casa, la familia tendría que depender menos del agua del grifo y más de productos químicos. Una posibilidad es usar exclusivamente productos que no utilizan agua como los aerosoles antibacterianos o limpiasuelos que no necesiten diluirse. Usar vinagre blanco para limpiar las superficies de cristal y cerámica también es bastante eficaz. No te preocupes, ¡el olor a vinagre se disipa enseguida!

Ir al colegio

El acceso al agua es fundamental para los niños de la familia y la conservación del agua sería una parte importante del plan de estudios. Es posible que remplacen las fuentes de agua corrientes y gratuitas por botellas de agua. Podría implementarse tecnología que pueda extraer el agua a través de la evaporación para suplementar el suministro de agua potable de la escuela, como ya se ha hecho en algunos centros australianos. También podrían usarse contadores digitales desarrollados para colegios de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, para alertar al centro del uso excesivo de agua y así poder cerrar los grifos o incluso encontrar y arreglar fugas cuanto antes.

Jugar

A los niños les encanta jugar en el agua, sobre todo en climas cálidos, donde puede ser una forma de refrescarse. Los niños de la familia tendrían cada vez menos acceso a placeres simples como las piscinas. Incluso actividades como pintar o jugar ensuciándose se verían afectadas por la necesidad de agua para limpiarse.

Lavarse las manos 

Muchos nos lavamos las manos varias veces al día, ya sea rápidamente solo con agua o a conciencia con jabón. Como solemos dejar el grifo abierto mientras nos las lavamos, este hábito puede malgastar mucha agua, algo que nuestra familia no se puede permitir. Los aireadores pueden reducir el flujo de agua hasta un 90 por ciento y los desinfectantes no necesitan agua, pero nuestra familia sería mucho más consciente con el consumo de agua cuando se lave las manos.

Hacer la colada

Aunque nuestra familia use una lavadora eficiente de carga frontal, equivale a consumir hasta 50 litros por lavado, quizá un poco menos si la lavadora está llena del todo. Nuestra familia necesitaría desarrollar nuevos hábitos, lavar la ropa con menos frecuencia, comprar ropa que pueda lavarse a mano usando menos agua y secar las toallas al sol para mantenerlas frescas durante más tiempo.

Cocinar

Con solo 25 litros de agua, la familia tendría que preparar los alimentos de forma distinta. La pasta, que se cocina con agua hirviendo, será un plato menos habitual. Habrá que lavar las verduras en un cuenco con agua en lugar de bajo el grifo, o quizá pelarlas en lugar de lavarlas. Cocinar al vapor, asar o freír en lugar de hervir serían métodos más comunes, ya que gastan menos agua. El agua usada para cocinar puede recogerse y reutilizarse para preparar salsas o incluso regar las plantas.

Lavar los platos

Es probable que nuestra familia use la tecnología para aprovechar al máximo su asignación de agua y en esto se incluye lavar los platos, las ollas y las sartenes en un lavavajillas completamente cargado. Los lavavajillas actuales usan solo 12 litros de agua frente a los 120 litros que se gastan al lavar a mano. Pueden ahorrarse 31 litros de agua más si no se enjuagan los platos en el grifo, algo no solo innecesario, sino que también reduce la eficacia del detergente, ya que las enzimas necesitan pegarse a las partículas de comida. Si todos los españoles dejáramos de enjuagar los platos durante un año, podríamos ahorrar agua suficiente para proporcionar a cada niño de España agua potable durante más de una década.

Para 2040, se prevé que España será uno de los países del mundo que sufrirá más estrés hídrico. En consecuencia, sería inevitable que cambie la relación que tiene el país con el agua. Enfrentándonos a estos retos ahora y tomando medidas positivas para conservar el agua, España podría evitar las peores consecuencias de la futura escasez de agua e impediría que la gente se enfrente a las dificultades de sobrevivir con tan solo 25 de litros de agua al día.

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