5 de septiembre de 2010
La energía y el agua están inextricablemente vinculadas. El agua genera electricidad, pero la otra cara de la misma moneda nos dice que se requieren grandes cantidades de energía para depurar y distribuir el agua.
Casi 6 por ciento de la electricidad de los EE.UU. procede de centrales hidroeléctricas; instalaciones que captan la energía natural almacenada en el torrente acuífero y la convierten en electricidad. La energía hidráulica ha estado presente durante miles de años (su uso original era moler cereales en pequeños molinos).
Pero hoy en día, las grandes represas asociadas a la producción hidroeléctrica están en el punto de mira puesto que alteran los flujos naturales y la calidad del agua.
En la mayoría de países desarrollados, existen sistemas muy elaborados para tratar y transportar el agua a nuestros hogares, campos agrícolas y fábricas. Todo este bombeo y desinfección, especialmente del agua salada, puede requerir un enorme consumo energético por lo que se necesitan ingentes cantidades de recursos no renovables, como el carbón.
Comprender el nexo entre la energía y el agua puede enfatizar nuestra dependencia de ambos recursos y encauzarnos en el camino del ahorro y la conservación.
Fichas
- Un mandato del congreso estadounidense para producir 57 mil millones de litros de etanol de maíz antes del 2015 requeriría alrededor de 6 billones de litros de agua de riego (e incluso más agua de lluvia), un volumen que excede el consumo anual del estado de Iowa.
- Transferir el agua del río Colorado al sur de California requiere casi 1,6 kilovatios/hora (kWh) de electricidad por metro cúbico de agua; la misma cantidad enviada cientos de kilómetros de norte a sur a través el proyecto estatal de aguas de California requiere casi 2,4 kWh, principalmente para bombeo. Debido a estos mecanismos de distribución, la energía necesaria para suministrar agua potable a un hogar medio del sur de California es el tercer consumo doméstico más importante, tras el aire acondicionado y el frigorífico.
- La producción de un metro cúbico de agua potable mediante la desalación por ósmosis inversa (proceso de empuje del agua salada a través de una membrana para depurar sales) requiere alrededor de 2 kWh de electricidad. Aunque es menos de los 5-10 kWh de hace 20 años, el proceso todavía exige una gran cantidad de energía.