¿Es real el calentamiento global?

Por Redacción National Geographic
¿Sabías qué hay diferentes tipos de contaminación?

5 de septiembre de 2010

En los últimos años, el calentamiento global ha suscitado una enorme controversia política. Con el avance del conocimiento científico, el debate ha pasado de centrarse en si el ser humano está provocando el calentamiento a dilucidar la mejor respuesta a este fenómeno.

En todo el mundo se están registrando señales de que la Tierra se está calentando. La forma más sencilla de observar la subida de las temperaturas consiste en examinar los registros térmicos recopilados durante el último siglo y medio. En todo el mundo, la temperatura media de la Tierra ha subido 0,8 ºC durante el último siglo, y cerca del doble en algunas zonas del Ártico.

Esto no implica que las temperaturas no hayan fluctuado entre las distintas regiones del planeta o entre estaciones y horas del día. Pero si calculamos la temperatura media en el mundo entero durante un año, observamos un patrón ascendente.

Aunque los registros de los termómetros no se remontan miles de años atrás, disponemos de algunos datos que nos ayudan a averiguar cómo eran las temperaturas y las concentraciones de gases invernadero en un pasado remoto. Por ejemplo, los árboles almacenan información sobre el clima del lugar en el que vivieron. Cada año, los árboles aumentan su grosor y desarrollan nuevos anillos. Cuando un año es más cálido y húmedo, el anillo es más grueso. Los árboles viejos y la madera nos ofrecen información sobre las condiciones vigentes hace cientos o incluso miles de años.

En el lecho de lagos y océanos también se esconden claves para descifrar el pasado. Todos los años polen, criaturas y partículas caen al fondo de los océanos y lagos, formando sedimentos. Los sedimentos preservan todos estos restos, que encierran información valiosa sobre el contenido del aire y el agua en el momento de su caída. Para acceder a este registro, los científicos insertan tubos huecos en el barro para recoger capas de sedimentos que se remontan millones de años atrás.

Para examinar de forma directa la atmósfera del pasado, los científicos perforan el manto helado polar de la Tierra. Las minúsculas burbujas atrapadas en el gas son de hecho fragmentos de la atmósfera del pasado de la Tierra, congelados en el tiempo. De este modo sabemos que las concentraciones de gases invernadero desde la revolución industrial son superiores a las existentes en los siglos y milenios precedentes.

Los modelos informáticos ayudan a los científicos a comprender el clima de la Tierra y a elaborar patrones climáticos a largo plazo. Además, estos modelos permiten a los científicos realizar predicciones sobre el clima del futuro. En esencia, los modelos emulan cómo la atmósfera y los océanos absorben la energía solar y la transportan por todo el mundo. Los factores que influyen en la cantidad de energía solar que llega a la superficie de la Tierra rigen el clima de estos modelos, como ocurre en la vida real. Entre ellos figuran los gases invernadero, las partículas de la atmósfera (de los volcanes, por ejemplo) y los cambios en la energía que llega del propio Sol.

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