20 de diciembre de 2015
Con marcas de viruela, hambrunas e inflación, el siglo XVII en Europa estuvo envuelto en una verdadera crisis global.
Para los historiadores, las penurias de esta época fueron desencadenadas entre otras cosas por el paso del sistema feudal al incipiente capitalismo, y un pequeño cambio global conocido como “la pequeña glaciación”.
La pequeña glaciación arruinó la producción del sector de la agricultura, dato que algunos historiadores utilizan para sustentar la teoría de que los cambios climáticos tienen un estrecho paralelismo con las grandes crisis económicas mundiales.
En la Europa pre industrial, todos los países eran mayoritariamente agrícolas, y como cita David Zhang (autor del estudio, universidad de Hong Kong), “En las sociedades agrarias, la economía estaba supeditada en todo momento a los factores climáticos.
El estudio, se encargó de analizar el clima de la época, así como otras variables, como la producción agrícola de la época, las guerras y cambios políticos, los movimientos demográficos, precios de los alimentos…
El equipo de Zhang habló de los efectos que tuvo la “mini glaciación” entre 1560 y 1660, tal como el incremento de las enfermedades y las hambrunas.
La Guerra de los Treinta años (1618-48) o la conquista Manchú de China, sustentan la teoría de que la temperatura no es la causante de las guerras, pero si el incremento del precio del grano, y con él, el de los alimentos esenciales.
Con el cambio climático actual, los países en vías de desarrollo están en más peligro que nunca, pues sus economías de subsistencia se basan en un altísimo porcentaje de la población que trabaja en el campo y viven de la agricultura.