
Una avalancha brama montaña abajo por las laderas rocosas de la Torre sin Nombre en la cordillera de Karákorum (Pakistán). Esta inmensa cascada de nieve fue el resultado de una tormenta de seis días.
Fotografía de Bill HatcherGrandes cantidades de masa nival descienden por la montaña en un alud matutino del parque nacional Torres del Paine (Chile). La creencia general considera las avalanchas como desplazamientos del manto nival pero los aludes también pueden arrastrar consigo otros materiales aparte de la nieve como rocas, hielo y detritus.
Fotografía de Skip BrownEl plácido manto de nieve a los pies de la montaña aguarda el terrible impacto del alud que desciende raudo por esta ladera rocosa en Alaska. En los últimos años, Alaska ha registrado el mayor índice de mortalidad por aludes de todos los estados de la Unión.
Fotografía de Timothy G. LamanUna columna de nieve se desprende de las laderas del parque nacional de Berchtesgaden (Alemania). En los Alpes se producen alrededor de 250.000 aludes cada año.
Fotografía de Norbert RosingUn trozo masivo de glaciar se desprende de la cima, desencadenando un gran alud en el parque nacional del Monte Rainier (Washington). Las avalanchas pueden ser pequeños deslizamientos de nieve en polvo, llamados aludes superficiales, o desplazamientos masivos que se conocen como aludes de fondo.
Fotografía de Marc Muench y Getty ImagesUn alud de nieve se desprende de un glaciar colgante en la isla de Georgia del Sur (Antártida). Las temperaturas más elevadas del continente hacen que grandes trozos de hielo se desprendan de los glaciares, desencadenando aludes en el proceso.
Fotografía de Johnny Johnson y Getty ImagesParte de un pista de esquí a campo través desaparece bajo la nieve cuando el alud desciende a toda velocidad por las laderas de Tuca (España). Ciertos aludes pueden alcanzar velocidades de 394 kilómetros por hora.
Fotografía de Per Eriksson y Getty Images