Las extrañas criaturas marinas que habitan los volcanes subacuáticos
Publicado 9 mar 2022, 11:48 CET

Una especie de babosa marina se encontró a 1.250 metros de profundidad.
Fotografía de NIWA Este pez es un depredador feroz. Pero se cree que los peces con dientes tan solo viven el tiempo necesario para que puedan reproducirse.
Fotografía de NIWA Encontradas en un cañón a 1500 metros de profundidad, esta medusa tiene la particularidad de que solo vive en las profundidades marinas.
Fotografía de NIWA A diferencia de los corales que construyen arrecifes, que forman colonias gigantes, los cuencos de coral viven de forma solitaria con esqueletos externos que los protegen.
Fotografía de NIWA Los científicos localizaron a este cangrejo entre rocas a 900 metros de profundidad.
Descubierto por primera vez en 2008, este cangrejo había sido visto anteriormente en zonas de Australia y Nueva Zelanda.
Fotografía de NIWA Comunmente conocido como el calamar "Mickey Mouse", este pequeño cetaceo fue descubierto a 900 metros de profundidad dentro de un cañón.
Fotografía de NIWA Milles de organismos se arrastran hacia estas nubes polvorientas procedentes de un respiradero hidrotermal, uno de los habitats estudiados por científicos.
Fotografía de NIWA Estas serpientes estrella fueron encontradas en lo más profundo del océano, a 1220 metros.
Estos invertebrados son encontrados alrededor de ramas de coral, como vemos en la foto, y se han adaptado para capturar particulas de comida de estas ramas.
Fotografía de NIWA Encontrada en profundidades de entre 650 metros y 1.400 metros, esta langosta no es la primera conocida de su especie, pero todavía no han sido formalmente reconocidas.
Estas langostas son encontradas unicamente cuando existen corales abismales también.
Fotografía de NIWAEste gusano que vive a 1.200 metros de profundidad en las aguas de Nueva Zelanda es un feroz depredador.
Un grupo de científicos pudieron observa a esta y otras criaturas durante la excursión a través de cuatro regiones en aguas profundas cercanas al volcán Kermadec.
Fotografía de NIWA