
Los pasajeros miran por las ventanas del vagón de segunda clase. Muchos de ellos son trabajadores que viajan entre estados y se dirigen hacia el norte, a Assam, tras haber ganado dinero en el sur. Otros son más transitorios y solo se quedan durante unas cuantas paradas. «La gente entra y sale del tren», afirma Paley. «Sus rasgos, la forma de vestir e incluso la comida son reflejo de los lugares por los que pasamos».
Los pasajeros miran por las ventanas del vagón de segunda clase. Muchos de ellos son trabajadores que viajan entre estados y se dirigen hacia el norte, a Assam, tras haber ganado dinero en el sur. Otros son más transitorios y solo se quedan durante unas cuantas paradas. «La gente entra y sale del tren», afirma Paley. «Sus rasgos, la forma de vestir e incluso la comida son reflejo de los lugares por los que pasamos».
Los pasajeros miran por las ventanas del vagón de segunda clase. Muchos de ellos son trabajadores que viajan entre estados y se dirigen hacia el norte, a Assam, tras haber ganado dinero en el sur. Otros son más transitorios y solo se quedan durante unas cuantas paradas. «La gente entra y sale del tren», afirma Paley. «Sus rasgos, la forma de vestir e incluso la comida son reflejo de los lugares por los que pasamos».
Los pasajeros miran por las ventanas del vagón de segunda clase. Muchos de ellos son trabajadores que viajan entre estados y se dirigen hacia el norte, a Assam, tras haber ganado dinero en el sur. Otros son más transitorios y solo se quedan durante unas cuantas paradas. «La gente entra y sale del tren», afirma Paley. «Sus rasgos, la forma de vestir e incluso la comida son reflejo de los lugares por los que pasamos».
Los pasajeros miran por las ventanas del vagón de segunda clase. Muchos de ellos son trabajadores que viajan entre estados y se dirigen hacia el norte, a Assam, tras haber ganado dinero en el sur. Otros son más transitorios y solo se quedan durante unas cuantas paradas. «La gente entra y sale del tren», afirma Paley. «Sus rasgos, la forma de vestir e incluso la comida son reflejo de los lugares por los que pasamos».
Los pasajeros miran por las ventanas del vagón de segunda clase. Muchos de ellos son trabajadores que viajan entre estados y se dirigen hacia el norte, a Assam, tras haber ganado dinero en el sur. Otros son más transitorios y solo se quedan durante unas cuantas paradas. «La gente entra y sale del tren», afirma Paley. «Sus rasgos, la forma de vestir e incluso la comida son reflejo de los lugares por los que pasamos».
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