La expedición al Polo Norte de Eric Larsen y Ryan Waters
Publicado 24 feb 2018, 10:22 CET
La banquisa ártica cerca del Polo Norte es tan delgada que a veces Eric Larsen tiene que repartir su peso de forma tan amplia como le es posible para evitar atravesarla.
En el mejor de los casos, los canales de agua abierta (las fracturas en el hielo) son lo bastante pequeños para saltarlos. Pero con las grandes, hay que nadar.
El hielo joven es dinámico, cambia constantemente y crea montones caóticos difíciles de atravesar.
A veces, a Larsen y a Ryan Waters no les quedaba otra que seguir el hielo sólido que pudieran encontrar, incluso si eso implicaba desviarse de su rumbo.
Para conservar energía, Larsen y Waters juntaban sus trineos para cruzar aguas abiertas y que solo una persona tuviera que nadar.