
Una adolescente indígena sale de la casa de tejado de zinc y muros de madera que ella misma construyó.
Fotografía de Iván ValenciaLa Puria está a medio día caminando desde la localidad más cercana en el bosque nuboso de gran altura de Colombia. Aquí, una mujer cruza el único puente que los conecta a la carretera.
Fotografía de Iván ValenciaLas mujeres de más edad preparan comida para toda la comunidad. Aunque algunos aldeanos huyeron durante el conflicto, en los últimos años muchos indígenas emberá katío han vuelto a casa.
Fotografía de Iván ValenciaMadres adolescentes traen a sus hijos, muchos de ellos con desnutrición, a la cocina de la aldea. Los territorios del pueblo emberá katío han ido disminuyendo por la invasión de promotores y la explotación de las organizaciones guerrilleras, lo que les ha obligado a adoptar métodos de producción de alimento tradicionales.
Fotografía de Iván ValenciaLos niños, que apenas tienen juguetes, se entretienen con un asno. Varios pueblos indígenas emberá viven a lo largo de la costa pacífica de Colombia y en Panamá.
Fotografía de Iván ValenciaEl arte de los niños de la aldea y de las madres adolescentes suele representar a soldados, helicópteros y minas terrestres. Los numerosos años de guerra civil en Colombia han dejado más de 200.000 muertos o desaparecidos y más de 5 millones de desplazados. Cuatro mil civiles han muerto o han resultado heridos por las minas, muchas de las cuales fueron colocadas por las FARC.
Fotografía de Iván ValenciaUna joven madre da de mamar a su bebé.
Fotografía de Iván ValenciaRosalina, de 26 años, es la gobernadora indígena de La Puria. Aquí la vemos embarazada con su cuarto hijo. Nunca habla de su marido.
Fotografía de Iván Valencia