
Para reproducirse, el musgo une sus gametos masculinos y femeninos, formando una célula que se desarrolla hasta formar un tallo inclinado con una cápsula (que vemos aquí en un corte transversal). Las esporas maduran dentro de esta cápsula, que a continuación se abre y libera las esporas.
Fotografía de Marek Mis, SCIENCE SOURCE
El sello de Salomón (Polygonatum multiflorum), descrito científicamente en 1875, es una planta perenne que vive en zonas de sombra de latitudes templadas de Europa y Asia. Cada tallo arqueado (que vemos aquí en un corte transversal) contiene flores colgantes y entre ocho y 17 hojas.
Fotografía de MAREK MIS, Science Source
Los estomas, los poros que usan las plantas para el intercambio de gases, destacan contra la epidermis de la hoja de este lirio de los valles (Convallaria majalis). Dos células guardianas flanquean cada poro, que se abre o cierra cuando las células guardianas ganan o pierden agua.
Fotografía de Marek Mis, SCIENCE SOURCE
Decenas de especies pertenecientes al género Tilia se extienden por las partes templadas del hemisferio norte. Aquí vemos el tallo de una de ellas en un corte transversal.
Fotografía de GREG DALE, National Geographic Creative
El polen cubre la antera de una flor de nomeolvides. Las anteras son la parte rica en polen en el extremo de los estambres de una flor, sus órganos masculinos de fertilización.
Fotografía de Martin Oeggerli, National Geographic Creative
El método de reproducción de los musgos por esporas y cápsulas ha funcionado a la perfección para estas plantas esponjosas. Los botánicos han catalogado hasta 10.000 especies de musgos y hay musgos fosilizados que podrían datar de hace 300 millones de años.
Fotografía de Marek Mis, Science Source
Los granos de polen se acumulan en la antera de una flor de Hepatica sp.
Fotografía de Marek Mis, Science Source
Estas esferas son granos de polen de Crocus, un género de plantas con flor en la familia de las iridáceas.
Fotografía de Marek Mis, Science Source
Más de 1.400 granos de polen de sauce cabruno (Salix caprea) medirían solo 2,5 centímetros de extremo a extremo.
Fotografía de Martin Oeggerli, National Geographic Creative
Algas verdes salpican la superficie exterior de un tallo de alerce (Larix sp.), que vemos aquí en un corte transversal. Las algas son organismos acuáticos fotosintéticos que viven en forma de unicelular, en colonias o en tejidos simples. Aunque muchas algas se consideran plantas, otras son técnicamente bacterias o protistas.
Fotografía de Marek Mis, Science Source
Las estomas salpican la epidermis de una Hepatica sp. Como introducen gases en las plantas, el número de estomas concuerda con los niveles de CO2 atmosférico. Cuando hay más CO2, las plantas necesitan menos estomas para llenarse, y viceversa. Basándose en esta relación, los científicos que estudian las hojas fosilizadas han elaborado un registro de 300 millones de años sobre los niveles pasados de CO2 en la Tierra.
Fotografía de Marek Mis, Science Source
Tallos de espárragos llenos de haces vasculares, que forman el sistema vascular de las plantas. Los grandes canales laterales de un haz, llamados xilemas, transportan el agua y los nutrientes disueltos desde las raíces. Los canales centrales más pequeños del haz, llamados floemas, transportan azúcar desde las hojas al resto de la planta.
Fotografía de Marek Mis, Science Source
Las Lycopsida, como las del género Lycopodium (que vemos en la foto), tienen un sistema vascular muy organizado, lo que les permite crecer altas y grandes.
Fotografía de Marek Mis, Science Source
Los hongos se infiltran en la aguja de un pino (Pinus sp.), que aquí vemos por dentro. Al igual que los animales, las plantas pueden ser víctimas de infecciones. Se espera que el cambio climático altere los impactos de estas enfermedades, conforme las plantas hacen frente a temperaturas más cálidas y a más o menos agua de la que están acostumbradas.
Fotografía de Marek Mis, Science Source
Muchas células de Micrasterias truncata, un alga verde unicelular, cerca de hojas de un musgo Sphagnum. Esta especie de agua dulce, descrita científicamente en 1848, recibe este nombre por estar casi dividida a la mitad en apariencia.
Fotografía de Marek Mis, Science Source
Destelleando bajo luz polarizada, un alga Netrium unicelular brilla cerca de la hoja de un musgo Sphagnum.
Fotografía de Marek Mis, Science Source
¿Un objeto extraterrestre? ¿Alfarería vanguardista? Esta elaborada estructura es en realidad el esqueleto de sílice de una diatomea, un tipo de plancton fotosintético. Aunque son diminutas, colectivamente, las diatomeas hacen casi una quinta parte de la fotosíntesis de la Tierra, suministrando la cadena trófica marina y proporcionándonos oxígeno para respirar.
Fotografía de Museo de Historia Natural, London, Science Source
La vida es una fiesta en un perifitom, un conjunto de bacterias, algas y otras criaturas diminutas que se acumulan en sedimentos acuáticos. Sus moradores pueden incluir criaturas unicelulares llamados heliozoos (izquierda) y diatomeas fotosintéticas (derecha).
Fotografía de Marek Mis, Science Source
La especie de alga Xanthidium antilopaeum, puntiaguda y con dos lóbulos, no estaría fuera de lugar como adorno en una casa de Frank Lloyd Wright. Los científicos describieron a la especie por primera vez en 1849.
Fotografía de Marek Mis, Science Source
Más de 215 familias de plantas elaboran cristales de oxalato de calcio. Algunos cristales, como este de una hoja de espinaca (Spinacia oleracea), adoptan la forma de bolas con espinas llamadas drusas, que ayudan a la planta a defenderse irritando a los herbívoros.
Fotografía de Marek Mis, SCIENCE SOURCE
Estas estructuras no son ánforas llenas de hierba; es la cabeza de un diente de león, vista por un microscopio de electrones.
Fotografía de Museo de Historia Natural, London, SCIENCE SOURCE
Un corte transversal deja al descubierto la estructura interna de una malva real (Lavatera trimestris).
Fotografía de Marek Mis, Science Source
Iluminados con luz polarizada, estos tejidos de espinaca revelan su sistema vascular interno.
Fotografía de Marek Mis, Science Source
El interior de una hoja está lleno de tejido esponjoso denominado mesófilo que está repleto de cloroplastos. En este tejido ocurre la magia de las plantas, reaccionando al CO2, la luz solar y el agua para obtener glucosa y oxígeno.
Fotografía de Marek Mis, Science Source