
Este detalle del mapa incluye la sede de la televisión central china, un edificio que para muchos lugareños se parece a un par de pantalones, y justo a la derecha vemos un nuevo rascacielos que se está construyendo y que se parece a un cáliz de vino chino tradicional (de ahí las botellas de vino en la base).
Fotografía de Gareth FullerEste detalle incorpora varios guiños a la innovación china, como el programa espacial del país (el satélite y los objetos celestes en la parte superior izquierda). Cerca, unos drones despegan con paquetes de verduras cultivados en plataformas escalonadas, como parte de una operación futurista —y todavía sin desarrollar— de agricultura urbana.
Fotografía de Gareth FullerEn este detalle, el artista imagina un futuro en el que una central nuclear que funciona con el elemento químico torio (en lugar de uranio o plutonio) genera energía limpia para toda la ciudad. El símbolo del torio (Th) aparece por el mapa.
Fotografía de Gareth FullerMundos antiguos y modernos se entrecruzan en este detalle del mapa. El nudo infinito, un antiguo símbolo budista (parte superior, en el centro) y los círculos que contienen los 12 animales del zodíaco chino rodean un templo ficticio con un teléfono móvil (la estructura con forma de pagoda tiene el símbolo del wifi en la parte superior).
Fotografía de Gareth FullerTurbinas eólicas y una operación agrícola dirigida por robots son algunas de las visiones futuristas en este detalle. Un pilar que soporta un ferrocarril de alta velocidad incluye una referencia divertida al perro, un animal muy querido en la cultura china y figura del zodíaco chino en 2018.
Fotografía de Gareth FullerLos vehículos eléctricos están despegando en China. En este detalle, una fábrica futurista operada por robots recicla coches tradicionales y los convierte en coches eléctricos.
Fotografía de Gareth Fuller