Ganadores del concurso Nikon Small World 2020

La perspectiva dorsal de un pez cebra alevín ha ganado el primer premio del concurso de microfotografía Nikon Small World. Para conseguir este efecto sobrenatural, el investigador Daniel Castranova, de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, etiquetó los vasos linfáticos (naranja) y las escamas (azul) con proteínas fluorescentes y unió más de 350 fotogramas con la ayuda de su colega Bakary Samasa.
El fotógrafo alemán Daniel Knop superpuso cinco imágenes de un embrión de pez payaso para ilustrar las fases de su desarrollo, de unas horas después de la fecundación a dos horas antes de eclosionar.
Esta serie de peines arcoíris es en realidad la superficie de la lengua de un caracol de agua dulce, o rádula, cubierta de dientes diminutos para raspar la comida hasta un tamaño digerible. La imagen es de Igor Siwanowicz, del Instituto Médico Howard Hughes.
Imagen de una espora de hongo con varios núcleos sacada por los científicos canadienses Vasileios Kokkoris, Franck Stefani y Nicolas Corradi. La espora está rodeada de unas ramas fantasmagóricas de filamentos fúngicos llamados hifas.
En la mayoría de las polillas, los ojos están cubiertos de una nanoestructura que absorbe la luz e impide los reflejos, lo que las convierte en migradoras sigilosas. La imagen, obra del fotógrafo indonesio Ahmad Fauzan, muestra uno de estos globos oculares oscuros de una polilla Agrotis infusa, así como su cabeza peluda y su probóscide curvada.
En esta imagen que parece un cuadro de Klimt, las perlas de polen se acumulan en el estambre de una planta del género Hebe. La fotografía es obra de Robert Markus y Zsuzsa Markus, de la Universidad de Nottingham.
Jason Kirk, de la Facultad de Medicina Baylor, captura un núcleo (cian) rodeado de hilos de microtúbulos (naranja) en una célula humana.
Esta imagen de un embrión de camaleón autoflorescente, modificada en blanco y negro, es obra de Allan Carrillo-Baltodano y David Salamanca de la Queen Mary University of London. Los camaleones plenamente desarrollados son capaces de cambiar de color y de patrón gracias a unos cristales reflectantes en sus células cutáneas.
El hipocampo del cerebro humano es responsable de la memoria y el aprendizaje. Esta imagen de Jason Kirk y Quynh Nguyen, de la Facultad de Medicina Baylor, muestra dos neuronas hipocampales adyacentes conectadas por sinapsis, listas para memorizar.
La Daphnia magna, o pulga de agua, es un pequeño crustáceo que suele utilizarse como organismo experimental por su caparazón transparente y su reproducción asexual. La imagen, la segunda de Ahmad Fauzan seleccionada como ganadora, inmortaliza la cabeza de uno de estos animales acuáticos.
Como unos dedos esqueléticos, los tentáculos de un alga roja se extienden como si intentaran aferrarse a algo en esta foto de Tagide deCarvalho, de la Universidad de Maryland.
El fotógrafo austriaco Robert Viethaler superpuso imágenes para inmortalizar una hebra de pelo humano con un nudo.
Como una abstracción de un cuadro de Georgia O’Keefe, los cristales que se formaron tras calentar una solución de etanol, agua y aminoácidos se retuercen delicadamente en esta imagen del fotógrafo neoyorquino Justin Zoll.
Un gorgojo enrollador de hojas, protegido por una cobertura reflectante y texturizada, trepa por una planta en esta imagen del fotógrafo turco Ozgur Kerem Bulur.
Una Chaetogaster diaphanus con reproducción asexual forma una cadena de hijas en esta imagen de los científicos argentinos Eduardo Zattara y Alexa Bely.
Esta red irisada de filamentos entrelazados y retorcidos es algo bastante normal y corriente: una media de nailon, examinada en detalle e inmortalizada por el fotógrafo ruso Alexander Klepnev. Esta es la única imagen ganadora que no procede del mundo natural.
Anne Algar, del Reino Unido, superpuso imágenes para crear este collage luminiscente de un coríxido en desarrollo, un insecto acuático que se distribuye por todo el mundo.
Lo que parecen miles de plumas pequeñas —pero que en realidad son escamas blandas— recubren el ala de una mariposa atlas en esta imagen del fotógrafo californiano Chris Perani.
Jan Michels, de la Universidad de Kiel, en Alemania, sacó esta imagen de la pared celular de sílice teselada de una diatomea marina. Las diatomeas generan más del 20 por ciento del oxígeno producido en la Tierra cada año.
El macabro esqueleto en tecnicolor de un embrión de murciélago colicorto, capturado por Dorit Hockman y Vanessa Chong-Morrison de la Universidad de Ciudad del Cabo.
