La historia de las mujeres desterradas por menstruar en Nepal
Surekha Kunwar, una chica de 14 años del distrito de Achham, posa para un retrato dentro de un “hut” o ”goth” durante su primer período. Esta pequeña casa de barro se construyó hace varios años para mantener a las mujeres que menstrúan fuera de sus propias casas, siguiendo una tradición hinduista llamada “Chhaupadi Partha”. Por primera vez en la vida, Kunwar será considerada impura y obligada a vivir en este lugar durante 7 días.
En la mayoría de las aldeas, las mujeres comparten el ”goth”. Por lo general, estos espacios no están bien ventilados, y decenas de mujeres y niñas han muerto en los últimos años por seguir esta tradición, a causa de la inhalación de humos o picaduras de serpientes, a pesar de las campañas de los activistas y los esfuerzos del gobierno para poner fin a esta práctica.
Narpata Boudha, una mujer nepalí de 47 años de una remota aldea del lejano oeste en el distrito de Achham, muestra los únicos instrumentos que se le permiten usar cuando menstrúa. Cuando tienen su período, las mujeres no pueden tocar ningún instrumento de cocina, ni el agua de las fuentes. Solo pueden utilizar un cuenco específico para beber el agua que le pongan los vecinos y un plato donde los vecinos ponen la comida. No pueden comer en la comunidad.
Surekha Kunwar escribe en un cuaderno sobre la experiencia de tener su período por primera vez. "No me siento impura, ni intocable, no puedo creer que vaya a tener que hacer esto todos los meses de mi vida”, dice.
Surekha posa para un retrato dentro de la cabaña durante su primer período. Cuando se dio cuenta de que tenía su primer período, se avergonzó y trató de ocultarlo. “No me siento impura ni intocable aunque esta práctica ha cambiado mucho mi vida diaria”, dice, “no puedo creer que esto vaya a pasar todos los meses de mi vida”.
Dive con una amiga, compartiendo un “hut” durante sus períodos en una aldea remota del distrito de Achham, Nepal.
Flores caídas junto a la cabaña menstrual de Dive en el distrito de Achham, en el extremo occidental de Nepal.
La menstruación se considera un castigo de los dioses por los pecados de la mujer. La mayoría de personas en las aldeas creen que si las mujeres menstruantes no siguen esta tradición, serán castigadas con desgracias, enfermedades o incluso la muerte.
Surekha Kunwar se ha encaramado a un árbol para comer algunos frutos. En algunas áreas remotas del Nepal, a las mujeres que menstrúan no se les permite tocar árboles como el árbol Peepal, un árbol que representa al Dios Vishnu, y distintos frutos.
Surekha Kunwar y una amiga viendo videos y películas indias y nepalesas en el móvil en su casa. En agosto de 2017, el gobierno nepalí criminalizó por primera vez el Chhaupadi Partha, multando a cualquier persona que forzara a una mujer menstruante a seguir la práctica.
En el Valle de Katmandú, un número creciente de mujeres está reinterpretando esta práctica y tratando de cambiarla. Muchas de ellas, de origen rural, han venido a la capital a aprender cómo pueden hacerlo y luego han regresado a las mismas áreas rurales para implementarlo.
El Día de la Higiene Menstrual se celebró por primera vez en Katmandú en Mayo del 2018. El lema principal del día es “La educación sobre la menstruación lo cambia todo”. Diferentes actores realizan diversos actos para alentar a las mujeres a mantener la higiene personal y luchar contra Chhaupadi Partha. "Ni siquiera puedo imaginar el dolor de las mujeres durante su ciclo menstrual", dice uno de los participantes masculinos.
En un pueblo cerca del valle de Katmandú, Radha Paudel, activista y autora de la higiene menstrual, da una conferencia sobre la menstruación. Esto forma parte de diferentes programas de sensibilización que impulsa desde su Fundación. Al final de la conferencia de Paudel, mujeres y hombres han cruzado las manos y prometido: "hablaremos de la menstruación en casa y en nuestras comunidades". Especialmente en las zonas rurales hay un gran desconocimiento sobre este tema, pero programas como este están transformando el estigma menstrual.
Aunque el Chhaupadi ha existido durante décadas, las mujeres y hombres están transformando esta práctica en las áreas rurales y urbanas del país. La activista Gomati Joshi (izquierda), imparte una clase sobre higiene menstrual, el Chhaupadi y el matrimonio precoz en una aldea remota del distrito de Baitadi. Joshi ha estado trabajando para cambiar el estigma que rodea a la menstruación en todo el país. Con una creciente influencia traída por el acceso generalizado a las nuevas tecnologías y a la información, un número cada vez mayor de mujeres se está empoderando y tratando de cambiar esta práctica en las áreas rurales y urbanas.
Swostika Sharma, una estudiante de 15 años de Katmandú, dibuja durante un programa de sensibilización que la Fundación Radha Paudel ha organizado con los mejores estudiantes de arte de tres escuelas diferentes. Están participando en un concurso para ilustrar el lema “La menstruación es asunto de todos y todas”. "Cuando tengo mi período duermo en mi propia cama, hago de todo menos rezar", dice Swostica, "lo único que lo hace más difícil es el dolor". En las zonas urbanas, el estigma sobre la menstruación está comenzando a cambiar gracias a iniciativas como la de Paudel.
Anuja, la hermana de Anushree, es ayudada por su madre a usar un "Sari", una prenda típica femenina, antes de asistir a una ceremonia de boda en la ciudad. La familia de Anuja ya no practica el Chhaupadi.
Kabita, una mujer de 23 años, yace en su habitación en un pueblo del Valle de Katmandú. Esta pequeña construcción, separada de la casa principal, fue construida después del terremoto de 2015 como una segunda casa. Una vez que la familia regresó a la anterior, se propuso proporcionar un espacio seguro para que las mujeres de la familia pasaran sus períodos. Kabita trabaja para una organización y se ocupa de los voluntarios extranjeros que entran y salen.
Unos visitantes se hacen una foto en Swayambhunath, un antiguo templo religioso budhista y hinduista en el valle de Katmandú. La llegada de turistas, junto al poder de las nuevas tecnologías, está inspirando a los hombres y mujeres nepaleses jóvenes a adoptar una forma de vida diferente y están encontrando formas de combinarla con la antigua cultura nepalí. En Nepal, los matrimonios concertados entre la misma casta son el sistema más común, pero los matrimonios por amor son cada vez más populares, especialmente en las zonas urbanas.