Este fotógrafo crea conciencia sobre la contaminación lumínica en el Valle de la Muerte

Un artista residente de un parque nacional captura la fragilidad y la belleza del desierto por la noche.

Por Claire Turrell
fotografías de Harun Mehmedinović
Publicado 25 ago 2020, 14:22 CEST
Valle de la Muerte

Como artista residente en el Parque Nacional del Valle de la Muerte, el fotógrafo Harun Mehmedinović capturó imágenes del cielo por la noche y de su mayor contaminación lumínica. En esta foto nevada, capturó las estrellas y, a la derecha, el resplandor de la ciudad de Las Vegas.

Fotografía de Harun Mehmedinović

El parque nacional del Valle de la Muerte es un lugar de extremos.

Se extiende desde California hasta Nevada e incluye los desiertos de Mojave y Colorado, lo que lo convierte en el mayor parque nacional de los Estados Unidos continentales. Y también el más cálido: este mes, registró una temperatura de récord de 54,4°C en Furnace Creek, un oasis natural. La máxima temperatura del aire que se ha documentado —la «friolera» de 56,6°C— se registró en el mismo lugar en 1913.

Aunque de día el parque está sometido al reto ambiental del calor extremo, de noche el Valle de la Muerte tiene otro problema: la contaminación lumínica provocada por el resplandor nocturno de Las Vegas y las ciudades de los alrededores. El exceso de luz artificial no solo altera nuestra forma de ver estrellas y planetas, sino que también se ha descubierto que afecta a la flora y la fauna silvestres. Las criaturas nocturnas, como los murciélagos o las polillas, que polinizan los cactus, prefieren alimentarse en condiciones de poca luz. Científicos de la Universidad de Exeter han descubierto que los cactus bañados principalmente en luz artificial eran un 62 por ciento menos propensos a ser polinizados.

El parque, célebre por sus noches estrelladas, recibió un impulso para mitigar la contaminación lumínica cuando la Asociación Internacional de Cielo Oscuro le concedió el certificado de Parque de Cielo Oscuro. Con todo, los investigadores han advertido que, a medida que la vida urbana lo invade, su bóveda celeste es tan frágil como sus ecosistemas.

«Las Vegas es la mayor fuente de contaminación lumínica que impacta a la calidad del cielo del parque nacional del Valle de la Muerte», afirma Adam Dalton, gestor de programas de la Asociación Internacional de Cielo Oscuro.

Con el aumento de la urbanización y el desarrollo en Estados Unidos, los cielos nocturnos como los del Valle de la Muerte empiezan a escasear. La contaminación lumínica puede recorrer casi 350 kilómetros desde su fuente y afectar a una zona de gran tamaño.

«Al menos un 80 por ciento de los estadounidenses ya no pueden ver la Vía Láctea desde sus casas», señala Dalton.

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    La Vía Láctea parece más brillante sobre Panamint Springs, en el Valle de la Muerte, gracias a la iluminación tenue de esta gasolinera. Mehmedinović dice que la imagen muestra el beneficio de reducir la luz excesiva en torno a los parques nacionales.

    Fotografía de Harun Mehmedinović

    Unas cuantas ideas brillantes

    Antes de que el parque nacional del Valle de la Muerte recibiera su certificado de Parque de Cielo Oscuro, el Sistema de Parques Nacionales (NPS, por sus siglas en inglés) estaba trabajando para reducir la contaminación lumínica. Cambió el sistema de iluminación del parque por luces LED y LPS (sodio a baja presión) regulables, que emiten un brillo suave de color calabaza. Toda la iluminación apuntaba hacia abajo para reducir el resplandor. El Valle de la Muerte redobló los esfuerzos para proteger las estrellas con el Dark Sky Festival de 2019, que ofrecía clases de fotografía, caminatas con científicos y sesiones de observación de estrellas.

    Para sustentar sus iniciativas de combatir la contaminación lumínica, el parque no solo recurrió a la tecnología, sino también a la creatividad. Aquí entra Harun Mehmedinović, un fotógrafo afincado en Los Ángeles que había explorado estas tierras desérticas con su cámara apuntando a los cielos para documentar las incursiones perjudiciales de la luz artificial. Algunas de estas imágenes llamaron la atención de la National Parks Arts Foundation y, a finales de 2019, el equipo lo invitó a convertirse en su artista residente en el parque nacional del Valle de la Muerte.

    Mehmedinović pasó un mes en el desierto, creando fotografías que llaman la atención, plantean preguntas e inician conversaciones. «La imagen quiere llamar la atención de la gente para que se cuestione si la fotografía es real o falsa. Es una forma de atraer a la gente para que hable sobre el problema más general», afirma.

    Arte en los parques

    Mehmedinović ha recorrido todo el parque, desde los salares de Badwater Basin hasta Racetrack Playa y sus «piedras navegantes», que se desplazan sobre la arena cuando el hielo se funde. De vez en cuando pasa algún que otro coche por su campamento, pero suele estar solo. Los únicos visitantes que recibe son serpientes, escorpiones y coyotes que quieren asaltar sus víveres.

    Durante estos viajes fuera de pista, ha pinchado las ruedas del coche en roca volcánica, conducido durante horas a lo largo de curvas empinadas y quedado dos semanas atrapado por la nieve en las zonas altas. Tras conducir durante el día, Mehmedinović intenta dormir de noche, mientras coloca su cámara para que saque imágenes en time-lapse. «Saca una foto cada 30 segundos», explica. «Reviso las fotografías por la mañana y, de vez en cuando, veo un meteoro enorme en las imágenes».

    La contaminación lumínica de las ciudades invade las zonas rurales. Aquí, en la fotografía que sacó Mehmedinović de Racetrack Playa en el Valle de la Muerte, el resplandor de la derecha procede de Las Vegas, a más de 320 kilómetros.

    Fotografía de Harun Mehmedinović

    Mehmedinović —cineasta y coproductor del documentar de Leonardo DiCaprio sobre el cambio climático Ice on Fire— se enamoró de los parques nacionales cuando estudiaba cine en la Universidad de California en Los Ángeles. Se interesó por los problemas de la contaminación lumínica cuando sacaba la cámara para sacar fotos de noche. Junto a un amigo cineasta, ha creado Skyglow, un proyecto de fotografía para concienciar sobre la necesidad de proteger el cielo nocturno y destacar a las organizaciones que trabajan para protegerlo.

    «Cuando orientas la cámara hacia la ciudad y la dejas en una exposición larga, la luz se extiende sobre la imagen. Yo digo en broma que es tan brillante que parece la explosión de un arma nuclear», dice.

    Mehmedinović es uno más de una larga serie de artistas que se han inspirado en los parques nacionales, desde los pintores de la Escuela del río Hudson a mediados del siglo XIX al fotógrafo de paisajes Ansel Adams a mediados del siglo XX. Ahora hay más de 50 programas de artistas residentes en los parques nacionales de Estados Unidos. Este programa, fundado en 1916, ayuda al NPS a reinventar los lugares que gestiona y proporciona a visitantes y trabajadores una nueva perspectiva del medio ambiente.

    Antes de visitarlo...

    Aunque la contaminación lumínica de Las Vegas llega a las altas crestas del sudoeste del parque, Brandi Stewart, directora del programa educativo del parque nacional del Valle de la Muerte, señala que los visitantes pueden encontrar lugares ideales para contemplar las estrellas. «El cráter de Ubehehe, en el norte del parque, es un lugar idóneo para ver las estrellas, porque está más alejado del brillo bajo de Las Vegas», recomienda. «Puedes contemplar un atardecer brillante en las dunas de arena de Mesquite y después tumbarte en las dunas y observar cómo aparecen las estrellas en el cielo».

    «El fin de estas imágenes es evocar asombro y curiosidad», afirma Mehmedinović. «Considero las fotografías un puente hacia un debate sobre la importancia del cielo nocturno y nuestro impacto en el medio ambiente».

    Fotografía de Harun Mehmedinović

    Los visitantes pueden ayudar a proteger el parque siendo conscientes de la luz que proyectan. «Cuando la gente acampa, pueden apagar las luces que no utilicen y optar por lámparas con ajustes de luz roja, que reducen el resplandor y ayudan a la visión nocturna», afirma Stewart.

    Pero aún queda mucho por hacer. «Algunos campamentos tienen mucha luz y esos visitantes podrían no darse cuenta de hasta qué punto impactan las experiencias de los demás», dice.

    Como el Valle de la Muerte es uno de los parques nacionales más secos y cálidos de Estados Unidos, los visitantes deben beber agua suficiente y evitar practicar senderismo durante las horas centrales del día. Aunque los centros de visitantes y algunas instalaciones siguen cerrados por la pandemia de COVID-19, los senderos y los miradores han reabierto. Dante’s Ridge, una caminata de casi 13 kilómetros ida y vuelta, ofrece vistas panorámicas del Valle de la Muerte hasta Telescope Peak. Descubrirás vistas fantásticas desde Zabriskie Point, las dunas de arena, Artist’s Palette y Aguereberry Point. Y si solo tienes un par de horas para explorar este lugar, conduce por la carretera Badwater Road, que incluye las formaciones más populares del Valle de la Muerte, como Mushroom Rock y Devil’s Golf Course.

    Claire​ Turrell es una editora y escritora autónoma que trabaja en Singapur. Harun Mehmedinović es un director, guionista, fotógrafo y escritor bosnio-estadounidense.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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