Así se están adaptando los cruceros a la COVID-19 en la era Ómicron

La pandemia sigue perturbando el sector de los cruceros. He aquí cómo navegar si tienes previsto zarpar en uno pronto.

Por Amy McKeever
Publicado 21 ene 2022, 12:20 CET
Personal sanitario atiende un brote de coronavirus a bordo del Queen Elizabeth de Cunard, atracado en ...

Personal sanitario atiende un brote de coronavirus a bordo del Queen Elizabeth de Cunard, atracado en A Coruña, Galicia, el 4 de enero de 2022.

Fotografía de M. Dylan, Europa Press/Getty Images

Hace pocos días, en A Coruña, se detectaron 22 casos positivos de COVID-19 en el crucero Queen Elizabeth, de los cuáles 21 enfermos tuvieron que resignarse a regresar a tierra y encerrarse en un hotel. Por si había algún tipo de dudas: no, Ómicron no tiene intención de respetar a los cruceristas. Como ya ocurriera con los brotes anteriores de coronavirus, la pandemia está afectando de nuevo a la industria del turismo en su conjunto, industria del crucero incluida. En este reportaje echamos un vistazo a los pasos que está dando Estados Unidos de cara a combatir una amenaza que continúa cancelando viajes a su paso.

A finales de diciembre, apenas seis meses después de que los cruceros volvieran a zarpar de los puertos de Estados Unidos (primera potencia mundial en volumen de cruceros, España es la décima), los casos de COVID-19 a bordo empezaron a dispararse, pasando de 162 en las dos primeras semanas del mes a 5000 en la última mitad del mismo. Como dijo recientemente a los legisladores la directora de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), Rochelle Walensky, se trataba de un aumento de unas 30 veces.

En las semanas siguientes, los CDC advirtieron a los viajeros que evitaran los cruceros aunque estuvieran totalmente vacunados. Ha habido una avalancha de cancelaciones, incluyendo varias salidas de Royal Caribbean y Norwegian Cruise Line, debido a que los miembros de la tripulación se han puesto enfermos y los destinos han cerrado sus puertos a los cruceros. Los barcos que sí zarpan han tenido que endurecer sus protocolos de COVID-19 (que incluyen la obligación de vacunarse, realizar pruebas y enmascararse) y hacer cambios de última hora en los itinerarios.

Con más de 2.000 pasajeros, el crucero de lujo Cordelia Empress entra en el puerto de Mumbai (India) el 4 de enero de 2022, después de que un miembro de la tripulación diera positivo en la prueba del COVID-19. En la era de Ómicron, y debido a sus inesperados brotes, muchos cruceros han tenido que ajustar sus itinerarios o cancelar a mitad de viaje.

Fotografía de Indranil Mukherjee, AFP/Getty Images

Para complicar aún más las cosas, la Orden de Navegación Condicional del CDC (un marco de procedimientos de seguridad obligatorios para los buques de pabellón extranjero en aguas estadounidenses) expiró el 15 de enero. El cumplimiento de esas directrices será ahora opcional para los cruceros, lo que significa que podrán trazar su propio curso de seguridad.

Para aquellos que planearon sus viajes meses o incluso años antes de la llegada de Ómicron, estas circunstancias rápidamente cambiantes han resultado, evidentemente, casi imposibles de sortear.

"La gente que viaja ahora tiene que ser muy flexible", dice Chris Gray Faust, editor jefe de la publicación online del sector Cruise Critic. "Infórmese de lo que exige su compañía de cruceros. Lo que era la política hace un mes puede no serlo hoy".

Entonces, ¿de qué manera pueden los viajeros lidiar con todo esto? Esto es lo que dicen los expertos.

¿Cómo están cambiando los protocolos de COVID-19?

Deseosas por deshacerse de su reputación temprana de portadoras flotantes de la enfermedad, las líneas de cruceros trabajaron con los CDC para instituir protocolos COVID-19 bastante rigurosos a bordo, la condición de la agencia para permitir que los barcos vuelvan a zarpar de los puertos estadounidenses. Los CDC establecieron orientaciones para realizar pruebas a la tripulación y a los pasajeros y para hacer frente a los brotes. La mayoría de las líneas de cruceros también instituyeron la obligación de vacunarse.

En cierto sentido, parece que la situación no es tan grave. En recientes declaraciones a un medio especializado, Alfredo Serrano, director en España de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA), afirmó que los positivos de COVID-19 detectados en cruceros representan menos de un 1% de los pasajeros que finalmente llegan a viajar en barco (esta patronal representa al 95% del total de la flota).

El panorama no cambiará mucho para los barcos que participen en el nuevo programa voluntario de los CDC. Seguirán comunicando diariamente los datos de COVID-19 a la agencia y seguirán regímenes específicos de pruebas para los pasajeros y la tripulación. Las líneas de cruceros tampoco podrán elegir qué protocolos seguir, dice la capitana Aimee Treffiletti, jefa de la unidad marítima de los CDC. Si deciden participar, deberán estar de acuerdo con todo.

Norwegian Cruise Line ya ha notificado que se unirá al programa del CDC. Brian Salerno, vicepresidente senior de política marítima global de la CLIA, espera que muchas líneas de cruceros acaben participando. Sostiene que las líneas de cruceros han ido a menudo más allá de los requisitos del CDC (instalando tecnología de purificación del aire o incluso laboratorios de pruebas PCR a bordo) y no es probable que empiecen a relajar sus medidas de seguridad ahora.

"Es un imperativo comercial hacer esto bien", dice Salerno. "Nadie va a relajarse durante Ómicron".

También es una cuestión de imagen pública. El CDC planea seguir emitiendo a cada nave un estado codificado por colores al que cualquiera puede acceder para comprobar la transmisión en cualquier momento. Los barcos que están sombreados en verde no tienen ningún caso de COVID-19 notificado, mientras que los que están sombreados en rojo están bajo investigación de los CDC. Las líneas de cruceros que no forman parte del programa voluntario aparecen sombreadas en gris. ¿Y qué significa esto? Pues que estos barcos pueden tener sus propios protocolos de salud y seguridad, pero no habrán sido revisados por los CDC.

"Nadie quiere ser gris", dice Salerno. "Obviamente, todo el mundo quiere ser verde".

Pero con el aumento de los casos de Ómicron, ¿por qué el CDC está relajando su control sobre la industria de los cruceros? Treffiletti dice que la agencia confía en haber identificado las mejores prácticas para mitigar la transmisión a bordo de un crucero, lo cual, enfatiza, se hizo en colaboración con las líneas de cruceros. Ahora, dice, el CDC ha decidido hacer gala de su autoridad reguladora "caso por caso en lugar de cerrar todos los cruceros a la vez".

El CDC seguirá pudiendo subir a cualquier barco en aguas estadounidenses y realizar inspecciones, señala. Los barcos que no participen en el programa voluntario también tendrán que informar de todos los casos de COVID (sólo que no todos los días) y seguirán estando sujetos a la orden de la agencia de exigir máscaras en el transporte público.

¿Cómo funcionan los mandatos de vacunación?

En la actualidad, la mayoría de las líneas de cruceros exigen que todos los pasajeros, incluidos los niños que reúnen los requisitos, estén completamente vacunados (es decir, dos dosis de Pfizer o Moderna, una dosis de Janssen, o un equivalente aprobado por la OMS). Salerno afirma que las tasas de vacunación a bordo de los cruceros se acercan ahora al 95% para los pasajeros y los miembros de la tripulación.

Algunas compañías admiten a niños sin vacunar (Royal Caribbean y Carnival, por ejemplo) y exigen que todos los huéspedes mayores de 12 años estén vacunados. Disney Cruise Lines exige que todos los mayores de cinco años estén vacunados. (The Walt Disney Company es la propietaria mayoritaria de National Geographic Partners).

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    Pasajeros con mascarillas desembarcan del crucero AIDAnova y suben a los autobuses para dirigirse al aeropuerto de Lisboa, Portugal, el 3 de enero de 2022. La línea de cruceros alemana, propiedad de Carnival, canceló el viaje cinco días antes de su regreso a Hamburgo (Alemania), después de que 68 miembros de la tripulación y pasajeros dieran positivo en la prueba del COVID-19, a pesar de los requisitos de vacunación del barco.

    Fotografía de Horacio Villalobos, Corbis/Getty Images

    Las líneas de cruceros también alinean sus políticas de vacunación con las de sus destinos. Así, aunque el Reino Unido considera que los niños están totalmente vacunados tras una sola dosis de la vacuna contra el ARNm, un barco que zarpa hacia el Caribe sólo puede admitir niños que hayan recibido dos dosis.

    Mientras tanto, a medida que Ómicron se extiende, algunas líneas de cruceros han comenzado a exigir vacunas de refuerzo. A partir del 1 de febrero, Viking exigirá a todos los que reúnan los requisitos para recibir una dosis de refuerzo que la reciban al menos 14 días antes de zarpar de EE.UU. Además, los CDC han subrayado recientemente que estar "al día" en las vacunas incluye una dosis de refuerzo.

    La Ómicron es aún más transmisible que la variante Delta, y más astuta a la hora de evadir la inmunidad de la vacuna. Pero aunque las vacunas ya no son tan eficaces para evitar que la infección, siguen siendo la mejor forma de protegerse, dice Kathryn Willebrand, epidemióloga que recientemente fue coautora de un estudio sobre la transmisión de COVID-19 a bordo de cruceros con la médica especialista en enfermedades infecciosas Lauren Pischel.

    Willebrand señala que las vacunas siguen siendo eficaces para prevenir enfermedades graves, lo que es especialmente importante cuando se está en medio del océano en un barco cuyo personal médico puede estar abrumado o enfermo. "No quieres necesitar atención médica cuando estás lejos de casa", dice.

    Las compañías de cruceros exigen a los pasajeros y a la tripulación que se hagan la prueba antes de subir al barco, aunque los requisitos específicos varían. Algunas sólo aceptan las pruebas PCR, mientras que otras aceptan los resultados de una prueba rápida de antígenos, en algunos casos sólo si la prueba está supervisada por un profesional de la salud. Y mientras algunas compañías exigen que te hagas la prueba antes de salir de casa, otras administran las pruebas en la terminal antes de embarcar.

    Los miembros de la tripulación suelen someterse a pruebas rutinarias durante todo el viaje porque son especialmente vulnerables a las infecciones. Pasan más tiempo en el barco, en camarotes más cercanos, y tienden a tener más interacción con otros. Pero a los pasajeros se les puede exigir que se hagan la prueba antes de cualquier excursión en tierra si el puerto de escala lo requiere, o si desarrollan síntomas durante el viaje.

    Si no tienes ningún síntoma, generalmente no tienes que hacerse la prueba antes de desembarcar. En cambio, Treffiletti y los CDC recomiendan hacerse la prueba cinco días después del viaje. Sin embargo, Gray Faust advierte de que si vuelas al extranjero, tu destino final podría requerir una prueba negativa. También, la línea de cruceros podría administrar pruebas a todos los pasajeros si hay un brote de COVID-19 particularmente grave a bordo.

    Aun así, la COVID-19 ha demostrado ser experta en pasar por encima de estos protocolos, especialmente en la época de Ómicron. Como la COVID-19 se transmite por el aire y los cruceros son entornos cerrados, los barcos son entornos de mayor riesgo para la transmisión, dice Willebrand. Miles de personas pasan por comedores, casinos y otras zonas en las que las partículas del virus pueden estar suspendidas en el aire.

    Según las directrices de los CDC, las compañías de cruceros deben educar tanto a la tripulación como a los pasajeros para que identifiquen e informen de los síntomas de la COVID-19. Si alguien a bordo presenta síntomas, se le hacen pruebas y se le aísla hasta que se obtengan los resultados o hasta que deje de ser infeccioso. Aquellos que siguen siendo infecciosos al final de un viaje suelen estar en cuarentena en tierra, y Treffiletti dice que los CDC pueden trabajar con las líneas de cruceros para facilitarlo.

    Sin embargo, dado que los pasajeros están vacunados, los contactos cercanos no tienen necesariamente que estar en cuarentena a menos que empiecen a desarrollar síntomas. Gray Faust dice que las líneas de cruceros han tenido éxito en el rastreo de contactos para poder notificar a contactos cercanos por la misma razón que los cruceros son tan vulnerables a la transmisión: son comunidades cerradas.

    "Si vas a un restaurante y la persona que está a tu lado está enferma, no lo sabrás", dice Gray Faust. "Pero en un barco, sí que van a buscar a la gente. Eso es algo que los cruceros han desarrollado que realmente va más allá de lo que han hecho otros tipos de viajes".

    Todo esto se explica con las clásicas diatribas de orgullo y honor: al igual que hemos visto en tierra, siempre existe el riesgo de que un pasajero se niegue a cumplir con las prescripciones de mascarilla o que oculte sus síntomas a la tripulación con el fin de la cuarentena. Las líneas de cruceros tienen la facultad de pedir a esos pasajeros que desembarquen y viajen a casa por su cuenta.

    Sin embargo, estas normas no siempre se aplican, por lo que los expertos afirman que la decisión de zarpar depende en última instancia de su propia tolerancia al riesgo.

    (¿Serán efectivas las vacunas frente a la cepa Ómicron?)

    ¿Qué puedes hacer para garantizar un viaje más tranquilo?

    Aunque los CDC recomiendan que la gente evite los cruceros, Treffiletti dice que hay algunas cosas que puedes hacer para ayudar a mitigar tu riesgo si decides viajar. Como casi siempre, impera el sentido común.

    Si estás reservando ahora, investiga los protocolos de cada línea de cruceros para ver si se ajustan a tu propio nivel de comodidad. Gray Faust recomienda adquirir un seguro de retraso de viaje y COVID-19, un coste adicional que merecerá la pena si te infectas y no puedes embarcar.

    Gray Faust dice que tu lista de equipaje también debería tener en cuenta las incertidumbres. Recomienda llevar ropa y medicamentos adicionales en caso de que te pongan en cuarentena en algún momento. Si puedes conseguirlas, incluye también mascarillas KN95 y pruebas rápidas de antígenos.

    Pero sobre todo, Gray Faust dice que los cruceristas necesitan ir a un viaje aceptando que habrá protocolos de salud en su lugar (que podrían cambiar a medida que las condiciones empeoran o mejoran) y que están ahí para mantenerte a salvo.

    "Tienes que sentirte cómodo con esa idea", dice. "Puedes seguir teniendo un buen viaje. Pero te proteges a ti mismo y a los demás llevando mascarillas y vacunándote".

    National Geographic Expeditions y Adventures by Disney ofrecen salidas en crucero a muchos destinos del mundo. The Walt Disney Company es el propietario mayoritario de National Geographic Partners.

    Amy McKeever es escritora y editora senior en National Geographic. Puedes encontrarla en Twitter.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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