Así cuidan las madres puma de sus cachorros

Los biólogos siguieron a los felinos para informarse del tiempo que los cachorros de puma son dependientes de sus madres y sugieren cambios en la legislación de caza para proteger a las familias de pumas.

Por Kitson Jazynka
Publicado 3 sept 2018, 10:17 CEST
Así cuidan las madres puma de sus cachorros

Los científicos que estudian pumas salvajes en el noroeste de Wyoming han conseguido observar las vidas sociales de las familias de grandes felinos.

Un reciente estudio llevado a cabo por el Teton Cougar Project de Panthera ha analizado las idas y venidas de las madres puma, trabajadoras y afectivas, empleando cámaras de vídeo con sensores de movimiento y collares GPS para rastrear la ubicación de los felinos. Han aprendido nuevos detalles acerca de las vidas de estos gatitos dentro de la guarida y cómo sus madres cuidan de ellos. Los científicos esperan que esta información —y los adorables vídeos— ayuden a proteger de la caza a las crías vulnerables.

 

Los pumas, también denominados leones de montaña, pertenecen a la especie Puma concolor. Basándose en las observaciones del estudio, tras dar a luz, una madre puma normal permanece en la guarida con su camada de hasta cinco crías durante los 10 primeros días. Para comunicarse con sus bebés, ronronea constantemente. Los ojos de las crías se abren a la semana de nacer.

 

Durante el mes y medio siguiente, sale de vez en cuando para cazar y podría no volver hasta unos días después. Una guarida segura, quizá bajo el impenetrable sotobosque en torno a un abeto caído, oculta a sus frágiles cachorros de depredadores como osos y lobos hasta que regresa.

 

Pero la cuestión de regresar es siempre condicional. La temporada de caza en Wyoming empieza cada año el 1 de octubre. Entonces, las crías de puma podrían tener unos pocos días de edad o ser ya lo bastante mayores como para acompañar a sus madres.

 

Si una madre puma no regresa de una cacería, «las crías están condenadas», explica Mark Elbroch director del Puma Program de Panthera, la organización mundial de conservación de felinos salvajes.

 

El estudio determinó que, cuando los cachorros tienen aproximadamente seis semanas, la familia sale junta de su guarida. Los cachorros siguen a su madre mientras esta caza. Esta suele dejarlos cerca del lugar donde caza para hacerlo sola. Una vez pueden seguirle el ritmo, permanecen juntos casi todo el tiempo.

Los humanos son casi siempre la principal causa de muerte de los pumas en zonas donde conviven ambas especies, según la bióloga Michelle Peziol, que colaboró con el Teton Cougar Project durante cinco años y ahora es una graduada universitaria que estudia la especie.

La caza de pumas es legal en gran parte del área de distribución de la especie, que se extiende por 28 países desde el sur de Alaska en los Estados Unidos hasta la punta meridional de Chile, según Panthera. Aunque casi siempre es ilegal matar hembras con crías dependientes, Panthera afirma que un cazador puede tener dificultades a la hora de saber si una hembra tiene crías. Según el Departamento de Caza y Pesca de Wyoming, cada año quedan huérfanos más de 70 cachorros debido a la caza en el estado.

Panthera recomienda que los gestores de fauna salvaje protejan a los cachorros retrasando el inicio de la temporada de caza hasta el 1 de diciembre, lo que permitiría a los cazadores detectar grupos familiares sobre el terreno. Los cazadores podrían evitar cazar por accidente a hembras con crías, por ejemplo, al poder identificar las huellas de los cachorros en la nieve.

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