Nace en Nueva York un raro cervatillo blanco

El nacimiento de un inusual cervatillo blanco en Staten Island —en un terreno destinado a convertirse en un monumento conmemorativo a los nativos americanos— es una fuente de inspiración para la comunidad.

Por Maureen Seaberg
Publicado 4 sept 2018, 18:45 CEST
Nace en Nueva York un raro cervatillo blanco

Un cervatillo blanco corretea entre los árboles, su pelaje nacarado posee un brillo fantasmagórico. El cervatillo, pequeño y elegante, es una hembra que vive en las murallas históricas y las pendientes verdes de Ford Wadsworth, de 91 hectáreas y en la orilla noreste de Staten Island.

El lugar —uno de los fuertes estadounidenses más antiguos, construido por holandeses en el siglo XVII— es famoso por ser el punto de partida de la Maratón de Nueva York cada noviembre. Para algunos, la aparición es un motivo para comenzar de nuevo una misión diferente: un proyecto para homenajear a los nativos americanos que se remonta a hace más de un siglo.

El joven cervatillo pasta y juguetea al amanecer y al atardecer con su hermano gemelo de color normal y su madre bajo el resplandor de las luces del puente Verrazano-Narrows en un territorio gestionado por el Servicio de Parques Nacionales.

El barrio más verde de Gotham lleva tres años intentando practicar vasectomías a su creciente población de ciervos de cola blanca en una campaña dirigida por el departamento de parques de Nueva York. El programa —que cuesta más de 3,3 millones de dólares— es el primero de este tipo en la nación, según el New YorkTImes. En 2016, más del 90 por ciento de los ciervos macho sexualmente activos de la isla fueron esterilizados por vasectomía, una operación sencilla que evita que los machos transmitan su esperma a las hembras.

Un rasgo recesivo

La coloración de la criatura es el resultado del leucismo, responsable de que el pelo y la piel adopten un color más claro y que solo ocurre en un uno por ciento de los ciervos. Cuando el pelaje moteado está salpicado con el marrón rojizo habitual en los ciervos, el resultado se denomina «picazo».

Doug Adamo, biólogo del Servicio de Parques Nacionales asignado a Fort Wadsworth, explica que esta coloración es el resultado de un rasgo recesivo que también puede provocar deformidades óseas, como piernas cortas o deformes, una columna vertebral curvada y órganos con forma irregular. Por suerte, el cervatillo parece gozar de buena salud. «Algunos ciervos que nacen con afecciones leves pueden llevar una vida normal y sobrevivir hasta la edad adulta», explica; los que padecen deformidades graves no viven demasiado y no suelen alcanzar la edad adulta.

El raro cervatillo blanco entre la vegetación del parque.
Fotografía de Maureen Seaberg

El cervatillo parece ser resistente en otros sentidos; no parece molestarle la cacofonía del tráfico entre Staten Island y Brooklyn. Los miembros de su manada son ligeramente asustadizos, pero no se sienten del todo incómodos cerca de los humanos que frecuentan el parque.

Muchas tribus nativas americanas creen que los animales blancos poseen una importancia mística, según Margaret Boldeagle, de ascendencia lenape y fundadora de la Red Storm Drum & Dance Troupe en la isla. Y los ciervos blancos, especialmente los machos, son estrellas mitológicas. El rey Arturo busca uno que lo evita. Harry Potter conjura un venado blanco plateado para salvarse. Las Crónicas de Narnia acaban cuando los personajes siguen a un venado blanco de vuelta a casa. Y la etiqueta de la popular bebida alemana Jägermeister incluye un venado con pelaje blanco, homenaje al santo patrón de los cazadores, san Huberto, que supuestamente se convirtió al cristianismo después de tener un encuentro místico con uno. Los celtas creían que se trata de un emisario del más allá, y culturas de Hungría, Escocia o Japón también tienen historias sobre ellos.

Matar a un ciervo blanco es ilegal en varios estados y, donde no es ilegal, existe la tradición popular de que hacerlo da mala suerte. En el condado de Seneca, Nueva York, existe un santuario donde más de 70 animales como estos corren en libertad. «Es una belleza», dice sobre el cervatillo de Staten Island el director del santuario Dennis Money.

Una señal de esperanza

Además de una anomalía genética, algunos nativos americanos creen que el raro animal es una inspiración para volver a trabajar en lo que para ellos es una tierra sagrada. Aquí, el Congreso de los Estados Unidos había cedido tierras para construir el monumento conmemorativo de los indios norteamericanos, que incluiría un museo y una estatua más alta que la de la Libertad. En febrero de 1913, el presidente William Howard Taft y 32 jefes de toda la nación llegaron a reunirse en este lugar y comenzaron la construcción empleando un hacha de piedra cerca del lugar, un momento cuya grabación se encuentra en los Archivos Nacionales. Hasta el líder de los cheyenes, Dos Lunas, y el de los siux, Halcón Rojo, que lucharon contra el general George Armstrong Custar en Little Bighorn, estuvieron presentes.

Boldeagle se quedó maravillada ante el animal; para ella, es una «señal del Creador» para seguir adelante con su misión. «He trabajado muy duramente para revivir el monumento conmemorativo y estaba a punto de rendirme cuando apareció el cervatillo blanco», cuenta.

La ha bautizado como Naim (por el acrónimo del monumento en inglés) y el pasado 25 de agosto celebró un concierto benéfico a favor de la iniciativa. Thomas De Lacy, nativo americano de Honduras y detective de la policía de Nueva York, quiere realizar la Danza del Águila para el cervatillo en Fort Wadsworth durante el equinoccio de septiembre. Estos rituales homenajean a las águilas que, según se cree, transportan las oraciones de la tierra al cielo, y continúa con la tradición de la tribu de De Lacy, una rama de los maya conocida como los lenca.

«El cervatillo blanco supone un nacimiento, pero en realidad es un renacimiento», explica De Lacy. «Es hora de que nos unamos y completemos este monumento».

Los planes del monumento conmemorativo, que iba a ser financiado por el magnate de los grandes almacenes Rodman Wanamaker, quedaron relegados al olvido tras el estallido de la Primera Guerra Mundial. La guerra fue provocada por el asesinato del archiduque de Austria, Francisco Fernando, en Sarajevo. Según la revista Smithsonian, la leyenda sostiene que el archiduque —ávido cazador— dijo que sintió que la mala suerte caería sobre él y que moriría joven porque había matado un venado blanco años antes de su asesinato.

El artista de Staten Island Johnny Lohse, que desciende de los iroqués, afirma que el cervatillo blanco es un recordatorio de la promesa que se hizo en 1913, promesa que debe respetarse. «Y el monumento conmemorativo nacional de los nativos americanos deberá ser una fuente de orgullo, no solo para los nativos americanos, sino para los estadounidenses y los pueblos de todo el mundo».

El monumento podría servir como joya cultural de la orilla norte de Staten Island, que está en auge con casi 2.000 millones de dólares de inversiones públicas y privadas.

Margaret Boldeagle afirma que el hacha de piedra de los nativos americanos que el presidente Taft y los 32 jefes emplearon en 32 todavía está almacenada en algún lugar del distrito.

«Espero usarla de nuevo para iniciar la construcción», afirma.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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