Dos nuevas especies de tarsero descubiertas en una isla de Indonesia

Las dos nuevas especies viven en Célebes, donde los bosques están desapareciendo rápidamente, según los expertos.

Por Carrie Arnold
Publicado 9 nov 2017, 4:16 CET

Cuando sale la luna en la isla de Célebes, en Indonesia, unos primates de ojos como platos y con una cara parecida a la de Yoda salen en busca de alimento. Machos y hembras cantan duetos de cacofonías, fortaleciendo así sus vínculos y reclamando su territorio.

Recientemente, estas canciones han ayudado a los científicos a identificar dos nuevas especies de estos diminutos moradores de los árboles, los tarseros, según un estudio publicado el 4 de mayo, el Día de la Guerra de las Galaxias.

Estos animalitos recién nombrados, el Tarsius spectrumgurskyae y el Tarsius supriatnai, se suman a las demás especies de tarsero de Célebes, formando un total de once.

Los animales, descubiertos en las junglas del noreste de la isla, se han nombrado en honor al biólogo conservacionista Jatna Supriatna y a la experta en tarseros Sharon Gursky, primatóloga en la Universidad de Texas A&M.

«Parecen casi idénticos, pero sus aullidos son muy diferentes», afirma el líder del estudio Myron Shekelle, primatólogo en la Universidad Western Washington, cuyo equipo confirmó el descubrimiento mediante análisis de ADN de 10 muestras recogidas previamente.

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Cabezas giratorias

Los tarseros evolucionaron a partir de un ancestro diurno, separándose de otros monos y simios durante la misma época en la que se extinguieron los dinosaurios, hace unos 64,2 o 58,4 millones de años. Aunque antes podían encontrarse en Asia y en el norte de África, en la actualidad existen 18 especies conocidas diseminadas por las islas del sureste asiático.

Los tarseros presentan características físicas inusuales. Su ancestro diurno perdió el tapetum lucidum, una capa de tejido celular situada en la parte posterior del ojo que actúa como espejo y ayuda a amplificar la luz. Por ello, como compensación, los tarseros desarrollaron sus enormes ojos —cada uno de ellos del mismo tamaño que su cerebro— para permitirles ver por la noche. Debido a que sus ojos son demasiado grandes para poder rotar en las cuencas, el tarsero puede girar totalmente la cabeza, de forma similar al búho, siendo el único primate que puede rotar su cabeza 360 grados.

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Los tarseros recién descubiertos (en la imagen aparece el Tarsius spectrumgurskyae) son animales nocturnos que viven en los bosques del noreste de Célebes, Indonesia.
Fotografía de Myron Shekelle

«Siempre me asustan cuando me los encuentro en la jungla», afirma Rafe Brown, herpetólogo en la Universidad de Kansas que no participó en el estudio. «Incluso en la oscuridad, puedes ver los ojos brillantes de los gatos monteses, pero no los de los tarseros. Son como goblins de los bosques diminutos y peludos».

Vivir en los árboles también ha proporcionado gran agilidad a los tarseros: aunque los adultos apenas pesan 115 gramos, son unos habilidosos saltadores.

«Nadie se espera que un animal del tamaño de una barra de mantequilla pueda saltar tres metros estando quieto», afirma Shekelle, que ha recibido financiación de la National Geographic Society. El nuevo estudio ha sido publicado en la revista Primate Conservation.

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Una carrera contra el tiempo

Los tarseros se parecen entre sí, e incluso a sus ancestros. «He visto fósiles de hace 50 millones de años que tienen una apariencia casi idéntica a los tarseros modernos», afirma Gursky.

Sin embargo, sus similitudes físicas también han entorpecido los esfuerzos por identificar nuevas especies, incluidas las de Célebes.

Célebes se originó en un principio como varias islas diferentes que se unieron en una única masa de tierra hace un millón de años aproximadamente. Las pruebas geológicas indican que una especie de tarsero evolucionó en cada antigua isla antes de que estas se unieran.

Pero su identificación supone una carrera contra el tiempo, antes de que se extingan debido a la deforestación

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