Este escarabajo puede resistir 40 veces más fuerza 'g' que un piloto de combate

Los eláteros o escarabajos clic son unos de los muchos acróbatas desconocidos de la naturaleza con ingeniosas estrategias de huida.

Por Liz Langley
Publicado 23 abr 2018, 13:29 CEST
Escarabajo clic
Un escarabajo clic de ojo descansa en una hoja en el este de Estados Unidos.
Fotografía de Skip Moody, Alamy

Muchos primates son acróbatas naturales, como el gibón saltador de árboles, el orangután e incluso algunos humanos (¡hola, Circo del Sol!).

Pero el reino animal está lleno de acróbatas desconocidos que realizan piruetas aéreas impresionantes, a veces sin tener patas.

Las rayas

Muchas rayas del género Mobula, que viven en océanos tropicales, tienen movimientos gráciles. Las mantarrayas son famosas por sus ballets subacuáticos, que los turistas pueden presenciar en Hawái.

Una Mobula thurstoni sobre la superficie del mar de Cortez, México.
Fotografía de Nature Picture Library, Alamy

Las rayas águila saltan misteriosamente fuera del mar, dando la sensación de que pretenden volar.

Podría «estar persiguiéndolas un tiburón limón», señala George Burgess, un ictiólogo del Museo de Historia Natural de Florida, pero probablemente saltan para practicar: cuanto mejor se les dé saltar, más probable será que logren huir de sus depredadores.

También podría ser que «a las hembras podrían impresionarles más los 'peces gordos' que pueden saltar más tiempo, más alto y salpican más», afirma Burgess, aunque añade que las hembras también saltan.

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    Los escarabajos clic

    Las 900 especies de escarabajos clic que existen en el mundo tienen una forma singular de enderezarse cuando caen boca arriba, sobre su espalda.

    Cuando se siente amenazado, el insecto contrae una articulación que une dos segmentos de su cuerpo, según explica Gal Ribak del Laboratorio de Biomecánica de la Locomoción Animal de la Universidad de Tel-Aviv.

    Al liberar esa energía elástica, generan un clic sonoro y se propulsan en el aire a 380 veces la fuerza de la gravedad, dejando a sus depredadores pasmados.

    Sin embargo, los escarabajos clic no clavan el aterrizaje. En un estudio de 2011, Ribak descubrió que el insecto tiene poco control sobre el lugar en el que aterriza tras su explosión aérea.

    Los arácnidos

    La moradora marroquí denominada araña «flic flac» comparte el nombre con una acrobacia de gimnasia, elevándose sobre sus patas traseras y dando volteretas para alejarse de los depredadores, incluso cuesta arriba.

    A Jo-Anne Sewlal, aracnóloga de la Universidad de las Indias Occidentales, no le sorprende que la araña del desierto haya desarrollado este medio de defensa.

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    Para empezar, tienen mucho espacio para dar volteretas: Su hogar «es solo arena; la araña no tiene que sortear obstáculos como ramitas o piedras», afirma.

    Es más, la araña acróbata —como todas las arañas de la familia Sparassidae— tiene fuertes músculos en las patas debido a su papel de «cazadora activa, sin depender de trampas como telas para atrapar a sus presas».

    La araña Mesabolivar aurantiacus vive en las raíces tabulares de los árboles en los bosques de Trinidad. Cuando la molestan «gira su cuerpo trazando un círculo amplio a tal velocidad que parece un borrón para el ojo humano», afirma Sewlal.

    Los trepadores

    Las cuatro especies de trepadores nativos de Norteamérica y de partes de Centroamérica tienen el singular hábito de bajar del árbol caminando sobre el tronco gracias a sus grandes patas y estrechas garras, que le permiten agarrarse a grietas diminutas en la corteza.

    Un trepador pechiblanco baja de un árbol.
    Fotografía de George Grall, National Geographic Creative

    Estas pequeñas aves no son solo acróbatas, sino que también son habilidosas. Los trepadores emplean herramientas como agujas de pino, ramitas y fragmentos de corteza para hurgar en busca de insectos que devorar.

    Los tiburones

    A veces es el depredador quien da un salto al vacío.

    Cuando persiguen a sus presas, los makos —la especie de tiburón más rápida del mundo— salta del océano y «realiza piruetas en el aire», según explica Burgess, experto en tiburones.

    Un menor número de tiburones de puntas negras están migrando a Florida: ¿por qué?
    En la mayor migración oceánica en las costas estadounidenses, los tiburones punta negra hacen viajes estacionales entre Florida y Carolina del Norte. Durante 15 años, el biólogo marino Stephen Kajiura de la Universidad Atlántica de Florida ha observado los viajes de los tiburones, siguiendo la población y las localizaciones a través de fotografías aéreas y etiquetas de rastreo. El equipo de Kajiura ha observado un número impresionante de animales, entre ellos un solo grupo de 15.000 tiburones. Pero el recuento migratorio ha caído un tercio. Ha aumentado la temperatura de una franja del Atlántico desde Carolina del Norte a Maine un 99 por ciento más rápido que en otras regiones oceánicas. Los peces son sensibles a la temperatura del agua. Un aumento medio de 2 grados Celsius es suficiente para que los tiburones se queden en las aguas del norte. La ausencia repentina de un depredador en Florida y la presencia repentina de este en el norte puede dañar ambos ecosistemas. El objetivo de Kajiura es restablecer las migraciones.

    Los tiburones de punta negra y los tiburones de aleta negra, que viven en aguas tropicales y subtropicales, también saltan y giran como patinadores sobre hielo mientras están en el aire. ¿Por qué?

    «Porque pueden», sentencia Burgess.

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