Los chimpancés se comen primero el cerebro de las crías de mono

Un nuevo estudio desvela que los simios tienen estrategias sorprendentes para consumir carne, lo que podría desvelar datos sobre la evolución humana.

Por Shauna Steigerwald
Publicado 13 abr 2018, 11:51 CEST
Un chimpancé macho
Un chimpancé macho se alimenta de un colobo rojo en el parque nacional de Gombe, Tanzania.
Fotografía de Ian C. Gilby

Un grupo de chimpancés viaja por los bosques del parque nacional de Gombe, Tanzania, donde Jane Goodall empezó a estudiar a su especie en 1960. Se encuentran con unos colobos rojos.

Los chimpancés vigilan a sus presas. La cacería comienza. Se desata el caos a medida que los monos caen de los árboles entre los gritos de los chimpancés; toda la escena está grabada en vídeo.

Ian Gilby, antropólogo de la Universidad del Estado de Arizona y líder de un nuevo estudio sobre el tema, grabó originalmente a miembros de la acostumbrada comunidad de chimpancés de Kasekela, en Gombe, para averiguar cómo comparten la carne.

Al revisar los vídeos, se dio cuenta de que los chimpancés consumen primero las cabezas de las presas subadultas —adolescentes y bebés—. Según descubrió, los chimpancés que consumen presas adultas no muestran un patrón tan claro.

Por ello se hizo una pregunta poco estudiada, relevante para la evolución humana: ¿por qué prefieren los simios comerse primero una parte del cuerpo en especial?

Alimento para el cerebro

Gilby cree que está relacionado con la nutrición.

«Solemos decir que la carne es simplemente carne, pero sabemos que la composición nutricional varía», afirma Gilby, cuyo estudio apareció recientemente en International Journal of Primatology. «Todo el cadáver es valioso, pero el cerebro es especialmente valioso».

Los cerebros tienen un alto contenido de grasas y son una fuente de ácidos grasos de cadena larga, que contribuyen al desarrollo neurológico.

Un chimpancé captura a un joven colobo rojo durante una cacería.
Fotografía de Ian C. Gilby

Y aunque un chimpancé podría romper el cráneo de un mono joven de un mordisco, no es tan fácil acceder a los cerebros de los monos adultos. Al invertir tiempo en intentarlo, el chimpancé podría perder su presa ante sus competidores.

En lugar de eso, cuando matan a monos adultos, los chimpancés podrían tener un método más eficiente, empezando por órganos ricos en nutrientes como el hígado. Esta podría ser la razón de que los chimpancés de Gombe a veces ataquen primero los torsos de los monos adultos.

«Podría ser uno de los primeros estudios cuantitativos sobre cómo los chimpancés devoran a sus presas», afirma Jill Pruetz, antropóloga biológica especializada en primatología en la Universidad del Estado de Texas y exploradora de National Geographic.

Nutrición contra cultura

Pruetz ha observado una conducta similar en su lugar de estudio en Senegal, donde estudia la caza como parte del Fongoli Savanna Chimpanzee Project y ha observado a chimpancés devorando primero las cabezas de los gálagos.

También existe un debate sobre por qué los simios omnívoros cazan, si tenemos en cuenta que la carne no es un alimento básico de su dieta.

Pruetz es partidaria de la hipótesis de que los chimpancés buscan nutrientes, pero dice que no puede explicar todas las diferencias entre los lugares de estudio.

Estos chimpancés se dan chapuzones para hacer frente al calor
En la sabana hace mucho calor. La exploradora de National Geographic Jill Pruetz siguió el comportamiento de los chimpancés en estaciones diferentes en Senegal. Pruetz descubrió que los simios eran más activos por la noche, cuando la luna brilla más. También son más activos por la noche en la estación seca, cuando la falta de lluvia agrava el estrés térmico. Las actividades nocturnas incluían bañarse, socializar, viajar, buscar comida y vocalizar a larga distancia. Los simios suelen bañarse mucho en esta región, ya que la temperatura puede alcanzar los 49 grados Celsius. A veces, al calor de la noche, hay disputas "románticas" de pretendientes "celosos", como podemos ver aquí. Este estudio ha aportado más información sobre la conducta de los simios con estrés térmico.

Por ejemplo, algunos chimpancés comen huevos, pero otros no. Y en Fongoli, cuando devoran a babuinos, a veces los chimpancés separan la cabeza y suelen descartar los intestinos.

Sospecha que esos casos podrían estar relacionados con las tradiciones culturales y las tradiciones adquiridas entre poblaciones.

Carne y evolución

Sea cual sea la razón, estudiar la carne en la dieta de los chimpancés, con quienes probablemente compartimos un ancestro común, podría arrojar luz sobre la evolución humana.

La especie que dio lugar a los primeros homínidos empezó comiendo más carne, según explica Gilby, y su estudio sugiere que la motivación podría haber sido la necesidad de grasa.

«Una de las mejores formas que tenemos para entender a los primeros homínidos es usar a los chimpancés como modelo», afirma Pruetz.

«Tener una imagen más clara de la caza de los chimpancés podría permitirnos predecir o elaborar hipótesis sobre cómo podrían haberse comportado los primeros homínidos».

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