Extraen 80 bolsas de plástico del estómago de una ballena muerta

Casi 9 kilogramos de plástico obstruían el estómago del animal, impidiéndole alimentarse.

Por Elaina Zachos
Publicado 5 jun 2018, 13:12 CEST
80 bolsas de plástico: las responsables de la muerte de una ballena
El 28 de mayo, encontraron a una ballena en un canal del sur de Tailandia, con dificultades para nadar. Un equipo de veterinarios rescató a la ballena e intentó tratar al animal malnutrido. La ballena regurgitó varias bolsas de plástico, pero murió el 1 de junio. Durante una necropsia retiraron de su estómago más de 7,7 kilogramos de plástico, incluidas más de 80 bolsas de plástico y otros restos. La ballena había muerto de hambre, ya que los residuos plásticos le impidieron alimentarse.
Esta historia forma parte de ¿Planeta o plástico?, una iniciativa plurianual para crear conciencia sobre la crisis global de desechos plásticos. Ayúdanos a evitar que mil millones de objetos de plástico de un solo uso lleguen al mar para finales de 2020. Elige al planeta. Comprométete en www.planetaoplastico.es.

La semana pasada, encontraron a una pequeña ballena piloto macho con dificultades para nadar y respirar en un canal tailandés cerca de la frontera con Malasia. Los rescatadores trataron de salvar al animal colocando boyas para mantenerlo a flote mientras los veterinarios lo atendían y abriendo paraguas rojos para protegerle la piel de los rayos del sol.

La ballena vomitó cinco bolsas de plástico durante el intento de rescate. Falleció el viernes, cinco días después de que empezaran a tratarla.

Su necropsia reveló que más de 8 kilogramos de plástico le habían obstruido el estómago, imposibilitando la ingesta de comida nutritiva. Estos desechos plásticos estaban compuestos, entre otros, por 80 bolsas de la compra.

Para Regina Asmutis-Silvia, directora ejecutiva de operaciones de Norteamérica de Whale and Dolphin Conservation, el caso representa el problema mayor del plástico que contamina nuestros océanos.

«No tenemos ni idea de cuántos animales no aparecen varados en una playa», afirma Asmutis-Silvia. «Esta es una ballena piloto, no consideran a otras especies. Como mucho, es simbólico, pero simboliza un problema muy importante».

Comida tóxica

Según los expertos, la ballena probablemente confundió las bolsas de plástico con comida. La acumulación de basura podría haber engañado al animal, que pensaba que estaba lleno, lo que redujo su instinto para alimentarse. La ballena malnutrida no fue capaz de cazar.

«En algún momento, su estómago se llena de basura y no puede comer comida real», afirma Asmutis-Silvia. «No obtienen nutrientes y básicamente tienen el sistema digestivo completamente obstruido».

Las ballenas piloto suelen alimentarse de calamares, pero también devoran pulpos, sepias y peces pequeños cuando su comida principal escasea.

La contaminación por plástico es un problema constante en los océanos del mundo. En aguas tailandesas, se sabe que más de 300 animales mueren tras ingerir plástico. La lista incluye ballenas piloto, pero también tortugas marinas y delfines. En abril, encontraron muerto a un cachalote demacrado en una playa española con más de 29 kilogramos de basura en el aparato digestivo. El viernes, una cría de foca pía apareció varada con un pequeño envoltorio plástico en el estómago, un caso raro porque las focas no suelen confundir el plástico con comida.

La crisis del plástico

El mes pasado, el Bangkok Post informó que el gobierno tailandés estaba considerando poner un impuesto a las bolsas de plástico de la compra para reducir el consumo de plástico y la contaminación. En 2017, Tailandia informó que produjo 27,4 millones de toneladas de desechos, 2 millones de los cuales eran plástico.

En todo el mundo, llegan cada año al océano unos 8.000 millones de kilogramos de residuos plásticos. El estadounidense medio tira cada año unos 84 kilogramos, pero pequeñas acciones pueden ayudar a reducir esa cifra. Algunos consejos son evitar las bolsas y las botellas de plástico, las pajitas y los objetos o alimentos envasados en plástico. Reciclar y no arrojar basura son también algunas formas de reducir tus residuos plásticos.

Asmutis-Silvia dice que las ballenas desempeñan un papel fundamental como «jardineras del océano», fertilizando sus ecosistemas. Al matar a las ballenas, estamos dañando el resto del ecosistema y, a su vez, a nosotros mismos. Al contaminar nuestros océanos, también contaminamos los peces que comemos y podríamos estar ingiriendo plástico.

«Debería ser una señal de alerta enorme para nosotros, como especie, de que tenemos que dejar de matarnos», afirma Asmutis-Silvia.

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