¿Cómo afecta a los animales salvajes la medicina tradicional china?

La tradición sanitaria más antigua del mundo ha contribuido a que muchas especies se encuentren al borde de la extinción.

Por Jani Actman
Publicado 28 feb 2019, 15:40 CET

La medicina tradicional china, o MCT, es un sistema de prácticas médicas que se remonta al tercer siglo a.C. Surgió de los textos de antiguos curanderos, que empezaron a documentar sus observaciones del cuerpo humano, sus funciones y reacciones ante diversas terapias y tratamientos, como remedios herbales, masajes y acupuntura. Durante más de 2.000 años, generaciones de curanderos y expertos han incrementado y refinado ese conocimiento. El resultado es un canon de literatura que trata casi cualquier tipo de problema de salud, desde el resfriado común al cáncer, desde el embarazo hasta la vejez.

Aunque hace tiempo que China adoptó la medicina con base científica, la MCT sigue siendo popular en el país y suele ser una opción en hospitales y clínicas junto a tratamientos médicos con base científica. La MTC también se ha popularizado más allá de las fronteras de China y ahora está presente en más de 180 países, según algunos recuentos, y posee un valor industrial de más de 60.000 millones de dólares anuales (cerca de 52.500 millones de euros).

A pesar de su larga historia y el aumento de su popularidad, la MTC ha recibido críticas por parte de la comunidad médica por la falta de eficacia de muchas de sus aplicaciones, y por parte de la comunidad de conservación por el uso de sustancias derivadas de animales y por su papel en el aumento de la demanda de especies en peligro de extinción.

El efecto de la MTC en los animales

El aumento de la demanda de productos de MTC ha tenido consecuencias devastadoras para muchas especies de fauna silvestre. En algunos casos, la caza furtiva de animales para usar las partes de sus cuerpos en la medicina tradicional es la razón principal de que algunos se enfrenten a la extinción.

Ese es el caso de los pangolines, de los que se han cazado millones entre los años 2000 y 2013. La demanda de estas pequeñas criaturas que se alimentan de hormigas se debe a sus escamas, que se muelen para formar un polvo o una pasta y, supuestamente, ayudan con la lactancia, la artritis y otras afecciones. Otros animales afectados son los rinocerontes y los tigres, codiciados por sus cuernos y huesos que, según se cree, poseen propiedades sanadoras. Sin embargo, escasean las evidencias científicas que sugieren que dichos tratamientos son efectivos, pese a que, en algunos casos, los pacientes observan resultados por el efecto placebo.

La demanda de productos para la MTC también ha provocado el maltrato de animales, además de sus bajas en la naturaleza. Los osos malayos y los osos tibetanos se capturan en bosques o se crían en cautividad para poder extraer la bilis de sus vesículas biliares. La bilis es un líquido amarillento que puede servir para tratar enfermedades hepáticas u otras afecciones. Durante el proceso, los osos suelen estar encerrados en jaulas y viven con un catéter permanente que extrae la bilis y que puede oxidarse o desgastarse.

Reducción del uso

Ante la crisis de caza furtiva, se ha prohibido que los países maten y capturen a muchos animales empleados en medicina tradicional, y un tratado global denominado CITES ha prohibido o restringido el intercambio comercial de algunos de estos animales y sus partes. Sin embargo, la caza furtiva ha continuado pese a estas regulaciones y el comercio de animales salvajes —para la MTC y otros usos— se ha convertido en un peligroso y sofisticado mercado negro con un valor de miles de millones de dólares anuales.

Dentro de la comunidad de la MTC, muchos han intentado disuadir el uso de remedios de origen animal. En 1993, el cuerno de rinoceronte y el hueso de tigre se retiraron de la farmacopea tradicional china y, en 2010, la Federación Mundial de Sociedades Médicas Chinas publicó un comunicado que instaba a sus integrantes a no usar hueso de tigre ni otras partes de especies en peligro de extinción. Además, muchos profesionales reputados de MTC recetan sustitutos de remedios de origen animal, aunque algunas tiendas y restaurantes todavía venden productos derivados de animales.

Empresarios de China y otros países asiáticos también han abierto granjas de osos y tigres aprobadas por el gobierno como medida para prevenir la caza furtiva. Pero las granjas han demostrado ser una solución inadecuada: se ha demostrado que muchos de los animales de estas «granjas» son capturados en la naturaleza, tratados de forma inhumana y suelen ser asesinados para suministrar partes de animales al mercado negro.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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