Estos monos amamantan a las crías de otras hembras. ¿Por qué?

La lactancia y el amamantamiento son procesos que exigen un alto gasto energético. Pero, en el caso de estos monos, existe una ventaja para gastar dicha energía en la cría de otra madre.

Por Mary Bates
Publicado 26 feb 2019, 13:14 CET
Monos langures chatos dorados
Una nueva investigación ha determinado que los monos langures chatos dorados, a los que vemos en las montañas Qin de China, amamantan a las crías de otras hembras.
Fotografía de Cyril Ruoso, Minden Pictures

Ser madre no es tarea fácil, pero imagina tener que cuidar de los hijos de otra persona. Según sostiene un nuevo estudio publicado en la revista Science Advances, esa es la situación de los monos langures chatos dorados. Un equipo de científicos descubrió que, durante un periodo de cinco años, más del 87 por ciento de las crías de monos dorados eran amamantadas por hembras que no eran sus madres, un fenómeno denominado lactancia alomaterna.

Aunque la lactancia alomaterna se ha documentado en una serie de especies de roedores y carnívoros, así como en algunos primates, no es un comportamiento habitual. Se trata de la primera prueba de lactancia alomaterna en un mono del Viejo Mundo.

Mamás mono

La lactancia alomaterna habitual solo se ha documentado en unas 40 especies de mamíferos y los investigadores no esperaban observar esta conducta cuando empezaron a estudiar el comportamiento de los grupos de monos de la reserva natural nacional de Shennongjia, en China, en 2012.

Zuofu Xiang, profesor de conservación de fauna silvestre en la Universidad de Silvicultura y Tecnología del Sur Central de China y uno de los autores del nuevo estudio, explica que se les ocurrió la idea cuando vieron que una hembra daba de mamar a dos crías a la vez.

«Cuando empezamos a supervisar a los recién nacidos, nos sorprendió descubrir que la lactancia alomaterna era habitual durante los tres primeros meses de vida de las crías», afirma Xiang.

Xiang y sus colegas descubrieron que, en el transcurso de cinco temporadas de cría, más del 87 por ciento de las crías mamaban de hembras que no eran sus madres.

Un equipo de investigadores llevaba años estudiado en China a estos monos cuando observaron que una madre alimentaba a dos crías al mismo tiempo. Entonces se dieron cuenta de que la lactancia alomaterna era una práctica habitual en la especie.
Fotografía de Zuofu Xiang

El parentesco era un factor importante, ya que las abuelas o tías cuidaban de que se proporcionase esa nutrición adicional. La reciprocidad también parecía estar implicada, ya que la mayoría de las madres amamantaban a la cría de otra hembra si dicha hembra había amamantado antes a la suya.

¿Tienes leche?

Una razón de que este hallazgo fuera sorprendente es que la leche supone una inversión costosa cuando se trata de las crías propias. ¿Qué sacaría una madre de invertir esa energía en la cría de otra hembra?

«La lactancia es una de las actividades de mayor coste energético para un mamífero, además del embarazo. Los mamíferos hembra crean literalmente una sustancia nueva desde cero usando los recursos de los que disponen en su propio cuerpo, a un coste enorme», afirma Kirsty MacLeod, ecóloga conductual y evolutiva en la Universidad de Lund, Suecia, que no participó en el estudio.

«La lactancia alomaterna suele darse en hembras que viven en grupos con relaciones de parentesco cercanas, en los que amamantar a tu sobrino o sobrina te beneficia porque compartes sus genes, o en especies que dan a luz a varias crías a la vez, de forma que proporcionar leche a una cría de más no sea tan costoso», afirma MacLeod.

«Los primates no suelen entrar en ninguna de esas categorías. Aunque hay muchos primates que viven en grupos sociales, la mayoría de las especies no amamantan a las crías de otras, por eso la documentación de lactancia alomaterna en langures chatos dorados es importante e interesante».

Hace falta un pueblo

Entonces, ¿por qué son las monas doradas tan generosas con su leche?

Las hembras emparentadas corresiden y socializan con grupos más grandes y todas dan a luz durante un breve periodo cada año. Estos factores son propicios a la lactancia alomaterna, pero no hacen únicos a estos monos.

Lo que sí los distingue es su hábitat. Los monos dorados viven en bosques templados a gran altitud con inviernos largos y fríos (las temperaturas nocturnas suelen descender por debajo de cero) y fuertes cambios estacionales en la disponibilidad de alimentos. La lactancia alomaterna puede fomentar la supervivencia infantil ante estos desafíos medioambientales.

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    Los investigadores proponen que la lactancia alomaterna podría proporcionar a las crías una ventaja para sobrevivir a los inviernos.
    Fotografía de Zuofu Xiang

    En el estudio, Xiang y sus colegas documentaron seis ejemplos de crías que no fueron amamantadas por otras hembras. Cuatro murieron durante el invierno (antes del destete), mientras que solo murieron seis de las 40 crías que fueron amamantadas por otra hembra (y esto incluye dos casos de infanticidio por parte de machos que tuvieron lugar cuando un nuevo macho se hizo cargo de un grupo).

    La lactancia alomaterna podría favorecer a la cría, al aportar más nutrientes para acelerar el crecimiento y el desarrollo. También podría dar a las crías un conjunto más diverso de compuestos inmunes, mejorando la resistencia a diversas enfermedades y parásitos.

    Este comportamiento también podría ser ventajoso para las madres. Al asumir parte de la carga energética de las madres y dividirla entre otras hembras emparentadas con ellas, podrían ser capaces de reinvertir la energía y los recursos en la producción de futuras crías.

    Xiang sostiene que es improbable que un solo conjunto de condiciones pueda explicar por qué ha evolucionado la lactancia alomaterna en especies diferentes.

    «Aunque la lactancia alomaterna presenta ventajas para madres y crías, y las variables como la disponibilidad de parientes femeninas y la dureza del ecosistema podrían hacer que sea más probable en algunas especies, existen primates con una constelación similar de factores socioecológicos que no exhiben lactancia alomaterna», afirma.

    Parece que, para algunos mamíferos, hace falta un pueblo entero para criar a su descendencia. Compartir el amamantamiento con los parientes tiene sentido en el caso de los monos langures chatos dorados.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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