Rescatan 4.000 reptiles vivos en la mayor operación policial internacional de este tipo

La policía ha detenido a los supuestos traficantes en aeropuertos, centros de cría y tiendas de mascotas de 22 países.

Por Dina Fine Maron
Publicado 5 nov 2020, 7:01 CET
Boa de la arena
Más de 4.000 reptiles vivos, entre ellos seis boas de la arena de Kenia halladas en cargamento aéreo en Estados Unidos, han sido incautados en el marco de la Operación «Blizzard», una operación policial internacional contra traficantes de reptiles.
Fotografía de Chris Mattison, Minden Pictures

Un grupo internacional de cuerpos policiales ha llevado a cabo la mayor incautación de reptiles hasta la fecha: 4.000 reptiles vivos en aeropuertos, centros de cría y tiendas de mascotas de Europa, Norteamérica y otras partes del mundo entre abril y mayo. También se ha detenido a 12 sospechosos.

La iniciativa, denominada Operación «Blizzard» —un juego de palabras en inglés que hace referencia al aluvión de actividad con los lagartos, lizzards en inglés— fue coordinada por Interpol y Europol en respuesta al tráfico ilegal de serpientes, tortugas y otros reptiles protegidos. El tráfico de estos animales amenaza a algunas especies con la extinción y también provoca brotes de enfermedades en humanos.

El comercio de reptiles exóticos se ha disparado en las dos últimas décadas y se importan millones de animales —legal e ilegalmente— a la Unión Europea y Estados Unidos como mascotas. Algunos reptiles también son codiciados por sus pieles, que se convierten en artículos de moda de lujo como zapatos, cinturones y bolsos.

Existen pocas protecciones para los reptiles: solo se incluye a aproximadamente un 8 por ciento de las casi 10.000 especies en el Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES), el tratado internacional que regula el comercio transfronterizo de animales salvajes.

En el marco de la Operación «Blizzard», los cuerpos policiales de 22 países —entre ellos España, Nueva Zelanda, Italia, Sudáfrica y Estados Unidos— revisaron informes de inteligencia, cotejaron casos anteriores, vigilaron las redes sociales y llevaron a cabo inspecciones específicas en centros de cría, según explica Sergio Tirro, director de proyectos de delitos medioambientales en Europol, que ayudó a recopilar inteligencia para la operación. Compartir inteligencia entre países les permitió identificar a más de 180 sospechosos.

«Esta operación demuestra claramente el valor de la cooperación internacional», declaró Chris Shepherd, director ejecutivo de Monitor, una organización sin ánimo de lucro de la Columbia Británica, Canadá, que se dedica a combatir el tráfico de fauna silvestre. «También ilustra la escala de este tráfico masivo y organizado».

Ya se ha detenido a seis personas en Italia y a otras seis en España, pero se esperan más detenciones y procesamientos, según un comunicado de Interpol. Según Europol, en un caso, un pasajero de un avión tenía 75 tortugas vivas en su equipaje sin la documentación exigida.

«En general, nuestro objetivo principal no es un solo pasajero o individuo, sino que nos centramos en los grupos de crimen organizado responsables del tráfico», afirma Tirro. Con todo, aclara que muchos de los sospechosos identificados eran participantes a pequeña escala, no líderes de organizaciones criminales, y añade que los cuerpos policiales esperan que esta labor les ayude a preparar causas contra las personas de alto nivel que coordinan el comercio ilegal.

Se incautaron más de 20 cocodrilos y aligátores, seis boas de la arena de Kenia halladas en carga aérea en Estados Unidos y 150 artículos fabricados con piel de reptil, entre ellos bolsos, correas de relojes, medicamentos tradicionales y productos disecados. Aunque el eje principal de la operación eran los reptiles, los cuerpos policiales también dieron con otros animales y productos derivados: búhos vivos, halcones, cisnes, marfil de elefante y carne de animales salvajes.

Según Sheldon Jordan, que dirige la unidad de delitos contra la vida silvestre del Ministerio canadiense de Medio Ambiente y Cambio Climático, se incautaron en Canadá nueve reptiles contrabandeados desde el estado de Washington a la Columbia Británica. Tres de esos animales habían fallecido durante el trayecto, lo que según él pone de manifiesto lo letal que puede ser el tráfico de fauna silvestre. Jordan explica que la operación se llevó a cabo en esta época del año porque la mayor parte del tráfico de reptiles del hemisferio norte tiene lugar durante los meses de primavera y verano, cuando hay más probabilidades de que estos animales de sangre fría mantengan el calor necesario para sobrevivir.

Shepherd indica que la incautación de 4.000 reptiles es importante, pero «cada año se trafican millones de reptiles» y el mercado de estas criaturas sigue creciendo. En su opinión, es fundamental desmantelar estas redes organizadas que orquestan el comercio de reptiles y colaborar con los países donde son capturados.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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