Ocho especies invasoras que amenazan la biodiversidad en España
Consideradas por la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza (UICN) como la segunda causa de extinción, las especies invasoras suponen una grave amenaza medioambiental y socioeconómica a nivel global y local.

La llegada de los mapaches como especie invasora en España se remonta al 2001, cuando comenzaron a encontrarse animales asilvestrados en Mallorca y en la Comunidad de Madrid. "El mapache (Procyon lotor) es una especie invasora en Europa y representa una grave amenaza para la biodiversidad autóctona y la salud humana. Los primeros individuos escaparon de las granjas peleteras o fueron liberados para cazar", afirma Iván Salgado, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), en su estudio publicado en Biodiversity and Conservation, "Hoy en día, el comercio de mascotas es la principal vía de introducción y los mapaches se han adaptado a diferentes entornos, incluso urbanos y residenciales". Según el artículo, muchos países europeos ya observan problemas ambientales derivados de la presencia de mapaches en sus ecosistemas. "En Europa central, la población de mapaches ha aumentado en más de un 300% y crece a tasas exponenciales desde la década de 1990. El mapache está fuera de control en Europa". A pesar de sus riesgos, el autor denuncia que no se ha elaborado un informe sobre la evolución de los mapaches en Europa y afirma que, para atajar el problema, debe prohibirse el comercio del mapache como mascota, activar un sistema de detección y contención de sus poblaciones y proteger aquellos ecosistemas y especies que están viéndose afectadas.
Entre las especies que amenazan el Mediterráneo, el pez león es una de las especies más dañinas. “Procedente del océano índico, voraz, con gran capacidad de reproducción y apenas depredadores, cuando llega a una zona desaparece la diversidad y el número de especies autóctonas, un grave problema para el equilibrio biológico y la pesca”, afirma Manu San Félix. Países como Turquía, Grecia, Chipre e Italia han tratado de contener la invasión, pero el pez león se ha asentado definitivamente como especie invasora en el Mediterráneo. Además, el pez león es una de las criaturas marinas más venenosas y un cazador habilidoso que puede destruir poblaciones de peces autóctonos con facilidad e impactar gravemente en los ecosistemas.
Desde hace años, las cotorras argentinas se han vuelto unas habituales de las ciudades españolas. El número se estima en torno a las 20.000 según el último censo elaborado por SEO/BirdLife, aunque el Ayuntamiento de Madrid cifró 13.000 tan solo en la capital en 2019. Estas coloridas y ruidosas aves comenzaron a llamar nuestra atención en los parques hace algunos años, cuando colonizaron las ciudades a causa de su exportación como animal de compañía.
Con una esperanza de vida en cautividad de 20 años, la cotorra argentina o de pelo gris es capaz de poner hasta 8 huevos al año. Su alta tasa de reproducción y su adaptación a los hábitats que coloniza hacen que la población crezca de forma exponencial. Catalogada como Especie Exótica Invasora (EEI), esta especie se adapta fácilmente a nuevas condiciones de vida, expulsando a las especies autóctonas. Desde 2011 y para evitar agravar lo sucedido, la cotorra está incluida entre las especies cuya tenencia como animal de compañía está prohibida.
La tortuga de Florida, cuya dieta es principalmente herbívora, “puede competir con otros organismos acuáticos, como tortugas autóctonas o peces ciprínidos. Por ello, podría ocasionar daños a la biodiversidad y pérdidas económicas al sector de la pesca fluvial, al tiempo que es transmisora de la salmonelosis”, afirmó el decreto que catalogó a la tortuga de Florida en 2019 como una especie invasora en España. "Ha sido la tortuga más popular como mascota, tal y como lo demuestran las más de 50 millones de exportaciones entre 1989 y 1997, desde los Estados Unidos", afirma la Sociedad Andaluza de Herpetología. "En España, la venta de tortugas de Florida se hizo masivamente entre los años 1991 y 1998 aunque el comercio de esta especie de reptil exótico se inició unos cuantos años antes. El éxito de la tortuga de Florida como mascota fue debido a su pequeño tamaño cuando era vendida en forma de cría, sus relativos fáciles cuidados y su bajo precio. La entrada de estos reptiles exóticos propició un grave problema en lagos, estanques y ríos de las zonas urbanas, donde se liberaron muchos ejemplares.
Incluida en el Catálogo Español de especies invasoras en 2019, la pitón real es otro caso de las consecuencias del mascotismo y la desinformación sobre el cuidado de los animales salvajes. "“La pitón real (Python regius) es una especie de serpiente que engulle sus presas vivas o tras asfixiarlas, observando preferencia por roedores. Esto la convierte en una potencial competidora frente a otras especies autóctonas, pudiendo afectar a la cadena trófica”, afirma el decreto del Ministerio que la catalogó como especie invasora. Además de para la biodiversidad, existe un fuerte riesgo sanitario. En el caso de la pitón real, el problema es particularmente grave en las Islas Canarias, puesto que su expansión es más rápida por tratarse de un clima proclive.
Más de 700 especies invasoras amenazan el mar Mediterráneo. “Es el mar con mayor índice de especies invasoras. Es como si debajo del agua estuviese teniendo lugar una revolución en la cual luchan las especies nuevas con las autóctonas”, afirma Manu San Félix, biólogo marino y explorador de National Geographic, en el documental Salvemos nuestro Mediterráneo. “Vi el primer ejemplar de pez loro en 2017, y ahora encuentro esta especie en casi todas mis inmersiones”, afirma Manu San Félix. Este pez multicolor es herbívoro y se alimenta de las algas invasoras que se desarrollan en los corales y provocan su asfixia, por lo que podrían ayudar a su recuperación.
En 2019, el Catálogo Español de especies invasoras se actualizó para incluir, entre otras seis especies, al cerdo vietnamita, que debido al mascotismo ya representa una amenaza para el equilibrio de los ecosistemas. “Los dueños de estas mascotas se acaban cansando de ellas o no pueden hacer frente a los cuidados necesarios”, afirmó el Ministerio en un comunicado. “En nuestro país, algunos centros de acogida se ven ya saturados con ejemplares de estas especies exóticas de los que se deshacen sus propietarios y muchos otros pueden acabar liberados en la naturaleza de forma tanto voluntaria como involuntaria”. A partir de su inclusión en este listado, su venta, posesión, transporte, tráfico y comercio de animales vivos quedó prohibido. En el caso concreto del cerdo vietnamita, los expertos destacan el riesgo de hibridación con el jabalí salvaje que, además de las consecuencias derivadas, puede aumentar los problemas de sobrepoblación de jabalíes que ya existe en muchas zonas de nuestro territorio.
La UICN clasificó en 2011 al visón europeo en la Lista Roja de especies amenazadas bajo la categoría de "en peligro crítico de extinción", a causa del avance de las poblaciones de visón americano. Según la organización medioambiental WWF, se estima que quedan menos de 500 ejemplares y su población continúa en regresión. "En pocos años ha perdido más de un tercio de su hábitat original, por lo que su situación es extremadamente grave. Ya ha desaparecido del 90% de su área de distribución original. España es, junto al delta del Danubio y pequeñas poblaciones aisladas de Rusia, uno de los últimos reductos para esta especie", afirma WWF. El negocio de las granjas peleteras de visón americano se expandió a Europa, donde comenzaron a escaparse dando lugar a poblaciones estables en el nuevo hábitat.