¿Cómo llegó este puma a esta isla abandonada?

Estos felinos pueden nadar largas distancias y pasar de una isla a otra con más frecuencia de lo que pensábamos, lo que tiene grandes implicaciones para su conservación.

Por Doug Main
Publicado 7 mar 2023, 12:26 CET
Un puma salta por un arroyo del bosque

Un puma salta por un arroyo del bosque. Estos animales a veces evitan el agua, pero también pueden nadar largas distancias en determinadas circunstancias.

Fotografía de JIM AND JAMIE DUTCHER, NatGeo Image Collection

No se suele pensar en los pumas (también conocidos como leones de montaña) como animales que naden bien, ni siquiera que sean capaces de nadar largas distancias. Pero al menos en el caso de un felino aventurero, eso no podría estar más lejos de la realidad.

Un nuevo estudio ha registrado a un joven puma macho nadando un kilómetro desde tierra firme en el estado de Washington (noroeste de Estados Unidos) hasta una isla deshabitada de Puget Sound. El felino con GPS conocido como M161, o Nolan, recorrió un sinuoso camino a través de las afueras de Olympia y a lo largo de la costa, antes de hacerse a la mar.

Esto llevó a los investigadores a preguntarse cuántas islas podrían estar habitadas por pumas. Si los animales nadan con regularidad tan lejos, es probable que puedan habitar más de la mitad de las 6513 islas de la zona, según determinaron los científicos.

También han revisado los registros históricos y han encontrado pruebas de que los leones de montaña habitan en otras cuatro islas más alejadas de la costa de la que llegó el joven Nolan. Todas estaban a más de una milla (1,6 kilómetros) de la costa o de la isla más cercana. Esto sugiere que los animales pueden nadar incluso más lejos en ocasiones, quizás cerca de dos kilómetros. Los pumas machos jóvenes suelen emprender viajes difíciles y largos en busca de nuevos territorios, como fue el caso de Nolan.

"Estamos redefiniendo el puma como un animal que sabe nadar y está dispuesto a hacerlo", afirma Mark Elbroch, coautor del estudio y director del programa de pumas de Panthera, la organización mundial para la conservación de los felinos salvajes. El trabajo se publica en la revista Northwestern Naturalist.

Los hallazgos se realizaron en el marco del Proyecto Puma Olímpico, una amplia coalición que agrupa a investigadores, tribus nativas americanas, fideicomisos de tierras y otras entidades comprometidas con la conservación e investigación del puma, así como con la identificación y protección de corredores de fauna salvaje.

La interestatal 5, una transitada vía que va de Seattle a Portland (Oregón), impide el acceso de los pumas del estado y de muchas otras especies a la península olímpica, una amplia extensión de hábitat boscoso rodeada de agua por tres de sus lados.

"La I-5 nos está matando", afirma Elbroch. "Está acabando con la península; tenemos que solucionar esto inmediatamente". Hay dos puntos en los que podrían construirse pasos para la fauna salvaje, pero el tiempo se acaba para proteger estos corredores, ya que el desarrollo y la expansión continúan, afirma.

(Relacionado: Los pumas de Los Ángeles se están volviendo endogámicos (y esto no es una buena señal)

Partir solo, y un triste final para el puma Nolan

Nolan, al que los científicos marcaron junto a su madre en enero de 2020, partió solo en abril de ese año. Anduvo dando tumbos por varias ciudades del norte de Olimpia. Los investigadores temían que se metiera en problemas, ya que estos felinos jóvenes y todavía inexpertos "intentan sobrevivir en un paisaje sin saber lo que hay a la vuelta de la esquina", dice Elbroch.

Entonces, entre las 2 y las 6 de la mañana del 14 de julio, se fue a nadar a la isla Squaxin, una parcela deshabitada en Puget Sound propiedad de la tribu de la isla Squaxin. Lamentablemente, Nolan fue abatido dos semanas después durante una cacería legal.

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    Un puma nadador (Felis concolor) en la Columbia Británica, Canadá. Los pumas pueden ser capaces de nadar más de kilómetro y medio en determinadas circunstancias.

    Fotografía de Tim Melling

    Por esta razón, los isleños que viven en el hábitat del puma no deberían dejar el ganado desatendido, dice Rich Beausoleil, biólogo del Departamento de Pesca y Vida Silvestre de Washington.

    Los resultados "no me han sorprendido mucho, pero siguen siendo muy interesantes e importantes... no debemos considerar siempre el agua como un obstáculo para el movimiento de cualquier gran carnívoro", afirma Beausoleil.

    Los pumas, que tienen la mayor área de distribución de todos los felinos salvajes, desde Canadá hasta Chile, cruzan regularmente ríos pequeños y de tamaño moderado.

    En el Pantanal brasileño, los felinos también nadan habitualmente en el vasto humedal durante la estación húmeda. En 2010, Elbroch y sus colegas documentaron cómo un puma marcado cruzaba nadando repetidamente un gran lago de la Patagonia chilena para comer ovejas domésticas en una isla, nadando hasta un kilómetro cada vez.

    En cuanto a la natación, "probablemente no les importe tanto como creemos", afirma Dave Onorato, investigador de la Comisión de Conservación de la Pesca y la Vida Silvestre de Florida (EE. UU.) que no participó en este estudio.

    Aun así, durante décadas, las panteras de Florida (reconocidas federalmente como una subespecie de puma) rara vez se veían al norte del Caloosahatchee, una vía fluvial que se extiende desde el lago Okeechobee hasta la costa del Golfo y que en su día se consideró una barrera potencial a la dispersión. Pero en 2016, se avistó una hembra al norte del río por primera vez en generaciones, lo que sugiere que cruzó a nado la vía fluvial, en una buena noticia para la pantera.

    Dado que el número de pumas es mucho menor que antaño y que los animales evitan a las personas, comportamientos como el de nadar siguen pasando desapercibidos y parecen anecdóticos, según los expertos.

    La exploradora de National Geographic Audra Huffmeyer, que estudia los pumas en la zona de Los Ángeles y alrededores, está de acuerdo. Aunque no le sorprende que los pumas puedan saltar de isla en isla en el Mar de Salish, "las distancias recorridas son bastante increíbles... la capacidad de los grandes félidos para adaptarse a hábitats extremos es bastante asombrosa".

    El viaje de Nolan y todos los datos producidos por el Proyecto Puma Olímpico ayudarán a los gestores del territorio a comprender por dónde viajan los pumas y a identificar los corredores que deben protegerse, afirma Jim Williams, biólogo de pumas de la Iniciativa Corazón de las Rocosas, un grupo conservacionista.

    La Península Olímpica necesita sin duda esa orientación y protección, pues sus pumas tienen la menor diversidad genética de todo el estado, según demuestran los registros. Los felinos son también una especie paraguas, y protegerlos podría ayudar a otros animales con los que comparten el paisaje, añade Williams.

    Para Elbroch, el viaje de Nolan representa "el ingenio de la naturaleza: encontrar la manera de sortear un obstáculo insalvable".

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      Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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