Un nuevo estudio revela que hubo miles de millones de 'T. rex' en el mundo

La abundancia estimada de este depredador icónico significa que los fósiles de T. rex que hemos descubierto son extremadamente raros.

Por Michael Greshko
Publicado 20 abr 2021, 12:51 CEST
Ilustración de T. rex

Los paleontólogos han averiguado cuántos T. rex hubo en la Tierra. Han descubierto que habrían vivido unos 20 000 en cualquier momento dado durante un periodo de dos a tres millones de años.

Fotografía de STOCKTREK IMAGES, Nat Geo Image Collection

Si retrocedieras en el tiempo a la Montana (Estados Unidos) de hace 67 millones de años, te adentrarías en el reino de un tirano: el icónico depredador Tyrannosaurus rex. Con todo, antes de aventurarte en este mundo perdido, es posible que quieras saber a qué distancia, de media, se encuentra el T. rex más cercano.

Quizá parezca algo imposible de saber, pero tras analizar dos décadas de investigaciones sobre T. rex, un nuevo estudio ofrece estimaciones de la densidad de la población del animal. Con toda probabilidad, habría un T. rex a 24 kilómetros, o quizá mucho más cerca.

El nuevo estudio, publicado el jueves pasado en la revista Science, también traduce estas densidades demográficas en estimaciones de cuántos T. rex han vivido. De media, los investigadores calculan que habrían vivido unos 20 000 T. rex en cualquier momento dado y que han vivido y muerto aproximadamente 127 000 generaciones de estos dinosaurios. Dichas estimaciones medias quieren decir que vivieron un total de 2500 millones de T. rex de la especie autóctona de Norteamérica, posiblemente llegando hasta Alaska por el norte y hasta México por el sur, a lo largo de un periodo de dos a tres millones de años.

Esta investigación no es la primera vez que los científicos tratan de calcular las poblaciones de T. rex. De hecho, la densidad de población media en el nuevo estudio —aproximadamente un T. rex por cada 108 kilómetros cuadrados— es muy similar a una estimación previa publicada en 1993. En cambio, el nuevo estudio utiliza las investigaciones más recientes sobre la biología del T. rex para intentar establecer límites superiores e inferiores precisos de la población total.

Tras realizar millones de simulaciones informáticas, cada una con una mezcla ligeramente distinta de los posibles valores, el estudio desveló que el recuento total de T. rex podría ser de solo 140 millones o de hasta 42 000 millones, y la media se situaría en torno a los 2500 millones. Del mismo modo, podrían haber vivido de 1300 a 328 000 T. rex en cualquier momento dado, y la media es de 20 000 animales.

«Es muy emocionante que alguien intente utilizar todo lo que sabemos sobre el T. rex para averiguar la dinámica de la población», afirma Holly Woodward, paleontóloga del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad Estatal de Oklahoma que no participó en el nuevo estudio. «Es interesante y gracioso que no se haya hecho a esta escala».

Contabilidad de T. rex

En los últimos 20 años, los investigadores han descubierto mucha información sobre el T. rex, como cuánto tiempo vivía (unos 28 años), cuándo alcanzaba la madurez sexual (en torno a los 15,5 años) y cuánto pesaba cuando estaba totalmente desarrollado (una media de casi 6,8 toneladas). Estos datos han ayudado a los científicos a calcular el tiempo de generación aproximado del T. rex —19 años, arriba o abajo— y la masa corporal media del T. rex en cualquier momento dado.

Para descifrar la densidad demográfica del T. rex, los investigadores aprovecharon una relación entre la masa corporal y la densidad de población entre animales vivos. De media, cuando la masa corporal incrementa por un factor de 10, la densidad de la población disminuye más de cuatro quintas partes, un patrón conocido como ley de Damuth.

Damuth, ecólogo de la Universidad de California, Santa Bárbara, descubrió este patrón recopilando 30 años de datos ecológicos sobre mamíferos vivos. Sin embargo, la ley de Damuth no es irrefutable, ya que los estilos de vida y los hábitats específicos de los animales varían mucho. Por ejemplo, las hienas manchadas y los jaguares tienen masas corporales similares y ambos son depredadores, pero la densidad de población de las hienas es unas 50 veces mayor.

Cuando se aplica al T. rex (tras corregir el hecho de que el T. rex no es un mamífero), la ley de Damuth denota que el total real del dinosaurio se encontraba entre 140 millones y 42 000 millones de dinosaurios individuales.

«En paleontología, es muy difícil estimar cosas... así que lo que he empezado a hacer es pensar menos en estimar algo y más en hacer un horquillado. ¿Puedo determinar límites superior e inferior sólidos?», dice Charles Marshall, autor principal del estudio y paleontólogo de la Universidad de California, Berkeley.

De vida a roca

Además de hacerse una idea mejor de cuántos de estos enormes depredadores existieron, Marshall y su equipo consiguieron calcular con qué frecuencia se forman fósiles. ¿Pueden cuantificarse las probabilidades de fosilización de un T. rex del mismo modo que podemos calcular las probabilidades de que nos caiga un rayo?

Hay unos cien especímenes conocidos de T. rex, pero aproximadamente dos quintas partes se encuentran en manos privadas o comerciales y no pueden estudiarse de forma fiable. Así que, para establecer un mínimo de fósiles totales para el propósito del estudio, el equipo de Marshall limitó su recuento a 32 fósiles de T. rex posjuveniles que se encuentran en instituciones públicas.

Si de todos los T. rex que han vivido jamás —los 2500 millones estimados— solo se han fosilizado 32, entonces se fosilizó aproximadamente uno de cada 80 millones de T. rex después de morir. Aunque se hubiera fosilizado un porcentaje mayor de estos animales y aún no hayamos encontrado sus restos, la asombrosa pequeñez de estas probabilidades revela lo raro que es que un cadáver se quede sepultado lo bastante rápido y en las condiciones químicas adecuadas para mineralizarse y formar un fósil. «Si los T. rex fueran mil veces menos abundantes —y el total no fuera 2500 millones sino 2,5 millones— quizá nunca los habríamos descubierto», afirma Marshall.

El método que ha descrito el equipo de Marshall también podría emplearse en otras criaturas extintas. En dinosaurios, los investigadores sostienen que uno de los mejores candidatos es el herbívoro del Cretácico Maiasaura, que se conoce a partir de cientos de especímenes, de recién nacidos a adultos.

Para Woodward, una de las conclusiones más emocionantes del estudio es lo raros que son los fósiles de dinosaurios. Si se mantienen estos índices en otras especies que no sean el T. rex, los investigadores podrían ser capaces de estimar cuántas especies de dinosaurios no se han fosilizado y se han perdido en el tiempo. «Ser capaz de averiguar cuánto nos estamos perdiendo puede ser igual de importante que saber cuánto tenemos», afirma.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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