Descubierto un extraño dinosaurio acorazado con un arma de cuchillas en la cola

La criatura fosilizada, 'Stegouros elengassen', ha sido encontrada en el sur de Chile y presenta una extraña mezcla de características que se asemejan tanto a los anquilosaurios como a los estegosaurios.

Por Michael Greshko
Publicado 2 dic 2021, 10:34 CET, Actualizado 2 dic 2021, 15:00 CET

Hace unos 73 millones de años, en lo que hoy es el sur de Chile, una nueva especie de dinosaurio con cola en forma de garrote vivió y murió en un delta fluvial rico en vida vegetal, como se muestra aquí en esta representación artística del Stegouros elengassen.

Fotografía de Mauricio Álvarez

Hace entre 75 y 72 millones de años, en lo que hoy es la Patagonia chilena, el cadáver de un dinosaurio de cola rechoncha acabó enterrado en el delta de un río, donde los finos sedimentos preservaron exquisitamente sus huesos al fosilizarse.

Para los estándares de los dinosaurios, esta criatura no era enorme. Cuando caminaba a cuatro patas, medía menos de 60 centímetros de altura y tenía menos de 2 metros de largo, del hocico a la cola. Pero era un animalito duro y resistente en un mundo de gigantes. El dinosaurio tenía una piel acorazada para defenderse y un arma única que le servía de apoyo.

El extremo de la cola de esta criatura no se parece a nada que los científicos hayan visto antes: una masa de hueso fusionado que parece una pala de criquet dentada. "Es algo totalmente inédito", afirma Alexander Vargas, paleontólogo de la Universidad de Chile.

El esqueleto fósil, desvelado hoy en la revista Nature, pertenece a un tipo de dinosaurio acorazado recién descubierto llamado Stegouros elengassen. La criatura debe su nombre a su extraña "cola de techo" (Stegouros) y a una bestia acorazada de la mitología del pueblo patagónico Aónik'enk (elengassen).

Más allá de su novedoso armamento, Stegouros también llena un importante vacío evolutivo. Según el paleontólogo de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, Tom Holtz, que no participó en el estudio, se han encontrado muy pocos dinosaurios con armadura en las tierras que una vez formaron Gondwana, el antiguo supercontinente que ahora está dividido en América del Sur, África, la Antártida, Australia, el subcontinente indio y la Península Arábiga.

Antes de Stegouros, sólo se habían encontrado dos dinosaurios acorazados en lo que fue el sur de Gondwana, y esos animales se conocen por fósiles incompletos o parcialmente estudiados. El espécimen de Stegouros está completo en un 80 por ciento y su esqueleto es un extraño mosaico anatómico. El cráneo, los dientes y la cola en forma de garrote del dinosaurio son clásicamente anquilosáuricos, parecidos al Ankylosaurus y a otros dinosaurios acorazados tardíos. Sin embargo, los esbeltos huesos de las extremidades y la pelvis del dinosaurio se asemejan a los de estegosaurios como el Stegosaurus, que se habían extinguido hace decenas de millones de años en la época de Stegouros.

"Si me hubieran mostrado esta pelvis y me hubieran preguntado ¿De qué animal es? te diría al cien por cien que es de un estegosaurio", afirma Susannah Maidment, paleontóloga de dinosaurios del Museo de Historia Natural de Londres, que no ha participado en el estudio. "Estoy absolutamente asombrada por este espécimen (...) Desbarata todo lo que sé".

(Relacionado: Por qué el velocirráptor es uno de los dinosaurios más incomprendidos).

Huesos en las montañas de la Patagonia

Stegouros surgió de la Formación Dorotea: un conjunto de capas de roca que se extiende a lo largo de Chile y Argentina donde investigadores de todo el mundo buscan con frecuencia fósiles de dinosaurios y otros restos de vida antigua.

En 2017, un grupo de la Universidad de Texas en Austin (Estados Unidos) visitó un sitio, conocido por sus fósiles, en el Valle del Río de las Chinas en Chile, y descubrió algunos huesos de aspecto interesante. En febrero de 2018, la Universidad de Chile envió un equipo para investigar el informe del grupo de Texas, dirigido por los colegas de Vargas Sergio Soto-Acuña y Jonatan Kaluza.

Los investigadores encontraron los primeros indicios de los huesos en la cima de una ladera empinada y se pusieron a cavar alrededor del fósil. El equipo llevó los restos al laboratorio en un gran bloque de piedra revestido de yeso, pero sacar el fósil sin dañarlo fue un gran desafío. Los científicos tuvieron que enfrentarse a temperaturas casi gélidas, a la amenaza de hipotermia y a esguinces de tobillo.

Al principio, los investigadores solo pudieron ver los delgados huesos de las extremidades del dinosaurio, lo que llevó al equipo a pensar que podría tratarse de un ornitópodo, una especie de dinosaurio bípedo que se alimentaba de plantas. Pero una vez que el fósil fue analizado en el laboratorio, una cuidadosa limpieza de la roca dejó al descubierto la cola del dinosaurio.

"El resto del día estuve en shock", dice Vargas.

Cola armada

Las colas completamente armadas son raras entre los animales, pero cuando aparecen, queda patente que la evolución las esculpió de formas muy eficaces. Entre los dinosaurios, los estegosaurios tenían dos pares de púas al final de la cola (a veces llamados coloquialmente "thagomizers", por una viñeta humorística de la serie Far Side del caricaturista estadounidense Gary Larson). Algunos anquilosaurios, como el Ankylosaurus, tenían colas largas y rígidas con garrotes óseos en forma de martillo.

Las armas de cola han aparecido incluso en grupos de animales emparentados a distancia. Los gliptodontes, armadillos gigantes extintos que vivieron hasta hace 10.000 años, desarrollaron palos de cola similares a los de los anquilosaurios, por ejemplo.

Pero la cola de Stegouros es única. Más plana y con más forma de cuchillo que las armas de cola de sus compañeros, el equipo de investigación la denominó macuahuitl, en honor al garrote de madera con hoja de obsidiana que blandían los aztecas.

Es probable que los dinosaurios acorazados utilizaran sus armas de cola principalmente para combatir dentro de su propia especie, posiblemente para disputar el estatus social. También hay pruebas de que, cuando se veían amenazados, estos dinosaurios empleaban sus colas para defenderse de los depredadores. Holtz dice que algunos huesos de depredadores del Jurásico tienen heridas punzantes que pueden provenir de enfrentamientos con estegosaurios. Y el Museo Real de Ontario, en Canadá, alberga un fósil de tiranosaurio con una espinilla rota y curada, posiblemente una herida provocada por un anquilosaurio que le lanzó la cola.

Todavía no está claro cómo el Stegouros usaba su cola, pero Holtz especula que el dinosaurio podría haberla blandido como una especie de arma cortante. Lo que sí está más claro es quiénes pueden ser algunos de los depredadores de Stegouros. Los mayores dinosaurios depredadores de la época y el lugar donde habitaba Stegouros eran unos enigmáticos dinosaurios llamados megaraptores, que Vargas describe como "cosas de aspecto bastante desagradable y bastante grandes, como un Allosaurus con brazos más largos y agarradores".

En busca de más pistas

Una vez que el equipo chileno pudo estudiar el esqueleto completo del Stegouros, Soto-Acuña y Vargas compararon cuidadosamente la anatomía del animal con la de otros dinosaurios acorazados. Cuando los investigadores hicieron números para generar árboles genealógicos probables, descubrieron que los antepasados del Stegouros se habían separado del resto de los anquilosaurios hace aproximadamente 165 millones de años, formando un linaje desconocido hasta entonces. (Relacionada: Descubren el dinosaurio que reinó antes que los Tyrannosaurus Rex).

Los primos más cercanos del dinosaurio chileno son los otros dos anquilosaurios conocidos del sur de Gondwana. Uno de ellos, el anquilosaurio australiano Kunbarrasaurus ieversi , se conoce principalmente por su cráneo. El otro, el Antarctopelta oliveroi, sólo se conoce por unos pocos fragmentos de hueso encontrados en sedimentos antárticos.

El Stegouros puede ayudar a los científicos a entender a estos parientes tan poco conocidos. Algunos de los huesos aislados de Antarctopelta tienen un sorprendente parecido con los huesos fusionados del macuahuitl del Stegouros. Vargas y sus colegas creen que esta coincidencia podría significar que Antarctopelta -que era el doble de largo que Stegouros- tenía un arma de cola similar.

Maidment, del Museo de Historia Natural de Londres, uno de los principales expertos del mundo en estegosaurios, añade que la extraña mezcla de rasgos de Stegouros podría provocar algunos "movimientos" dentro del árbol genealógico de los dinosaurios acorazados. Los dinosaurios se etiquetan como estegosaurios basándose principalmente en si tienen tres rasgos anatómicos clave, uno de los cuales es el tipo exacto de pelvis que se ve en Stegouros, que no es un estegosaurio, a pesar de su nombre similar. En consecuencia, Maidment afirma que algunos dinosaurios fragmentarios clasificados actualmente como estegosaurios podrían no serlo en absoluto.

La Formación Dorotea y otras partes de la Patagonia han producido fósiles extraordinarios durante décadas, y es probable que la región tenga más pistas fosilizadas escondidas en la roca. Es posible que en futuras expediciones en Chile o Argentina se encuentren otros dinosaurios acorazados con garrotes planos en lugar de cola.

Mientras tanto, Vargas y sus colegas sólo están empezando a buscar los fósiles de Stegouros. "Hemos encontrado otros lugares que tienen Stegouros, en realidad es común", dice Vargas. "Esperamos encontrar más".

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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