La evolución lo demuestra: el tamaño sí importa

Un estudio ha investigado la satisfacción sexual a través de un método novedoso para variar la longitud del pene.

Por Redacción National Geographic
LA EVOLUCIÓN LO DEMUESTRA:

Este artículo se publicó originalmente el 9 de marzo de 2013 y ha sido actualizado el 24 de enero de 2021. 

Para el 68 por ciento de los hombres, de una muestra de 200 personas, el tamaño importa. Al menos así lo afirmaron dos estudios publicados en 2015 en la revista científica Plos One y en 2008 en PubMed. La respuesta a la pregunta suele ser, por parte de ambos sexos, que cuanto más grande, mejor, también en lo que se refiere a las preferencias de la mujer a la hora de valorar un pene. 

"Las expectativas que tienen los hombres sobre las preferencias de tamaño del pene de las mujeres parecen generar ansiedad e insatisfacción más que una insatisfacción innata", afirman los autores.

Tras tanto tiempo escuchando preguntas acerca de si el tamaño del pene tiene una relación directa con el placer durante el sexo, un estudio ha investigado la satisfacción sexual femenina a través de un método novedoso para "manipular" la longitud del pene.

La investigación experimental, realizada tan solo en parejas heterosexuales y publicada en abril de 2021 en BJU International Journals, ha sido realizado por el Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King's College London. 

"Partimos de la premisa de que a la mayoría de las mujeres no les importaría la profundidad de la penetración", afirman los autores en su estudio. "Sin embargo, encontramos en nuestros participantes que reducir la profundidad de la penetración condujo a una reducción del placer sexual general".

Los resultados de este estudio afirmaron que la reducción de la profundidad de penetración condujo a una reducción estadísticamente significativa del 18 por ciento del placer sexual general con una reducción promedio del 15 por ciento en la longitud del pene.

"Estudios relevantes de modelos de pene tridimensionales han demostrado que, estéticamente, las mujeres pueden preferir un pene un poco más grande que el promedio y que su tamaño depende de su combinación con la forma y la altura del cuerpo para determinar el atractivo sexual masculino", afirma el estudio.

Sin embargo, debido a la escasez del número de parejas que participaron en este último estudio, los autores los califican como preliminares y esperan llevar a cabo más pruebas en adelante.

Para llevarlo a cabo, este método utilizó una serie de anillos de silicona colocados en la base del pene, evaluando así el placer de sus parejas de forma aleatoria. Como parte del estudio se realizaron tres pequeñas encuestas, donde entre el 15 y el 21 por ciento de las mujeres informaron de que el tamaño del pene era importante durante sus relaciones sexuales. 

¿Un impacto en la evolución?

Según el estudio de Plos One, los resultados sugieren que esta elección femenina pudo haber impulsado una evolución de los penes hacia mayores dimensiones.

Estudios previos en psicología han preguntado a las mujeres sobre sus preferencias por el tamaño del pene donde se han producido opiniones encontradas. Algunas opiniones aseguran que "no me importa el tamaño", mientras que otras dicen que prefieren penes más grandes.

Pero esas mujeres podrían haberse sentido presionadas a decir lo políticamente correcto: que el tamaño no importa, asegura el líder del primer estudio Brian Mautz, biólogo de la Universidad de Ottawa, Canadá.

Así que su equipo estableció un experimento en el que 105 mujeres australianas – de un promedio de 26 años, observaban 53 siluetas masculinas de tamaño real generadas por un ordenador y proyectadas en una pantalla.

Los orígenes de la humanidad 101
La historia de la evolución humana comenzó hace unos 7 millones de años, cuando los linajes que condujeron al Homo sapiens y a los chimpancés se separaron. Conoce a las 20 especies de humanos primitivos de nuestro árbol genealógico y descubre cómo la selección natural de determinados rasgos físicos y conductuales definió el significado de ser humano.

En estudios anteriores, las mujeres en general percibían a los hombres altos con grandes hombros como más atractivos, por lo que estos factores como la estatura, los hombres, y el pene son importantes a la hora de enjuiciar el cuerpo de un hombre.

A las mujeres del estudio se les pidió que calificaran a los hombres en una escala de 1-7, siendo 1 el menos atractivo y 7 el más atractivo. Un estudio afirma que los hombres con voz grave tienen esperma defectuoso.

Aunque la forma del cuerpo es el factor más importante en si o no las mujeres calificaron la forma masculina como atractivo o no, el tamaño del pene también influyó significativamente en la elección.

Sin embargo, la relación no es necesariamente lineal, es decir, "que conseguir un pene más grande, no significa necesariamente que estés consiguiendo un mayor atractivo", señaló Mautz.

Por ejemplo, la velocidad a la que las mujeres clasifican a los hombres como atractivo cae en picado cuando los penes  flácidos tenían un tamaño mayor a los 7,6 centímetros.

Lo que es más, la altura también fue un factor: "los tipos altos con penes muy grandes fueron los más atractivos en relación con el resto de figuras", dijo Mautz.

No está del todo claro por qué las mujeres prefieren penes más grandes, pero los estudios han demostrado que las mujeres prefieren tamaños más grandes, porque de ese modo aumentan su satisfacción sexual, dijo Mautz.

La evolución del pene

Puesto que los primeros humanos no llevaban ropa, los penes masculinos eran evidentes para el género femenino. Así que si las mujeres eligen a sus parejas basándose en el tamaño de sus genitales, es posible que estas decisiones influyeran en la evolución de los penes más grandes, según el estudio, que fue publicado en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias estadounidense.

"No podemos decir con total seguridad que la elección femenina es lo que impulsó la evolución del tamaño del pene", pero "en estos tiempos, el tamaño del pene tiene un efecto sobre el atractivo", dijo Mautz.

Sin embargo, el psicólogo evolucionista Gordon Gallup, Jr., dijo en un correo electrónico que hay algunas limitaciones a la teoría de que la elección femenina desempeñó un papel en la evolución del pene.

Por un lado, estudios anteriores han demostrado que "el pene flácido es un indicador imperfecto del tamaño del pene erecto", dijo Gallup, de la Universidad Estatal de Nueva York en Albany, que no participó en el estudio.

En teoría, las primeras mujeres de la evolución humana habían visto la mayoría de los penes en estado flácido. Lo que es más, los resultados muestran que las mujeres prestaban más atención a las relaciones de hombros-cadera que al tamaño del pene al calificar una imagen de atractiva. También se ha comprobado que el deporte aumenta el número de espermatozoides.

Gallup ha hecho su propia investigación sobre la evolución del pene, en la que dijo que éste había sido moldeado por la competencia de un hombre con otros machos por fertilizar el óvulo de la mujer. En ella, Gallup averiguó que la forma del pene como de flecha sirve para eliminar el anterior semen fuera del tracto reproductivo de la mujer.

Es más, los estudios que utilizan modelos de genitales humanos han demostrado que el pene más profundo desplaza más semen en el tracto reproductivo de la mujer que los menos profundos. 

Por lo tanto, "los penes largos también pueden haber evolucionado para depositar el semen en las partes más profundas y más remotas de la vagina para promover una mayor retención de esperma efectiva", dijo.

"Es importante abordar la ciencia con seriedad, y nuestros resultados son sólidos, pero esto no significa necesariamente que no pueda divertirse con él".

más popular

    ver más

    más popular

      ver más
      loading

      Descubre Nat Geo

      • Animales
      • Medio ambiente
      • Historia
      • Ciencia
      • Viajes y aventuras
      • Fotografía
      • Espacio

      Sobre nosotros

      Suscripción

      • Revista NatGeo
      • Revista NatGeo Kids
      • Disney+

      Síguenos

      Copyright © 1996-2015 National Geographic Society. Copyright © 2015-2024 National Geographic Partners, LLC. All rights reserved