Los penes de estos patos crecen cuanta más competencia tengan

Un nuevo estudio revela que el tamaño importa en el entorno social de ciertas especies de pato.

Por Jason G. Goldman
Publicado 9 nov 2017, 4:28 CET, Actualizado 10 may 2023, 15:38 CEST
Malvasía canela
Las malvasías canelas macho, como la de la foto, desarrollan penes que pueden llegar a tener prácticamente la longitud de sus cuerpos, pero los penes de los machos pueden crecer aún más cuando se enfrentan a la competencia a la hora de aparearse.
Fotografía de MarESA Pryor, National Geographic Creative

Patricia Brennan pasea por un aviario al aire libre, red en mano. Escoge un pato, le da la vuelta y aplica presión sobre su vientre. «Si sabes exactamente donde presionar, puedes hacer que saque el pene», explica. «Son bastante cooperativos. Los machos se acostumbran a que los manipulen».

Esta bióloga no planeaba pasar más de una década haciendo que los patos le enseñaran sus genitales. De hecho, no fue hasta terminar la universidad cuando se dio cuenta de que las aves podían tener pene. Y es por una buena razón: la gran mayoría de las aves —el 97 por ciento— no lo tiene. Pero los patos se encuentran en esa pequeña minoría que sí posee este órgano.

Debido a una extraña peculiaridad en su fisiología, el tamaño del pene de los patos disminuye y aumenta cada año. Cuando los cambios en la cantidad luz diurna indican el comienzo de la temporada de reproducción, sus genitales comienzan a crecer. Al final de esta época, se encogen. Sin embargo, Brennan —que investiga en el Mount Holyoke College en South Hadley, Massachusetts— y su equipo han descubierto que el entorno social de los patos también puede influir en el tamaño del pene.

Los penes de los patos tienen forma en espiral como resultado de los conflictos con las hembras. Brennan se preguntaba si la competencia entre los machos también podía afectar al desarrollo de su pene. Para averiguar la respuesta, ella y su equipo estudiaron a dos especies con sistemas de apareamiento muy diferentes, las malvasías canela (Oxyura jamaicensis) y los porrones bola (Aythya affinis). Los dividieron en parejas o en grupos de cinco hembras y ocho machos, todos ellos dentro de aviarios naturales al aire libre.

Las malvasías canela, que son muy promiscuas, nunca establecen lazos de pareja y casi todos los actos de cópula son a la fuerza. Por otra parte, los porrones bola sí establecen vínculos de pareja y los intentos de copular de forma forzosa con otras hembras son menos frecuentes.

«Son bastante cooperativos», dice la bióloga Patricia Brennan sobre sus sujetos de investigación. «Los machos se acostumbran a que los manipulen».
Fotografía de Patricia Brennan

Menos compromiso, pene más largo

Como esperaban los investigadores, los porrones bola que estaban dentro de grupos desarrollaban penes más largos que aquellos que estaban en pareja. Los resultados fueron publicados el miércoles pasado en la revista The Auk.

Por otra parte, las malvasías canela tienen penes bastante grandes que pueden alcanzar la misma longitud que el resto de su cuerpo. Brennan no veía posible que estos patos pudieran desarrollar penes incluso más largos. En cierto sentido, estaba en lo cierto: la mayoría de las malvasías canela que vivían en grupo no desarrollaban penes más largos. En su lugar, le sorprendió descubrir que sus penes apenas crecían.

Estos patos formaban jerarquías de posiciones dominantes. Un macho del grupo en una posición superior desarrollaba un pene muy largo y mantenía ese tamaño durante la época de reproducción. Los patos subordinados, incapaces de desarrollar penes más largos, empleaban una estrategia diferente. «Los otros patos hacen que sus penes crezcan muy rápidamente, e intentan copular tantas veces como puedan antes de que el macho [dominante] empiece a agredirles», explica Brennan. Tras aparearse, sus penes se reducen hasta alcanzar un estado no reproductivo a la misma velocidad. Si tienen suerte, pueden salirse con la suya sin provocar la ira del pato jefe.

(Relacionado: La evolución lo demuestra: el tamaño sí importa)

La influencia del entorno social en el crecimiento del pene

Los efectos de la vida en grupo en cada especie revelan un aspecto singular de la biología de los patos: el entorno social tiene una influencia notable en el crecimiento del pene. Aparte de estas aves, el único animal conocido que modifica sus genitales según su entorno social es el balano (Sessila), un crustáceo que desarrolla un pene más largo cuando su colonia presenta una distribución dispersa, para así poder llegar hasta su vecino más próximo.

Estos patrones son solo posibles debido a la singular habilidad de estos animales para hacer que sus genitales crezcan de nuevo cada año, según explica el biólogo de la Universidad de California del Sur, Matt Dean, que no participó en el estudio. Otros vertebrados aumentan o reducen el tamaño de sus testículos anualmente, pero es muy extraño que los animales alarguen o reduzcan el tamaño de su pene.

«Cuando las condiciones varían de año a año, la plasticidad se convierte en una ventaja», afirma. «Si no lo necesitas, no lo alargas». O al menos, no lo alargas tanto.

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