Toxoplasmosis, nuevos descubrimientos

Por Redacción National Geographic
TOXOPLASMOSIS

Durante el año pasado, el biólogo evolutivo checo Jaroslav  Flegr ha sido noticia por una afirmación radical: un parásito llamado Toxoplasma gondii común puede llegar a controlar  nuestros cerebros.

El Toxoplasma, que normalmente infecta a los gatos, es famoso entre los científicos por su inteligente táctica para saltar de un gato a otro mediante la infección de ratas y alterar así su comportamiento para que sean más propensas a ser comidas por otro gato, transfiriendo el parásito a un nuevo portador.

Flegr descubrió que los comportamientos que provoca la toxoplasmosis en ratas genera tiempos de reacción lenta, letargo, disminución del miedo, y estos síntomas también aparecen en los seres humanos infectados. Pero hasta hace muy poco, los científicos sabían más bien poco sobre cómo podía hacer esto el toxoplasma.

Hace dos meses, científicos suecos descubrieron una pieza clave del rompecabezas. Para viajar por todo el cuerpo y, sobre todo, llegar al cerebro, toxo secuestra las mismas células diseñadas para destruir a los invasores: Los glóbulos blancos de la sangre. Y el parasito no se subía a estas células como si fuese un autobús urbano, sino que también las convertía en pequeñas fábricas de productos químicos, producía un neurotransmisor conocido para reducir el miedo y la ansiedad en ratas y en humanos.

A pesar de que la toxoplasmosis suelen ser portada por gatos, también infecta a millones de seres humanos, saltando a través del contacto con las cajas de arena, el agua contaminada, o la carne poco cocida. Para la mayoría de las personas, el parásito no causa problemas obvios. Las mujeres embarazadas deben tener cuidado, sin embargo, y en los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades advierten que las mujeres infectadas durante el embarazo se  enfrentan a un mayor riesgo de aborto espontáneo o a defectos de nacimiento.
 
En 1990, Flegr, que tenía toxoplasmosis comenzó a probar consigo mismo. El saber que tenía esta toxina le hizo pensar que por ejemplo, si los gatos perdían el miedo ¿Por qué no lo iba a hacer el? Y efectivamente, se dio cuenta de que se enfrentaba a la vida de una forma más temeraria que hasta el momento.

En los siguientes 15 años, utilizando la experimentación y el análisis de datos de la salud pública, Flegr descubrió una serie de paralelismos interesantes entre la toxoplasmosis y el comportamiento humano. Una persona infectada con cuenta con más del doble de probabilidades de sufrirr un accidente de coche, que Flegr atribuye a la tenencia del parásito la reducción del tiempo de reacción y el aumento del riesgo de desarrollar esquizofrenia. Otros científicos han demostrado la conexión entre toxo y el riesgo de suicidio.

Cómo la toxoplasmosis puede causar estos cambios sigue siendo un misterio. En 2009, los científicos en el Reino Unido descubrieron que toxo tiene dos genes para la fabricación de L-DOPA, la molécula precursora de la dopamina. Los niveles elevados de esta sustancia están asociados con la esquizofrenia.

Antonion Barragán, investigador del Centro de Medicina Infecciosas del Instituto Karolinska en Suecia, junto con su equipo examinaron la toxoplasmosis en la sangre de los ratones, y  encontraron el parásito vivo en un lugar sorprendente: en el interior de las células inmunes diseñadas para matarlo, un tipo de glóbulo blanco llamado "célula dendrítica". "Estos son los guardianes del sistema inmune", dijo. "Y nos preguntamos, si tal vez el parásito utiliza estas células para moverse” como si fuesen caballos de Troya. Al final resultó que, él tenía razón. Toxo estaba usando las células del sistema inmunológico para viajar a través del cuerpo y llegar al cerebro del anfitrión.

Posteriormente la encontraron un neurotransmisor llamado GABA. "GABA actúa en el cerebro. ¿Qué está haciendo en el sistema inmunológico?" Pero allí estaba. Barragán estaba viendo algo que nadie había visto antes. Toxo parecía inducir la producción de GABA en el interior de las células dendríticas, que excitan los receptores de GABA en el exterior de las células dendríticas mismas. Ahora, aquí está la parte interesante: Las alteraciones en el GABA se observan con frecuencia en muchos trastornos psiquiátricos, como la esquizofrenia. Y elevación de los niveles de GABA, según Barragán, "están asociadas con una disminución del miedo y la ansiedad".

Sin embargo, según advierte Flegr, este descubrimiento no cuenta toda la historia. "Sigo pensando que la molécula más importante es la dopamina", dijo. "Pero este mecanismo GABA es nuevo y muy interesante."

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