¿Es más contaminante fabricar un coche eléctrico que uno convencional?

Esta no es una pregunta nueva para el sector de la automoción: ¿qué es más contaminante: fabricar un coche eléctrico o uno convencional? Entérate de todo aquí.

Por Redacción National Geographic
Publicado 4 ene 2018, 13:06 CET
Modelo X de Tesla
Modelo X de Tesla
Fotografía de I. Tsanev, National Geographic Your Shot

No es una pregunta nueva para el sector de la automoción esta sobre qué es más contaminante, si fabricar un coche eléctrico o uno convencional. Se está viviendo una transformación sin precedentes con el vehículo eléctrico, y surgen dudas.

La lucha contra el cambio climático y los Acuerdos de París están forzando a buscar alternativas que no emitan CO2, o al menos, que reduzcan todo lo posible las emisiones. Según el informe de la UE Climate action, en nuestro país el transporte (por tierra, mar y aire,)  genera aproximadamente una cuarta parte de los gases de efecto invernadero emitidos en España y más del 40 por ciento del total de las emisiones totales de óxidos de nitrógeno.

Por ello, el vehículo eléctrico se postula como la mejor opción al no emitir dióxido de carbono durante su conducción. El problema es que también son contaminantes las partículas en suspensión PM, los SOx (óxidos de azufre), NOx (óxidos de nitrógeno) y el CO (monóxido de carbono).

Según el estudio Non-exhaust PM emissions from electric vehicles realizado por los escoceses Victor R.J.H. Timmers y Peter A.J. Achten de la Universidad de Edimburgo, y por la empresa de ingeniería INNAS BV, como el vehículo eléctrico es un 24 por ciento (de media) más pesado que su homólogo convencional, las emisiones totales de PM101 (partículas en suspensión) de los vehículos eléctricos son iguales a las de los vehículos de motor de combustión modernos. Al tener más peso, consideran que el desgaste de los neumáticos, el desgaste de los frenos, el desgaste de la superficie de la carretera y la resuspensión del polvo de la carretera es mayor.

En el caso de las emisiones de PM2.52, los eléctricos solo consiguen una reducción insignificante en las emisiones. Comparado con un coche de gasolina promedio, el vehículo eléctrico emite un 3 por ciento menos de PM2.5 y en comparación con un diesel promedio, el eléctrico emite un 1 por ciento menos de PM2.5. Por lo tanto, Victor Timmers y Peter A.J. concluyen que la creciente popularidad de los vehículos eléctricos probablemente no tendrá un gran efecto en los niveles de partículas en suspensión.

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La fabricación, ni más ni menos

Pero ¿y durante su fabricación? ¿Contamina más o menos que uno convencional? La fabricación de ambos empieza de la misma manera. Las materias primas se extraen, refinan, transportan y se transforman en varios componentes que necesita la cadena de producción del coche, y según fuentes de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), «en principio, a excepción del motor, un coche convencional y su mismo modelo en eléctrico tienen los mismos componentes y el mismo diseño, por lo que su interior y su carrocería es exacta y su producción contamina lo mismo».

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Fotografía de Thomas Haugersveen, Agence VU, Redux

Nissan produce un modelo eléctrico en nuestro país, en su fábrica en Barcelona. Su furgoneta eNV200 es la gemela del modelo NV200 y por eso pueden comparar cuánto contamina cada cadena de montaje. «Todos los procesos contaminan lo mismo porque se necesita energía eléctrica, y mientras ésta se genere, en parte, con combustibles fósiles, se emitirá el mismo CO2 a la atmósfera durante el proceso», señalan fuentes de la fábrica de Nissan Ibérica, «sin embargo no hay ningún dato que indique que la producción de un vehículo contamine más que otro, se utilizan los mismos disolventes para la pintura, las mismas materias primas y los mismos textiles».

Tampoco coinciden con los resultados del estudio de la Universidad de Escocia, «respecto al peso, realmente ambas furgonetas son muy parecidas, la Nissan EV está entre los 1.577 y los 1.689 kilogramos, mientras que la convencional se sitúa entre los 1.480 y los 1.677 kilogramos, por lo que la diferencia apenas es apreciable, incluso en plena carga la primera puede alcanzar los 1.250 kilogramos y la de diésel los 1.220 kilogramos, lo que supone que la EV sea un escaso 2 por ciento más pesada que la convencional».

Si se utiliza como medida el número de piezas con las que se fabrica cada modelo, «aunque cualquier variación hace difícil generalizar, se puede observar que en el caso de la furgoneta NV200 cuenta con 1.415 piezas y la eNV200 con 1.534, una diferencia poco apreciable para que se pueda afirmar que es más contaminante su fabricación», concluyen las fuentes, «a fe de los datos, no se podría afirmar lo que dice el estudio, y además, en cuanto esos vehículos se ponen en circulación, es obvio que ya no hay dudas de cuál es el que contamina más».

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Las baterías, las peores

Solo queda hablar de uno de los componentes que podrían marcar la diferencia: las baterías.  Debido a que los eléctricos almacenan su energía en pilas de litio, se podría considerar que la materia prima necesaria, que es escasa en el planeta, y la necesidad de ingente energía durante su producción, podrían disparar sus emisiones de CO2.

Según un estudio del Instituto Medioambiental de Suecia, el proceso de elaboración de una batería eléctrica de 100 kWh genera hasta 200 toneladas de dióxido de carbono. Y esto es así, porque el ion de Litio necesita de mucha energía para ser extraído, como ocurre con otros componentes como el niquel y el cobalto. Según el estudio, esas cifras son el equivalente al CO2 generado al conducir un coche diésel o gasolina durante aproximadamente ocho años.

 

1. Las PM10 se pueden definir como aquellas partículas sólidas o líquidas de polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas, cemento ó polen, dispersas en la atmósfera, y cuyo diámetro varía entre 2,5 y 10 µm (1 micrómetro corresponde la milésima parte de 1 milímetro).

2. Son las mismas partículas que las PM10 pero su tamaño tiene que ser de menos de 2,5 micras, es la fracción respirable más pequeña.

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