El primer objeto interestelar observado en nuestro sistema solar tiene una forma muy inusual

El objeto, llamado ‘Oumuamua, es probablemente un asteroide con una longitud que es 10 veces su anchura.

Por Michael Greshko
Publicado 21 nov 2017, 12:38 CET
Oumuamua
La ilustración de este artista muestra el primer asteroide interestelar: `Oumuamua. El objeto ha viajado por el espacio durante millones de años antes de poder encontrarse con nosotros. Parece ser un objeto rocoso o metálico alargado y de color rojo oscuro, de aproximadamente 400 metros. Es algo totalmente diferente a cualquier otro objeto del sistema solar.
Fotografía de Observatorio Europeo Austral, M. Kornmesser

El mes pasado, un objeto extraño pasó cerca de la Tierra y, gracias al rápido trabajo de los astrónomos, se ha logrado echar un primer vistazo a un visitante del espacio interestelar.

El objeto, llamado ‘Oumuamua —que en hawaiano significa «primer mensajero que llega de un lugar lejano»—, es el primer pedazo de tierra y hielo conocido procedente de otro sistema estelar, lo que ha dado a los astrónomos la oportunidad de vislumbrar los restos de la formación de un planeta alienígena.

«Esto ha sido una auténtica locura. Para la comunidad de [científicos expertos en] asteroides, es algo tan grande como la noticia de las ondas gravitacionales», dijo Joseph Masiero, astrónomo de la NASA, cuando se descubrió el objeto, haciendo referencia a la reciente detección de ondas en el espacio-tiempo que han fascinado a los astrofísicos.

Según informaron los investigadores en Nature, el visitante hace honor a su origen exótico: la longitud del objeto es al menos 10 veces superior a su anchura, por lo que se parece a un lápiz cósmico gigante que se desplaza por el vacío.

«Es extraordinariamente alargado, algo muy inusual. No hay nada como eso en nuestro sistema solar», afirma la autora principal del estudio Karen Meech, del Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawái.

Rob Weryk, investigador posdoctoral de la Universidad de Hawái, detectó por primera vez al intruso interestelar el 19 de octubre en una imagen del telescopio Pan-STARRS 1 de la universidad.

Cuando contactó con el astrónomo Marco Micheli de la Agencia Espacial Europea, ambos se dieron cuenta de que el objeto —denominado provisionalmente A/2017 U1— estaba escapando de la atracción gravitatoria del Sol. Para cuando los astrónomos confirmaron la trayectoria de vuelo del objeto, comprobaron que estaba saliendo del sistema solar a más de 157.700 kilómetros por hora.

Galería relacionada: Cometas y asteroides

Tras observar el objeto en su trayectoria de salida, los científicos comprobaron que ‘Oumuamua no dejaba atrás una cola de gas o polvo a medida que volaba frente al Sol. Esto significa que es improbable que el objeto interestelar sea un cometa y, en su lugar, probablemente se trate de un asteroide formado en el interior de otro sistema solar.

También observaron que su superficie refleja más luz rojiza, como otros cometas y algunos asteroides en nuestro sistema solar. Como explicación, Meech sugiere que ‘Oumuamua está cubierto de una mezcla de materiales orgánicos, hierro metálico o minerales denominados piroxenos. Para el ojo humano, probablemente tenga un tono marrón oscuro.

Es más, el objeto se atenúa y se ilumina en un factor de 10 cada unas pocas horas. Este ciclo sugiere que el asteroide es largo y delgado y rota cada 7,34 horas. Cuando ‘Oumuamua brilla con intensidad, su cara más alargada apunta hacia nosotros, reflejando la luz solar. Cuando se atenúa, vemos uno de sus extremos gruesos.

El ciclo del asteroide también indica que puede tener entre 180 y 400 metros de largo, pero que solo mediría hasta 40 metros de ancho. Ese tipo de forma tan estrecha es algo sin precedentes. Solo cinco objetos conocidos en nuestro sistema solar tienen una apariencia oblonga similar, pero todos son más achaparrados que ‘Oumuamua.

El objeto ya está fuera del alcance de los telescopios terrestres, pero los astrónomos todavía lo siguen con los instrumentos en el espacio. Según Meech, el telescopio espacial Spitzer, que detecta luz infrarroja, observará a ‘Oumuamua esta semana y su equipo usará el telescopio espacial Hubble en enero de 2018 para continuar su observación.

Mientras este mensajero interestelar planea hacia el exterior del sistema solar, otros objetos podrían ocupar su lugar. El equipo de Meech dice que en cualquier momento hay al menos un objeto del tamaño de ‘Oumuamua a 150 millones de kilómetros del Sol. Lo bueno es que sabemos qué buscar a la hora de detectar si alguno de ellos tiene orígenes inusuales.

«Creo que es un buen presagio para el futuro», afirma, «porque va a haber más como estos, y vamos a estar preparados».

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