Este es el planeta más grande en relación a su estrella descubierto hasta la fecha

La discordancia de tamaños es el mayor observado jamás, lo que desafía las teorías sobre la formación de los planetas.

Por Nadia Drake
Publicado 2 nov 2017, 13:42 CET
Planeta masivo
Ilustración de un artista que muestra el planeta recién descubierto, NGTS-1b, que orbita alrededor de una estrella extrañamente pequeña para el tamaño de su planeta.
Fotografía de Universidad de Warwick, Mark Garlick

No es un secreto que nuestra galaxia está plagada de mundos extraterrestres, aunque eso no significa que no queden sorpresas escondidas en la oscuridad.

Un ejemplo de ello es el exoplaneta del día: un planeta masivo descubierto recientemente que orbita alrededor de una pequeña estrellita. El planeta, llamado NGTS-1b, es una bestia que tiene aproximadamente la masa de Júpiter. Sin embargo, orbita alrededor de una tenue enana roja que tiene la mitad de la anchura del sol. Es el planeta más grande en relación a su estrella detectado hasta la fecha y se encuentra tan cerca de esta que un año en NGTS-1b solo dura 2,6 días terrestres.

Es una combinación inesperada para los científicos, ya que, según las teorías actuales sobre la formación de planetas, las estrellas pequeñas tienen planetas pequeños, y las estrellas más grandes tienen planetas más grandes.

«Se creía que no existían planetas tan masivos alrededor de estrellas tan pequeñas», declaró Daniel Bayliss, de la Universidad de Warwick.

El sistema, detectado por los telescopios de la Búsqueda de Tránsitos de Próxima Generación (NGTS, por sus siglas en inglés) en Chile, se encuentra a aproximadamente 600 años luz de distancia y probablemente sea «muy antiguo», según informan los científicos en un estudio que aparecerá en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.

Los astrónomos descubrieron el planeta gigante observando las breves interrupciones en el resplandor estelar que se producían cada vez que el planeta pasaba frente a la estrella. Gracias a estos breves fenómenos de atenuación, denominados tránsitos, hemos podido revelar la presencia de miles de exoplanetas en la Vía Láctea, la mayoría de los cuales fueron detectados por Kepler, de la NASA. Sin embargo, Kepler no pudo revelar mucho sobre sistemas como NGTS-1b.

De los mundos que detectó, muy pocos eran planetas gigantes en órbitas tan cercanas, aunque al menos uno de ellos, descubierto por John Johnson de la Universidad de Harvard, contiene un planeta igualmente grande que orbita alrededor de una estrella diminuta. «No clasificaría a este [nuevo planeta] como bicho raro, porque no fue inesperado», afirma Johnson. «Pero lo cierto es que es una rareza en nuestra zona de la galaxia y, como tal, yo, científico de exoplanetas, lo encuentro interesante».

Los científicos todavía están tratando de averiguar si estos planetas se formaron allí donde están ahora o si se desarrollaron más lejos y migraron hacia dentro. Además, las enanas rojas como la de este nuevo planeta, pese a ser abundantes, son difíciles de estudiar porque generalmente son muy tenues.

«NGTS-1b fue difícil de encontrar, pese a ser un planeta monstruoso, porque su estrella es pequeña y tenue», señaló en un comunicado Peter Wheatley, de la Universidad de Warwick. «Las estrellas pequeñas son en realidad las más habituales en el universo, por eso es posible que existan muchos planetas gigantes como este esperando a que los encontremos».

Hasta ahora, según Wheatley y sus colegas, los científicos solo conocían dos planetas tan grandes que orbitaban alrededor de estas huéspedes diminutas llamadas enanas de tipo M, y ninguno de esos sistemas posee un planeta tan gigantesco como NGTS-1b. «Los jupíteres calientes alrededor de enanas de tipo M son muy inusuales», afirma Lauren Weiss, de la Universidad de Montreal.

Otro rompecabezas: un planeta tan grande no debería estar ahí, según las teorías actuales sobre la formación de planetas. En general, los científicos sospechan que las estrellas más grandes albergan planetas más grandes. En pocas palabras, esto se debe a que los planetas y estrellas grandes emergen a partir de un gran cúmulo de materiales primigenios como gas y polvo. Las estrellas más pequeñas, como las enanas rojas, se desarrollan a partir de cantidades más pequeñas de ingredientes, por eso se forman mundos más pequeños alrededor de estrellas más pequeñas.

El nuevo sistema planetario desafía esta teoría, aunque no queda claro si es el momento de reescribir por completo la historia de la formación de planetas o si bastaría con añadir un apéndice.

Por suerte, el planeta gigante recién descubierto está a una distancia suficiente del telescopio espacial James Webb como para que este estudie su atmósfera, según Weiss. Y eso, a su vez, debería ayudar a determinar en qué punto el planeta creció en relación a su estrella.

«Todavía no tenemos ni idea de cómo se forman los jupíteres calientes alrededor de estrellas similares al Sol, y es incluso más complicado averiguar cómo se forman alrededor de enanas de tipo M», señala Weiss.

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